vergüenza ajena y plano secuencia
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Entre medias de los mundos post-apocalípticos de El Eternauta (la producción argentina con Ricardo Darín) o los universos galácticos de Andor, se ha colado la serie de Seth Rogen para convertirse en la gran revelación del año. The Studio obtiene el título por derecho propio gracias su mala baba y a las artes que ha demostrado para reírse de la industria, y de sí misma, de una forma inteligente, brutal y con mucho sarcasmo. La parodia se percibe en cada segundo de la serie de Apple TV+, llevando a la ficción a un clímax de autocrítica inmejorable y que se hace del todo irresistible.
Gran parte de exe éxito recae sobre los hombros de los creadores de la ficción que son Seth Rogen, Evan Goldberg (The Boys), Frida Perez (Chicos buenos) y los guionistas Alex Gregory y Peter Huyck, que logran construir una ficción que asombra por la forma en que destripa la industria del entretenimiento sin miramientos criticando la deriva que están tomando los grandes estudios, más preocupados por la taquilla que por hacer películas realmente buenas.
Rogen, además de escribir y dirigir junto a Goldberg, protagoniza la ficción y es la cara visible y el alma del proyecto interpretando a un Matt Remick emblemático que se desenvuelve en un universo que ya ha pasado a formar parte de la historia de la televisión. Sobre todo, gracias a dos episodios que dejaron al público con la boca abierta y que muestran con crudeza, y mucha sátira, cómo funcionan de verdad las cosas en La Meca del cine.
Toda buena historia debe tener un comienzo brillante, y The Studio no podría haber tenido otro mejor. En el piloto conocimos a Matt Remick (Seth Rogen), un entusiasta del cine y una auténtica Biblia del Séptimo Arte que sueña con hacer grandísimas películas, por ello cuando le ofrecen el puesto de director de Continental Studio, no cabe en sí mismo de alegría. Su honradez y su ilusión contagian al público desde la primera secuencia, hasta que se da cuenta de cómo funcionan las cosas de verdad.
En el segundo episodio nos acercamos de una manera nunca vista a conocer un set de rodaje en el que se va a dirigir un espectacular plano secuencia del todo natural y sin ningún corte o empalme bajo la batuta de la actriz y directora Sarah Polley (Ellas hablan), que hace de sí misma. Un histórico evento que Matt no se quiere perder por nada del mundo y acude con su amigo, el también ejecutivo Sal Saperstein (Ike Barinholtz), para ser testigo de primera mano de la magia del cine, pero complicando la realización de la intrincada escena con su sola presencia.
Gracias a una cámara en constante movimiento y una dirección apabullante y nerviosa que no te deja respirar durante 30 minutos, nos convertimos en testigos directos de este frenético rodaje en el que la mejor comedia incómoda campa a sus anchas para hacernos sentir vergüenza ajena como pocas veces se ha visto en televisión. Un guión de lo más inteligente por parte de los creadores, que logran situar al espectador en el centro de la acción y sentirse partícipe de esta caótica producción.
El otro gran momento de esta primera temporada nos sitúa en el epicentro de una de las grandes noches de Hollywood, la segunda en importancia tras los Oscars. Hablamos, por supuesto, de los Globos de Oro, los prestigiosos galardones entregados por la asociación de la prensa extranjera de Hollywood que premia cine y televisión en un evento que suele sentirse más libre y menos encorsetado que el de los Premios de la Academia.
En el meollo de todo se ecuentra nuestro querido Matt, que acude a la gala junto a Sal, Patty Leigh, interpretada por la legendaria Catherine O'Hara, y Zoë Kravitz como nominados por una cinta que ha dirigido esta última. Una experiencia increíble y un momento brillante, del que nuestro humilde ejecutivo no se siente del todo partícipe, reflejando la complicada posición de los directivos y burócratas de los estudios, siempre en un segundo plano.
A modo de homenaje a todas esas personas que trabajan a destajo en las sombras y que nunca son reconocidos, la nerviosa y acusadora cámara de Goldberg y Rogen vuelve a hacer acto de aparición para acompañarnos sin pausa por una gala en la que descubrimos la hipocresía, la espontaneidad y las modas pasajeras de la industria, al mismo tiempo que nos ponemos en la piel de un Matt que intenta convencer a Zoë Kravitz de que lo mencione en su discurso de agradecimiento.
Dos episodios brutales que elevan la serie de Sethe Rogen para Apple TV+ al Olimpo de las ficciones televisivas de Hollywood, ofreciendo una visión más ácida y satírica que la popular El Séquito. The Studio es un increíble viaje por el corazón de la industria del entretenimiento que viene cargada como mucho humor incómodo, grandes actuaciones, increíbles cameos y con un guión fresco y que no deja títere con cabeza.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.