La ciática puede causar dolor y molestias en la zona lumbar, los glúteos y las piernas. Es una taladradora muy incapacitante que dificulta cualquier actividad cotidiana. Sin embargo, practicar posturas de yoga específicas puede ayudar a aliviar los síntomas, calmar el dolor nervioso y mejorar tu bienestar general. Solo tienes que saber qué ejercicios y posturas son suaves y efectivas a los 50 y más.
La ciática es una afección que surge cuando se irrita o comprime el nervio ciático, que recorre la parte posterior de cada pierna desde la zona lumbar. Esto puede provocar dolor, entumecimiento, hormigueo o debilidad en la zona lumbar, los glúteos y las piernas. Si bien la ciática se asocia comúnmente con problemas en la columna vertebral, como hernias discales o espolones óseos, también puede deberse a factores musculares.
Una causa común de la ciática es el llamado síndrome piriforme. El músculo piriforme se encuentra en la parte profunda de los glúteos y, cuando se tensa o sufre espasmos, puede irritar el nervio ciático. Esto puede provocar síntomas como dolor, entumecimiento u hormigueo que se irradian por la pierna. Realizar posturas de yoga específicas que trabajen el músculo piriforme puede ayudar a aliviar la compresión del nervio ciático y proporcionar alivio.
Otra causa muscular de la ciática son los desequilibrios musculares en la zona de la cadera. Los desequilibrios en los músculos de la cadera pueden deberse a una mala postura, movimientos repetitivos o uso excesivo. Por ejemplo, la tensión en los flexores de la cadera y la debilidad de los glúteos pueden provocar una distribución desigual de las fuerzas en la región de la cadera, ejerciendo presión sobre el nervio ciático. Practicar posturas de yoga centradas en la apertura de la cadera y ejercicios de fortalecimiento puede ayudar a corregir estos desequilibrios y reducir la irritación del nervio ciático.
Además, la rigidez o tensión en los isquiotibiales puede contribuir a la ciática. Cuando los isquiotibiales están tensos, pueden tirar de la pelvis, causando un desequilibrio en la zona lumbar y potencialmente comprimiendo el nervio ciático. Las posturas de yoga que trabajan los isquiotibiales, como las flexiones hacia adelante y las posturas de pie con estiramiento de isquiotibiales, pueden ayudar a liberar la tensión en los isquiotibiales y mejorar la flexibilidad en la zona lumbar, reduciendo la compresión del nervio ciático.
El dolor que se experimenta debido a la ciática puede dificultar el día a día. Cuando los niveles de dolor son altos, puede convertirse en el centro de tus pensamientos y preocupaciones. Es fundamental buscar ayuda médica cuando sientas dolor. Junto con el tratamiento médico, también puedes probar varias posturas de yoga para aliviar el dolor. Algunas de las mejores son la postura de la paloma, la postura del puente simple, la flexión hacia adelante de pie (Uttanasana) o la postura del niño (Balasana).
El yoga puede ser una práctica eficaz para controlar el dolor de ciática, pero es importante tomar ciertas precauciones de seguridad para garantizar una experiencia segura y beneficiosa. Antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, incluido el yoga para la ciática, procura consultar con un profesional de la salud. Puede brindarte orientación según tu condición específica y recomendarte modificaciones o limitaciones que debas considerar.
Si eres nueva en el yoga o tienes dolor de ciática, se recomienda practicar bajo la guía de un instructor de yoga cualificado. Este instructor puede darte indicaciones de alineación, modificaciones y ajustes adecuados para garantizar una práctica segura. De la misma forma, es fundamental escuchar a tu cuerpo y no esforzarte más allá de tus límites.
El dolor o la incomodidad durante una postura de yoga es una señal para que dejes de practicarla o la modifiques. Evita cualquier postura o movimiento que agrave el dolor de ciática. Concéntrate en posturas suaves y modificaciones. Es mejor centrarse en asanas sencillas que estiren y fortalezcan los músculos que rodean el nervio ciático. Algunas de estas posturas son la del gato y la vaca, la del niño, la torsión supina o la del puente con apoyo.
Calienta el cuerpo antes de comenzar tu práctica de yoga. Esto puede hacerse con movimientos suaves como estiramientos, caminar o realizar ejercicios sencillos. El calentamiento ayuda a aumentar el flujo sanguíneo, relajar los músculos y preparar el cuerpo para la práctica. Si empiezas a sentir molestias o dolor durante tu práctica de yoga, es importante que tomes descansos.
Y tampoco desdeñes la ayuda de accesorios como mantas, bloques o correas para apoyarte. Este tipo de adiciones pueden brindarte apoyo y ayudarte a mantener una alineación adecuada en las posturas de yoga. También pueden ayudarte a modificar las asanas para adaptarlas a cualquier limitación o molestia causada por la ciática.