LOS PUEBLOS CON MÁS ENCANTO DE ESPAÑA

Altea, el pueblo blanco de Alicante que es más bonito que Santorini (y dónde hacer las fotos más impresionantes para arrasar en Instagram)

Las casas blancas, las cúpulas azules, y las calles empedradas engalanadas con buganvillas resaltan en Altea al fundirse con los imponentes colores del Mediterráneo y la montaña. Confirmado: el pueblo alicantino es más bonito que cualquier rincón de las islas griegas. Y hoy te contamos qué visitar, dónde comer y dónde dormir.

Pincha en la foto para descubrir los pueblos más bonitos de España./getty

Pincha en la foto para descubrir los pueblos más bonitos de España. / getty

Ana Calvo
ANA CALVO

Seguimos recorriendo los pueblos con más encanto de España y, después de descubrir la magia medieval de Olite y Sigüenza o las olas de Tarifa, la capital del viento, volamos a las islas griegas sin salir de nuestro país hasta llegar a Altea, uno de los pueblos más bonitos del Mediterráneo y u auténtico paraíso para las instagrammers: sus calles y plazas, sus casas blanquísimas, sus icónicas cúpulas azules y su fusión de mar, montaña y un cielo siempre despejado son el marco perfecto para hacer las fotos más maravillosas. Por no hablar de su cultura y gastronomía, claro...

No se sabe a ciencia cierta si Altea viene del griego Althaia, que significa «yo curo», o de la palabra árabe attaláya, la atalaya, pero lo que está claro es que esta joya del Mediterráneo lleva siglos de historia a sus espaldas: íberos, romanos, árabes, cristianos... Su herencia cultural es tan atractiva como las postales que regala, con una localización única y una arquitectura y una vida que la convierten en uno de los destinos de costa favoritos de nuestro país. Y motivos no faltan.

Qué ver en Altea, el pueblo más bonito del Mediterráneo

Las cuestas empedradas de Altea no son un obstáculo para perderse por sus callejas y rincones, donde los rascacielos típicos del boom turístico del Levante no existen y en su lugar se han conservado impecables las tradicionales casas de un impoluto blanco encalado engalanadas con buganvillas, geranios y jazmines de todos los colores posibles. Por algo el pueblo puede presumir de ser uno de los más sostenibles del litoral patrio.

Pero si hay una estampa típica de Altea es la que regala la maravillosa Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, que con sus imponentes cúpulas de azulejos azules nos hará transportarnos hasta los rincones más bonitos de Santorini, pero sin salir de nuestra península. Todo el pueblo gira a su alrededor, con su animada plaza de la Iglesia (donde se asentaba el antiguo castillo) como centro neurálgico de la villa. Pero no podemos dejar de pasear por sus concurridas calles (la de Salamanca, con sus edificios de los siglos XVIII y XIX, la del Cura, la del Fondo, la de Santa Bárbara o la del Cura Cremades) y plazas (la de Francesc Martínez i Martínez, la Glorieta del Maño y sus imponentes vistas o la de Carmelina Sánchez Cutillas), y sus puertas que se abren al mar, el Portal Vell o Puerta de Valencia y el Portal Nou o Puerta del Mar.

Y es que puede que Altea no tenga las mejores playas del Mediterráneo (tanto La Barreta, como Cap Blanch, Galera, L'Olla, Solsida, Cap Negret, Albir, Cala del Mascarat o La Roda son todas de cantos rodados), pero sí tiene vocación de mar gracias a su gran extensión de costa, sus acantilados con vistas impresionantes o sus puertos. Los que prefieren la montaña, o no quieren renunciar a las dos naturalezas que abrazan al pueblo, encontrarán su lugar en los parajes de la Sierra de Bernia o el Parque Natural de Sierra Helada y su faro de Albir.

Dónde comer y dónde dormir en Altea

La gastronomía mediterránea es la protagonista de los mejores restaurantes de Altea, donde podemos comer buen producto del mar en el Chiringuito Sigarro, sorprendernos en un restaurante moderno 'sin moderneces' en Xef Pirata (Calle Ángel, 22), disfrutar de los arroces de El Cranc o Arrecife, ambos en la Playa de L'Olla, y de Los Jazmines (en Partida la Olla, 94) o, a escasos metros, en el número 146, de las carnes maduradas y las brasas de Ca Joan. Para dormir, La Serena Hotel Boutique, SH Villa Gadea y su balneario, el hotel rústico Tossal d'Altea o la villa privada de lujo Villa AlteArt.

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