El entrenamiento de fuerza dentro del agua para tener un vientre plano y unos músculos de acero

Sara Flamenco Actualizado · 24 de diciembre de 2024, 08:52 h

El verano ha tocado a su fin pero eso no significa que tengas que dejar de acudir a la piscina. ¿Por qué lo decimos? Porque el medio acuático es una buenísima forma de realizar tu entrenamiento de fuerza, puesto que el agua ofrece resistencia a nuestros músculos, incrementando el trabajo de los ejercicios realizados.

Olvídate de las típicas clases de Aquagym a las que acuden las señoras mayores. Famosas como Pilar Rubio ya ha probado las bondades de este tipo de entrenamiento, mucho más intenso que el que puedes realizar fuera de la piscina y sin sudar.

Hemos recopilado para ti una serie de ejercicios para realizar bajo el agua que combinan el trabajo cardiovascular para elevar la frecuencia cardíaca, y el trabajo de fuerza para fortalecer la musculatura. Una rutina fácil y rápida con la que conseguirás tonificar todo tu cuerpo.

El skipping, más conocido como correr en el sitio, consiste en flexionar la rodilla y cadera para llevarla hacia el pecho mientras la otra pierna permanece extendida. Los brazos deben acompañar el movimiento de las piernas para mentener el ejercicio. Al hacerlo en el agua, la resistencia es mayor, por lo que los músculos de las piernas se tonifican más.

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Este ejercicio se trata de una sentadilla con salto tradicional pero realizada bajo el agua para que ofrezca mayor resistencia. La fuerza empleada para realizar el salto debe ser la mayor posible para compensar la sensación de menor gravedad que sientes bajo el agua.

Coloca una pierna por delante de la otra y lleva la rodilla de la pierna trasera hacia el suelo, flexionando ambas piernas, de manera que queden aproximadamente en 90 grados. Desde esta posición, realiza un salto vertical para cambiar de pierna en el aire y quedar en la misma posición.

Los jumping jacks son un ejercicio con un gran componente cardiovascular que se incrementa al realizarlo dentro del agua. Partiendo de una posición erguida con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo, elévalos hasta la altura de los hombros mientras, de forma simultánea, abres las piernas separándolas entre sí. Tras esto, vuelve a la posición inicial.

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Consiste en extender simultáneamente y bajo el agua un brazo y una pierna de forma alternativa. Para que el ejercicio sea más intenso la ideal sería usar mancuernas acuáticas aunque lo verdaderamente importante es realizar el ejercicio con fluidez y sin perder ritmo.

Colócate de espaldas al bordillo y apoya las palmas de las manos en él con los codos flexionados. A continuación, eleva el cuerpo hasta que los brazos queden extendidos y vuelve a la posición inicial. Dado que gran parte de nuestro peso queda sumergido en el agua, el ejercicio será ligeramente más sencillo que si lo hiciéramos fuera de ella.

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