vivir
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A todos nos ha pasado: una receta que nos encontramos navegando en internet, viendo un programa de televisión o en nuestra revista favorita nos llama la atención y nos posee el espíritu cocinero.
Fichamos todos los ingredientes que tenemos pero nos falta cúrcuma, pimentón o el jengibre pero como al lado de estos ingredientes pone "un pellizco de..." pensamos que su ausencia no se notará. Error.
Las especias enriquecen nuestros platos en cuanto a color, texturas y sobre todo sabor. Vamos a darle importancia que se merecen (y tienen) a esos "pellizcos" de las recetas.
Pimentón dulce, picante o ahumado: su uso para el cocido, los embutidos o conservas son fundamentales así como para recetas como el hummus, el pulpo a la gallega, mejillones... Uno de sus mejores beneficios en cuanto a nuestra salud es que ayuda a provocar la coagulación sanguínea y por lo tanto prevenir el sangrado gracias a la vitamina K.
Cúrcuma: este condimento anticáncer reduce la acidez de estómago y evita los gases aunque está contraindicado en las mujeres embarazadas. En cuanto a la cocina se usa como colorante para los alimentos gracias a su color y es muy habitual en la gastronomía oriental. Es ideal para los guisos con leche de coco, nata o caldos ya aporta un sabor dulce y ligeramente picante.
Jenjibre: es un tubérculo muy popular en China y en la India. El jengibre acelera tu metabolismo de modo que ayuda a perder peso. Es un sazonador muy recomendable para los platos de carne pero también en postres.
Nuez moscada: es uno de los condimentos habitualmente empleados en la cocina asiática tanto para platos y salsas como para postres; también puedes añadirlo a los tés o infusiones.
Hinojo: ideal para las recetas de salsas de tomate, repostería, legumbres, huevos y pescados. Ayuda a los problemas digestivos y tiene propiedades diuréticas.
Comino: los platos preferidos del comino son los estofados de carne, legumbres y hortalizas. Es un alimento rico en hierro y evita la formación de gases y favorecer la digestión.