La ciudad europea perfecta para una escapada de Navidad: mercadillos, edificios imperiales y un hotel de lujo con historia

La Navidad está a la vuelta de la esquina y las ciudades más bellas del mundo se preparan para recibirla con su clásico despliegue de luces, villancicos y mercadillos navideños que ayudan a visitantes y locales a preparar el cuerpo para esta fecha tan especial. Este es el caso de Viena, una de las ciudades más bonitas y especiales de Europa cuya historia, arquitectura y esencia se funden con el espíritu navideño que inundan sus parques y calles y se convierte en un auténtico escenario de cuento.

Aunque estas fechas sean la excusa para visitar Viena, antes de adentrarte en sus mercadillos navideños merece la pena detenerse a conocer sus museos y edificios más emblemáticos, a través de los cuales podrás acercarte a su historia y personajes ilustres. Además, es una ciudad que puede conocerse en pocos días, aunque nuestro consejo es que, si te decides por Viena como próximo destino, te reserves al menos una semana para poder disfrutar en profundidad de todo lo que tiene para ofrecerte.

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Uno de las mejores formas de conocer la historia y la arquitectura representativa de Viena es pasear por la Ringstrasse, una calle de 5,3 kilómetros donde se ubican algunos de los edificios más imponentes de la ciudad. Esta calle fue mandada a construir por el emperador Francisco José, marido de Isabel de Babiera, más conocida como Sissi Emperatriz, a finales del siglo XIX. Los mejores arquitectos de la época estuvieron al frente de lo que hoy son los emblemas de la capital austríaca, llenando esta calle de elegancia y masjestuosidad encarnada en estilos rescatados como el barroco, el gótico o el renacimiento.

Uno de los puntos más destacados de la Ringstrasse es la Ópera Nacional de Viena, construida en estilo neorrenacentista y erigiéndose como una de las grandes construcciones del bulevar. Más allá de su valor arquitectónico, este edificio encarna a la perfección el vínculo de Viena con la música (esta ciudad guarda un estrecho vínculo con artistas de la talla de Mozart) y es considerada uno de los lugares con mayor calidad de espectáculos del mundo, de ahí que uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad sea entrar en la Ópera no solo para conocer su interior, también para disfrutar de las representaciones que tienen lugar en ella.

Frente a la Ópera Nacional se encuentra el Albertina, un museo con una de las mejores colecciones gráficas entre las que se pueden encontrar obras de Durero, Klimt, Renoir, Monet o Picasso, entre muchos otros. Este museo se construyó sobre los restos de la antigua muralla de Viena y su interior translada al visitante a la época de los Habsburgo gracias a la decoración de sus salones reales por los que un día pasearon personajes de la talla de la archiduquesa María Crisitna.

En la Ringstrasse se encuentran también el Museo de Historia Natural y el Museo de Historia del Arte, dos hitos culturales construidos en estilo neorrenacentista que son el reclamo de miles de turistas. El primero destaca por albergar una de las colecciones más curiosas de los Habsburgo que comprende desde piedras preciosas hasta animales disecados ya extinguidos, pasando por restos arqueológicos de la importancia de la Venus de Willendorf. El segundo, por su parte, también acoge otra riquísima colección de la dinastía, esta vez formada por obras de arte desde la Antigüedad al Barroco tardío que se guardan en un interior que es otra obra de arte en sí.

La Ringstrasse también fue testimonio de los avances democráticos de la sociedad de la época que quedan representados en edificios como la Universidad, el Ayuntamiento o el Parlamento. Este último es obra del arquitecto Theophil Edvard von Hansen, que se inspiró en la antigua Grecia - lugar con el que guardaba un vínculo especial y cuna de la democracia - para construir la que hoy es una de las paradas obligatorias de la ciudad, con las diosas Niké y Palas Atenea presidiendo la obra.

