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Mindfulness: Técnica milenaria para padres del siglo XXI

Aprender a estar presentes para reforzar los vínculos padres-hijos es a lo que ayuda la práctica del Mindfulness o también conocida como Atención plena. Toma nota de estos diez consejos.

Joaquina Dueñas
JOAQUINA DUEÑAS

No existen los padres perfectos, pero sí los que son capaces de estar con sus hijos con atención plena y se esfuerzan en conseguirlo. A aprender a estar presentes para reforzar los vínculos padre-hijo es a lo que ayuda la práctica del Mindfulness o también conocida como Atención plena.

"Esta técnica consiste en prestar atención al momento presente, de forma deliberada y sin emitir juicios", afirma Àngels Ponce experta en Mindfulness aplicado a la familia y terapeuta familiar especializada en el entorno de la discapacidad.

La búsqueda de este término en Google genera ya unos 79.700.000 resultados y el número de personas que lo práctica no deja de aumentar. Sin duda, es una disciplina que está de moda. En un sociedad con enormes carencias y que hoy día más que nunca tiene como fin la incansable búsqueda de la felicidad y el bienestar, el Mindfulness se postula como filosofía de vida.

¿Cómo ser padres y madres más conscientes?

El objetivo fundamental del Mindfulness se centra en dotar a las personas que lo practican de las herramientas necesarias para gestionar las emociones, actitudes y pensamientos, de forma que puedan afrontar las diferentes situaciones a las que tienen que enfrentarse a lo largo de sus vidas.

Esto se consigue gracias a la práctica y el perfeccionamiento de la conciencia o atención plena, la cual es la que genera la capacidad de disfrutar del aquí y el ahora, aumentando el estado de bienestar de la persona y por lo tanto, la sensación de felicidad.

Su éxito se basa en los resultados de cientos de investigaciones que se han llevado a cabo en los últimos años, las cuales han demostrado mediante intervenciones basadas en la inmersión en el Mindfulness, que su práctica habitual tiende a desarrollar en las personas una serie de capacidades como la observación, la aceptación, la tendencia a actuar con consciencia o la no-reacción. Estas capacidades han sido utilizadas como tratamiento de diversos problemas tanto físicos como psicológicos y son el motivo del incremento del bienestar del individuo.

Mindfulness aplicado a las familias

Los buenos resultados que han ofrecido la puesta en marcha de estos hábitos han hecho que no solo se haya traslado a entornos como empresas u hospitales, sino al propio ámbito familiar, invitando a los padres y madres a actuar de manera consciente y por lo tanto, a educar a sus hijos de esa forma.

Hoy día, son muchos los padres que siempre van con prisas, sin ser conscientes de lo que ocurre a su alrededor y siempre preocupados por las tareas que quedan por hacer. Son muchos los que cuando están con sus hijos ponen el piloto automático y no muestran verdadero interés en lo que está pasando.

"Cuando estamos con nuestros hijos, prestar atención al momento presente es estar con ellos tanto física como mentalmente: escucharles cuando hablan, jugar con ellos, seguir su ritmo y dejarse llevar. No sirve estar haciendo otras cosas al mismo tiempo o mirando el móvil de reojo". Mindful Parenting significa "parar y dejarlo todo para después", afirma la experta.

Son muchos los padres que siendo conscientes de que viven en bucle, estresados y con poca tolerancia ante los imprevistos que ocurren dentro de la familia, deciden sumergirse en esta práctica para entrenarse y mejorar su atención plena, la cual repercutirá positivamente tanto en ellos como en la relación con sus hijos.

Para Ponce lo ideal es tratar de incorporar esta técnica en nuestros hábitos diarios: "Podemos dedicar unos minutos cada día a la práctica de la atención plena y tomarnos un tiempo para poner atención en algo tan simple como la respiración. Esto repercutirá en el resto de nuestra vida cotidiana y, entre otras cosas, descubriremos que podemos afrontar las experiencias cotidianas, como caminar, cocinar y jugar con nuestros hijos de una manera más consciente, disfrutando de cada instante".

La atención plena ayudará a los padres a ser más conscientes de sus propias emociones, dejando a un lado algunas de las reacciones instintivas que no son beneficiosas. Poco a poco irán descubriendo cómo percibir y sentir las sensaciones asociadas a diferentes situaciones que provocan estrés, enfado o miedo sin proyectarlas al exterior. "Descubrir esta capacidad de autocontrol reportará numerosos beneficios no sólo en los padres, sino que su estado emocional y de atención se contagiará a sus propios hijos, ya que son su patrón a seguir, además de que reforzará los vínculos entre ellos", explica la terapeuta.

10 consejos para practicar el Mindful parenting, por Àngels Ponce

  • 1. Comienza aplicando el principio de la máscara de oxígeno. Igual que cuando estamos en un avión y primero deberías ponerte tú la mascarilla antes que a tu hijo, el mindfulness funciona igual. Empieza primero aplicando este hábito en ti mismo, para más tarde educar y enseñar a tus hijos esta disciplina.

  • 2. Pon en marcha una “escucha atenta”. Escucharlos sin juzgar y dejándoles hablar. Este enfoque permitirá que los niños sean más conscientes de sus necesidades a la vez que se les enseñas a que presten atención y demuestren empatía. Todo ello mejora el nivel de comunicación en el hogar.

  • 3. Busca momentos de calidad. Momentos sin prisas y que quedarán grabados en vuestra memoria. Si tienes más de un hijo trata de encontrar momentos en los que estar con ellos de manera individual para conocerles mejor, les hará sentir únicos aunque formen parte de una familia.

  • 4. Practica con tus hijos la Atención consciente e incluso medita con ellos. Reserva un tiempo al día para prestarles a tus hijos atención al 100%, para hacer lo que a ellos les guste y adáptate a ellos.

  • 5. Ponte en su lugar y mira a través de sus ojos. Los niños saben disfrutar verdaderamente de las cosas simples. Disfrutar de las experiencias a través de ellos no sólo mejorará vuestra relación, sino que aumentará vuestra energía y estado de ánimo.

  • 6. Rompe tus rutinas, ¡sorpréndeles! Aunque establecer unas rutinas favorece el crecimiento emocional de los más pequeños, romperlas de vez en cuando también les hará experimentar sensaciones positivas y entusiastas, porque les hará sentir importantes y atendidos de una manera explícita.

  • 7. No emitas juicios: No compares a tus hijos (con sus hermanos, o con otros niños). No estés continuamente valorando si cumplen tus expectativas, poniéndoles etiquetas… Valórales por lo que son y acompañarles desde ahí.

  • 8. Desconecta. Aíslate de aquello que te distrae o te roba tiempo como la televisión, videojuegos o móviles. Centra todo ese tiempo extra en los miembros de tu familia y estimula la interacción.

  • 9. Descansa y tómate un tiempo para ti. Ante situaciones de estrés, intenta parar, respirar y pensar unos segundos antes de responder o reaccionar compulsivamente. Tómate un tiempo para ti y para poner distancia.

  • 10. No pretendas ser una madre o un padre perfecto: eso no existe ni es posible. Acepta tus errores y equivocaciones con amabilidad, perdónate y pide perdón cuando sea necesario.

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