Kakasana, o postura del cuervo: la pose de yoga que fortalece brazos, core, glúteos, aductores y acelera el metabolismo

Kakasana, o pose del cuervo, suele ser la primera postura de equilibrio de brazos que aprenden los practicantes. Tu cuerpo es compacto cuando entras en la pose, lo que puede ayudarte a encontrar tu centro de gravedad (y ese lugar de equilibrio) más fácilmente que muchos otros equilibrios de brazos donde tus piernas se estiran en direcciones opuestas.

Eso no significa que esta pose sea fácil. De hecho, la parte más difícil de Kakasana para la mayoría de las personas es que el miedo a caerse se vuelve poderoso y te intimida. Una forma de superar tu miedo es trabajar con cuidado y sistemáticamente. Cuando lo consigues, observas beneficios increíbles, especialmente al ver cómo se fortalecen a la vez tus brazos, core, glúteos y aductores.

Hay varias opciones diferentes para entrar en Kakasana. Lo más asequible es empezar colocando las manos planas en el suelo con las muñecas paralelas a la parte delantera de la colchoneta y la mitad de las muñecas a la altura de los hombros externos. Levanta las caderas, alza los talones e inclínate hacia adelante.

A continuación, sitúa las rodillas en la parte posterior de la parte superior de los brazos. Mantén tus brazos doblados. Empuja hacia tus manos, usa tu núcleo para levantar sus caderas y estira el esternón hacia adelante mientras te inclinas. Aprieta los brazos y empuja las piernas hacia estos. Inclínate hacia adelante.

Luego dobla las rodillas para que tus pies se levanten del suelo. Si es posible, junta los bordes internos de los pies porque esto aumenta la estabilidad. Mantén la postura durante 5-10 respiraciones y luego sal de ella para regresar al comienzo. Procura seguir bien cada uno de estos pasos.

Si tus rodillas no tocan la parte superior de tus brazos, puedes utilizar dos bloques de yoga debajo de los pies. Esto hace que el suelo esté más lejos para tus manos, por lo que levantas tus rodillas más alto en relación con tus brazos. Esto puede ayudarte a colocar las rodillas en la parte posterior de los brazos, pero la altura adicional también puede aumentar el factor miedo.

Si te duelen las muñecas o sientes presión en los brazos, no levantes los glúteos demasiado alto. Esto puede ejercer una tensión excesiva en los brazos o las muñecas. Si bajas las caderas, también tendrás que estirar más el pecho hacia adelante como contrapeso. También puedes usar una cuña de yoga debajo de las muñecas, ya que esto disminuye la cantidad de extensión necesaria de la muñeca.

Los principales beneficios físicos de Kakasana incluyen: fortalecer los brazos para que puedan sostener el peso del cuerpo, fortalece el core para ayudar a sostenerte y fortalecer glúteos y aductores, además de fortalecer los estabilizadores de los hombros. Has leído bien: es una pose que aumenta tu fortaleza física a muchos niveles.

Te prepara para la mayoría de los demás equilibrios de brazos, ayuda a fortalecer las muñecas, tu columna está tonificada y la parte superior de tu espalda se estira correctamente. La pose puede mejorar tu sentido del equilibrio y la concentración. Ayuda a generar confianza y coraje para ayudar a superar el miedo.

Recuerda que si bien el yoga es para todos, no todas las posturas son para todas las personas. Si padeces una lesión en la muñeca, es posible que no te venga bien realizar esta pose. Si tienes alguna lesión en las caderas, las rodillas, las muñecas o los hombros, es mejor evitar practicar la expresión completa de Kakasana. Modifica la pose con accesorios o apoyos.

Esta es una pose que es una parte clave de cualquier práctica de equilibrio de brazos. Si quieres entrar en esta emocionante y desafiante categoría de poses, Kakasana es realmente la puerta de entrada a ese mundo. Puede ser un paso adelante realmente importante dentro de tu rutina de yoga.