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El síndrome de Asperger, incomprendido y desconocido

El 18 de febrero es el día elegido por las autoridades sanitarias mundiales para dar visibilidad a este trastorno de difícil diagnóstico.

Un árbol con una maraña de letras de tinta. / FOTOLIA

Joaquina Dueñas
JOAQUINA DUEÑAS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el síndrome de Asperger como un trastorno generalizado del desarrollo. Un conjunto de características mentales y conductuales, incluidas dentro de los trastornos de espectro autista, que afecta a la capacidad de entender e interactuar con el mundo social con prevalencia en uno de cada 3.000 nacidos.

Una de sus características más reconocible es la dificultad en la interacción social, así como las alteraciones en la comunicación y la inflexibilidad en sus comportamientos, con dificultades para interpretar los sentimientos y las emociones, tanto propias como ajenas.

Celebrar el 18 de febrero el Día Internacional del Síndrome de Asperger, tiene por objeto reivindicar la necesidad de incluir a las personas con Asperger en la educación y en la sociedad y la importancia de dar una mayor visibilidad a todos aquellos que lo padecen.

Debido a la inexistencia de estudios aclaratorios, las asociaciones de pacientes sólo pueden estimar que entre 100.000 y 150.000 españoles tienen Síndrome de Asperger, siendo el sexo masculino el que presenta una mayor tendencia a desarrollarlo.

Les cuesta distinguir dobles sentidos y tonos sarcásticos

Comportamientos sociales inadecuados o situaciones problemáticas en contextos públicos pueden estar provocados por el Síndrome de Asperger. A pesar de que cada persona lo manifiesta de forma diferente, todos los que presentan este trastorno comparten las dificultades para la interacción con el medio social que les rodea, una interpretación literal de toda la comunicación con problemas para distinguir dobles sentidos o tonos sarcásticos y el déficit para interpretar sentimientos propios y ajenos por no ser conscientes de las emociones o sentimientos de los demás.

Un diagnóstico complicado

El diagnóstico del Asperger es realmente difícil debido a que se asemeja a otros trastornos, cada individuo lo refleja de formas distintas y no existen marcadores biológicos que faciliten su identificación.

Está presente desde el nacimiento y, dependiendo de las características personales de cada uno, el diagnóstico se producirá en una etapa u otra del desarrollo. Una vez que el psicólogo establece el diagnóstico, e incluso antes de establecer un diagnóstico cerrado, se pueden poner en marcha programas específicos de tratamiento que incluyan diferentes terapias que van a favorecer un desarrollo óptimo del niño y/o adolescente.

La psicóloga Marina Barber de Vithas Virgen del Mar traslada las siguientes posibles pautas:

  1. 1

    Terapias cognitivo-conductuales: definidas para evitar las rutinas obsesivas y repetitivas. Con ellas se busca que quienes tienen Asperger aprendan a manejar el estrés y la ansiedad. Así como a medir sus emociones y ser capaz de canalizarlas. De esta forma, mejorando la propiocepción, también mejorará la percepción de las emociones de los demás y, con ello, la capacidad de adaptarse al medio social con el que conviven.

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    Terapias especializadas del lenguaje individuales y grupales: para reducir los problemas a la hora de estructurar el discurso en público, será necesario terapias del lenguaje verbal y no verbal que establezcan unos patrones de conversación y de interacción social. Además, la organización de actividades en grupo permitirá la mejora de las respuestas y modos de actuación según diferentes contextos.

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    Terapias motoras: además de en el campo social, el Síndrome de Asperger se caracteriza por dotar a las personas de torpeza física, sobre todo para los deportes. Es necesario trabajar sobre la coordinación motriz.

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    Terapia Ocupacional: Este tipo de terapia ha irrumpido con fuerza en los tratamientos multidisciplinares en menores y adultos con TEA, tanto para la intervención en habilidades de la vida diaria como en los aspectos sensoriales de estos pacientes.

El apoyo y la comprensión de los padres y allegados se hacen imprescindibles para evitar grandes situaciones de estrés y ansiedad, ya que las personas con Asperger son muy sensibles a los cambios ambientales. Los cambios en las rutinas de forma muy rápida y constante supondrán una mayor perturbación en su estado de ánimo.

El hecho de contar con estas características de desarrollo, también hace que otras se desarrollen de forma distinta al resto de la población. Así, la dificultad de interacción social va de la mano con una memoria inusual para los detalles y formas de hablar poco usuales, donde imperan los datos objetivos y relevantes.

Además, usan palabras y estructuras pomposas que, aunque pueden ser objeto de una buena prosa, no siempre cumplen con la función comunicativa que persiguen.

Pautas útiles en el día a día

Barber también aconseja una serie de pautas que se pueden tener en cuenta para evitar que las pequeñas alteraciones derivadas de este trastorno del desarrollo tomen protagonismo en la vida de quienes lo desarrollan.

  • Establecer rutinas que les ayuden a controlar el ambiente y a prevenir lo que va a suceder a continuación. Paneles de comunicación y agendas visuales son de gran ayuda.

  • Partir de los intereses del menor para la realización de tareas de forma que se sienta motivado para llevarlas a cabo.

  • Evitar confrontaciones, ser pacientes ya que esto puede producir una conducta aún más inflexible en la persona con Asperger.

  • Adecuar el lenguaje de tal forma que pueda ser comprendido por todos. Esquivando figuras literarias y dobles sentidos que lleven a confusión.

  • Fomentar su participación en actividades grupales de manera progresiva, sin provocar estados emocionales de ansiedad.

  • De especial relevancia es el dotar a la familia de estrategias y herramientas que les permitan actuar adecuadamente tanto en casa como en determinadas situaciones sociales

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