Semana 20 de embarazo: ecografía morfológica

Esta semana marca el ecuador aproximado del embarazo. El bebé tiene un desarrollo real de 18 semanas y sus órganos están ya formados de modo que a través de una ecografía morfológica puede valorarse que todo está en orden anatómicamente. El feto mide entre 15 y 16 centímetros y su peso es aproximadamente de unos 260 gramos.

Salvo en el caso del cerebro, que seguirá formándose hasta el final del embarazo y más allá después del parto, el resto de órganos son ya funcionales y sólo queda que sigan creciendo y madurando. Tanto es así que, a partir de ahora, el bebé multiplicará al menos por diez su peso, fruto de ese crecimiento.

El principal hito de esta semana tiene que ver con la ecografía que se realiza. En está el profesional hace un estudio detallado de toda la anatomía del bebé para detectar posible malformaciones de las principales estructuras y órganos que ya están desarrollados y son visibles por ecografía. En esta semana, además, el líquido amniótico está en un momento óptimo para la buena visualización ya que este irá disminuyendo semana a semana y la visibilidad será cada vez peor dado que la estructura debe estar rodeada de líquido para que se vea bien.

Además, hay que tener en cuenta que en la semana 20 el feto es todavía inviable y la legislación de muchos países permite la interrupción del embarazo hasta esta semana, una dura decisión que adoptan algunas mujeres cuando en esta ecografía descubren en su bebé malformaciones incompatibles con la vida.

Si todavía no conoces el sexo de tu bebé es muy posible que en esta ecografía pueda verse con claridad, pero ten en cuenta que este no es el objetivo del estudio y es importante dejar al médico hacer su trabajo que en este caso consiste en mediciones de los huesos principales como el fémur, el cráneo, la circunferencia abdominal y se comprueba líquido amniótico, el funcionamiento de la placenta, del cordón umbilical, del corazón o la morfología del cerebro y la actividad del bebé dentro del útero.

Un síntoma habitual del embarazo para la madre es la hipotensión postural. Se trata de un mareo que ocurre al levantarse rápidamente ya que la presión sanguínea baja debido a que la sangre del cerebro baja por la gravedad. Este problema se solventa acostumbrándote a levantarte más despacio.

La hipotensión es algo normal en este segundo trimestre del embarazo y puede deberse a la compresión de útero sobre la arteria aorta y la vena cava causando mareos cuando la mujer está tumbada o pasa mucho tiempo sentada.

El útero está ya a la altura del obligo, la respiración se hace más profunda y el ritmo cardíaco se acelera. Además, es posible que las encías estén más sensibles o sangren al cepillarse debido a los cambios hormonales y al aumento de flujo sanguíneo que se produce durante esta etapa del embarazo. Es imprescindible mantener una buena higiene bucal para evitar infecciones y problemas dentales.

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