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Rue Bennet: la adolescencia es un infierno, por Jorge Carrión

"Euphoria, creada por Sam Levinson y protagonizada por Rue Bennet (Zendaya), Jules Vaughn (Hunter Schafer) y Kat Hernández (Barbie Ferreira), cuenta con barroco visual y crudeza sociológica la vida cotidiana, marcada por el sexo, la angustia y las drogas".

Zendaya como Rue Bennet, su personaje en la serie Euphoria. d.r.
Rue Bennet: la adolescencia es un infierno, por Jorge Carrión
Jorge Carrión

Euphoria (HBO)

Adaptación de una serie original israelí, Euphoria, creada por Sam Levinson y protagonizada por Rue Bennet (Zendaya), Jules Vaughn (Hunter Schafer) y Kat Hernández (Barbie Ferreira), cuenta con barroco visual y crudeza sociológica la vida cotidiana, marcada por el sexo, la angustia y las drogas, de un conjunto de adolescentes en un pueblo de los Estados Unidos. Ha sido el gran fenómeno serial de los últimos meses.

"Odio este pueblo"

Rue empezó a tomar drogas cuando todavía era una niña, mientras cuidaba a su padre y veía la tele con él, paciente de una enfermedad terminal. De los medicamentos heavy metal pasó durante los años siguientes a los suministros de un camello, a la necesidad cotidiana, a los cócteles molotov, a la sobredosis. Le acaban de dar el alta de la clínica de rehabilitación cuando empieza la serie. Y regresa al pueblo que odia, a la casa que le trae demasiados recuerdos, a su madre y a su hermana, a las que quiere, que la quieren, pero a las que manipula sin piedad.

La serie es calidoscópica como la adolescencia de sus protagonistas y cubista como una noche de fiesta. Rue Bennett sale y entra del consumo y de las mentiras según los vaivenes de su amor por Jules, recién llegada al instituto, ingrávida como un ángel trans.

El género y el deseo de esa muchacha, tan inestable y fluido, se desliza por un carril de la montaña rusa a la que también se han subido Rue y el resto de personajes. No es casual que en uno de los episodios más importantes de Euphoria llegue al pueblo una feria con sus atracciones de vértigo. Tampoco lo es que en otro, ella delire (tirantes, americana, fumando como una carretera) con que es una detective privada –al estilo, por cierto, de la protagonista de Lo que más me gusta son los monstruos, la extraordinaria novela gráfica de Emil Ferris–, porque su modo de mirar y de narrar el pueblo donde vive es inquisitivo y despiadado. Consciente de su propia monstruosidad, rastrea y disecciona, con esa voz rugosa de locutora nocturna, tanto la de su entorno emocional y social como la de esa periferia que podría ser cualquiera (también la tuya, la nuestra, todos hemos seguido el modelo de los barrios residenciales norteamericanos).

Su angustia es muy de hoy: se espejea en la música de Labrinth; se ahoga en la últimas drogas de diseño; se marea en las reuniones de adictos anónimos; se expresa por WhatsApp y otras redes. Pero también es tan antigua: se ha llamado en otros tiempos vacío existencial, depresión, histeria, spleen, tristeza, melancolía. La temporada empieza con ella flotando feliz en el útero de su madre y concluye con su incapacidad para subirse con Jules al tren que la alejaría del pueblo, otro vientre. Ese círculo podría ser de felicidad, pero es del infierno.

*Jorge Carrión es escritor. Acaba de publicar Contra Amazon (Galaxia Gutenberg).

HORÓSCOPO

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Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.