La historia y la tradición de Viena sigue viva en la forma en la que han sabido actualizar algunos de sus edificios más importantes. En la misma Ringstrasse se encuentra otra de las obras de Theophil Edvard von Hansen que mejor lo ejemplifica: el Anantara Palais Hansen Vienna, un hotel de cinco estrellas que desprende majestuosidad en todas sus estancias y que ha sabido combinar a la perfección la esencia neoclásica del edificio original (presente en elementos como las columnas de inspiración griega que se conservan desde el siglo XIX) con un concepto innovador pensado para que el visitante goce de una experiencia de lujo, buena acogida gracias al excelente trato de su personal y relax que enriquecerá notablemente la escapada.

Recientemente renovado, este hotel de 152 habitaciones y suites donde la modernidad y la elegancia imperial conviven a la perfección cuenta también con una fuerte influencia tailandesa que se manifiesta especialmente en su spa. Aquí podrás disfrutar de piscina con hidromasaje, sauna o sala de bienestar, además de masajes y tratamientos enfocados a la recuperación y relajación perfecto para hacer una pausa en tu visita o poner el broche de oro a un intenso día de turismo.

Pero este edificio de Theophil Edvard von Hansen no solo presume de localizaciones preciosas (que, además, brillan con luz propia en Navidad) o de uno de los centros wellness más impresionantes de la ciudad. En él se encuentra también Edvard, un restaurante de alta cocina que cuenta con una Estrella Michelin y en el que se funde la tradición austríaca en sus productos y vinos locales con las técnicas culinarias más innovadoras, dando como resultado una cena que es un auténtico espectáculo y que te permitirá conocer Viena también desde el paladar.

No te puedes ir de Viena sin visitar sus edificios religiosos más populares, empezando por la Catedral de San Esteban, uno de sus principales emblemas. Es el edificio gótico más importante de Austria y el incio de su historia se remonta al siglo XII, aunque también es un signo de triunfo y resiliencia gracias a su reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. Su interior, de estilo barroco, atrae a multitudes de visitantes para admirar la obra de arte que alberga, y su torre de 136 metros lidera la silueta de la ciudad.

Otra de sus iglesias más bonitas es la de San Carlos, que destaca por su impresionante cúpula verde que sobresale entre calles compuestas por edificios tradicionales que parecen sacadas de un cuento de hadas. Es una obra barroca dedicada a San Carlo Borromeo, patrón de la familia Habsburgo, y su exterior admira tanto como su interior, donde el protagonismo recae sobre los frescos que decoran la cúpula.

Más modesta pero igual de impresionante es la iglesia de los Capuchinos, bajo la cual se encuentra la Cripta Imperial. En ella se encuentran los féretros de muchos de los Habsburgo más populares, entre los que destacan el monumental sarcófago doble de María Teresa y su marido, el emperador Francisco I Esteban de Lorena, o el de Sissi Emperatriz, que sorprende por los recuerdos y regalos depositados a sus pies que siguen dando fe de la importancia de este personaje.

Todo lo que te hemos contado ya supone un motivo de peso para que te decantes por Viena para tu próxima escapada invernal, pero para hacerte aún más sencilla la decisión, te presentamos sus mercadillos navideños. Uno de los más impresionantes es el Christkindlmarkt Rathausplatz, el mercadillo ubicado en el Parque de la Ciudad, frente a su imponente Ayuntamiento, que se convierte en un espectáculo de luces y villancicos digno de ver. Los puestos de artesanía y comida tradicional conviven con una curiosa exposición de Belenes dentro de farolillos o con atracciones como el tiovivo o la noria, un enclave único que, desde luego, te hará sentir como un niño inmerso en un cuento de Navidad.

Si visitas Viena antes del 23 de diciembre merece la pena acercarse a conocer su Weihnachtsmarkt, el mercado navideño situado frente al Palacio de Hofburg en pleno centro de la ciudad. Es el lugar perfecto para degustar las recetas navideñas tradicionales y hacerte con los souvenirs que lleven un trocito de la Navidad austríaca a tu casa. El favorito de los locales es el Altwiener Christkindlmarkt, que hace honor a la tradición y a la riqueza cultural de Viena y que es uno de los planes de Adviento más divertidos para hacer en tu visita.