Eka Pada Indulasana
Eka Pada Indulasana
La postura de la luna a una pierna consiste en pararse sobre una pierna y estirar varios músculos a la vez. Esta postura de yoga es buena para mantener el equilibrio, tanto físico como emocional, junto a la concentración. Esta variación de Indudalasana es perfecta para calmar los nervios después de una dura jornada de trabajo o para prepararse para un día lleno de decisiones importantes.
Eka Pada Indudalasana estimula casi todos los chakras y, por lo tanto, ayuda a equilibrar la energía general del cuerpo. La postura es bastante sencilla y asequible prácticamente para todos los niveles, aunque requiere concentración para lograr el equilibrio. Anima al practicante a mantenerse firme y fuerte en cada etapa de la vida.
Para empezar con la postura de la luna, ponte en Tadasana con el peso distribuido uniformemente entre ambos pies. Lentamente, transfiere el peso a la pierna izquierda. Levanta el pie derecho lentamente y mantenlo recto. Contrae los músculos del muslo y la pantorrilla. Inhala y levanta los brazos por encima de la cabeza, hacia el techo, junta las palmas de las manos y expande las costillas superiores.
Ahora es el momento de estirar la pierna derecha. Intenta mantenerla contraída y firme. Exhala y flexiona el cuerpo hacia la derecha sin forzar la parte inferior del cuerpo. Mantén el pecho elevado, la columna recta y contrae los músculos del torso. Mantén la mirada centrada en Drishti y el frente para mantener el equilibrio.
Mueve suavemente la pierna derecha hacia el lado derecho. Adquiere una postura cómoda y natural, sin forzarla. Las caderas deben estar rectas y los hombros relajados. Concéntrate en la alineación correcta de la postura. Mantén esta postura durante varias respiraciones profundas durante toda la postura. Para terminar, relaja el pie derecho y vuelve a la posición inicial. Cambia de pierna y repite los mismos pasos con el lado izquierdo. Inhala y levanta la pierna izquierda lateralmente.
Esta postura estira y fortalece los músculos de los isquiotibiales, cuádriceps y pantorrillas. Mantener el equilibrio sobre una pierna promueve la concentración. Además, se trata de una asana realmente útil si lo que necesitas es estirar las ingles, los muslos, las caderas y los músculos oblicuos, mejorando así la flexibilidad.
También promueve la coordinación neuromuscular al tiempo que involucra los músculos del torso, fortaleciendo así los abdominales y mejorando la digestión. Y hay más, pues ayuda a mejorar el estado de ánimo y calma el sistema nervioso. La postura de la luna es perfecta para hacerla en cualquier momento del día, sea mañana o noche, en la que necesites que se pare el mundo.
Esta asana fortalece varios músculos, incluyendo los isquiotibiales, los cuádriceps y las pantorrillas. La práctica regular de esta postura mejora la estabilidad de los tobillos débiles. Las personas con problemas de postura pueden practicarla para corregirla. Mejora la flexibilidad de las caderas y las ingles. Calma el sistema nervioso y mejora la circulación sanguínea, por lo que ayuda a aliviar el estrés y la ansiedad.
La postura de la luna es muy accesible, pues se puede practicar a todo tipo de edades y por principiantes. Aun así, hay un mínimo de seguridad y precauciones que hay que tener en cuenta. Por ejemplo, las personas con problemas de equilibrio y mareos deberían evitar esta postura. También si hay lesiones en las piernas o tobillos, cirugías recientes o lesiones lumbares. Las personas con presión arterial alta también deberían modificar o evitar esta postura.
Tanto torso como hombros se tensan y colapsan cuando trabajas sentada durante largos períodos. Coordinar Eka Pada Indudalasana con la respiración puede contribuir despejar de una vez los bloqueos mentales y físicos. Respira profundamente mientras estás haciendo la postura de la luna y trata de relajar el cuerpo.
Inhala profundamente y levanta los brazos, manteniendo las manos en postura namasté o sujetando la muñeca con la mano opuesta. Continúa respirando, estira la columna vertebral y los brazos. Inhala y levanta la pierna derecha hacia el lado derecho. Mientras exhalas, flexiona el torso y los brazos del lado derecho. Respira suavemente y siente el estiramiento. Al soltar la postura, inhala profundamente, alinea las piernas con la cadera, sigue respirando y baja los brazos. Siente el estiramiento. La respiración liberará el estrés y la ansiedad del cuerpo y te dará una sensación de calma.