Trucos de cocina para aprovechar las sobras y crear nuevos platos

Aprovechar las sobras de la comida es algo imprescindible para la economía familiar, pero también para el medio ambiente y para la educación de los niños. Aprovechar los recursos y reinventar platos tras cocinar el fin de semana (que es cuando habitualmente tenemos algo más tiempo para preparar nuestras especialidades culinarias) soluciona el menú de los lunes. Así, te damos ideas para que aproveches las sobras de comida, en función del plato o guiso que has preparado.

Si has preparado una carne asada al horno con verduritas y te sobra, la pasta es una de las soluciones perfectas. Desmenuza la carne para hacer unos canelones o para colocarla sobre unos macarrones. También puedes utilizar las verduras para triturarlas con el jugo de la carne y así poder elaborar una original salsa.

En el caso del pollo asado, suelen sobrar trozos de pechuga. Con los trozos de pechuga puedes preparar una cena completa de plato único con unas hojas de lechugas variadas, zanahoria rallada, dados de manzana y queso fresco. Si tus hijos aceptan todo tipo de sabores, puedes preparar un aliño de miel y mostaza. Si no, basta con aceite, vinagre y sal.

Con las sobras de arroz, ya sea a la cubana o de la paella, pueden preparase deliciosas recetas de aprovechamiento. Dependiendo de los ingredientes con los que se haya combinado el arroz puedes hacer las bolitas rellenas de pescado, de carne o de verduras. Prepara un sofrito e incorpora el ingrediente elegido: unas gambas picadas, jamón cocido, carne picada, pescado cocido desmenuzado... O deja sólo las verduras. Deja templar la preparación y cuando pueda trabajarse con ella haz las bolitas de arroz rellenas. Luego puedes rebozarlas y freírlas o dejarlas tal cual y acompañar con una salsa de tomate.

Con el pan duro existen infinidad de opciones tanto saladas como dulces. Si te ha quedado pan cortado en rodajas puedes hornearlos con mantequilla de ajo y queso rallado para hacer un perfecto pan de ajo. Por supuesto, el pan duro es perfecto para incorporar en el gazpacho o en una sopa castellana, según lo que vayas a consumir en esa época del año. Con leche, huevo, canela, azúcar y ralladura de cítricos o trozos de manzana tienes un dulce casero que te solucionará la merienda. Así también podrás controlar la cantidad de azúcar o utilizar otras fórmulas para endulzar, como dátiles o miel.

Con la pasta cocida no solemos encontrar muchas soluciones. Sin embargo, existe la posibilidad de incorporar queso y huevos y preparar una especie de tortilla que resuelva el menú para el día siguiente, acompañado con una ensalada. También puede hacerse al horno, con algo de nata, huevos batidos y queso rallado. Se puede preparar en una sola pieza y hacer un pastel familiar o colocarlos en moldes individuales de magdalenas para hacerlo en porciones.

Con las legumbres, lo mejor es ir a lo tradicional. Un puñado de arroz hace de las lentejas un nuevo plato, un par de patatas amplía las posibilidades de las alubias y, por supuesto, la ropavieja es la solución perfecta para los restos de cocido. Acompaña con unas judías verdes o brócoli salteado para equilibrar el menú.

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