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Eres atractiva, te pongas como te pongas

Tu naturalidad, tu actitud, tu forma de expresarte y hasta de caminar dicen mucho de ti, independientemente de cómo te vistas, te maquilles o te peines.

Jodie Foster, en la alfombra roja. / GETTY

Raquel Alcolea
RAQUEL ALCOLEA

Cierra los ojos y piensa en mujeres que no sean guapas, pero resulten atractivas. En un 'brain storming' express que tuvimos en redacción nos vinieron a la mente nombres como Jodie Foster, Uma Thurman, Kate Hudson, Angelica Huston, Kate Moss... El atractivo es mucho (muchísimo más) que una bonita apariencia física, un look estiloso, un maquillaje favorecedor o un peinado resultón. El atractivo es parte de ti, de tu esencia y de todo lo que eres tú y no es otra persona. Es ser consciente, de verdad, de esa frase tan manida: sé tú misma. Cómo y cuándo hablas, cómo caminas, cómo expresas tus sentimientos y hasta cómo ves la vida te hace única...

Es probable que, tal como comenta el coach Enrique Jurado, director de D'Arte Coaching, a lo largo de tu vida hayas visto a personas que, a primera vista, te hayan llamado la atención por su belleza, sus bonitos ojos, sus rasgos definidos o su boca sensual, pero que en cuanto han hecho determinado gesto o movimiento o simplemente han abierto la boca su atractivo se ha deslizado por el sumidero del desencanto. Y al revés. Quizá te hayas visto sorprendida por alguien que, aunque a primera vista no parecía destacar, te ha conquistado después con su forma de hablar, sus gestos o las sensaciones que despiertan en los demás.

"El magnetismo, el atractivo, la esencia, o mojo (véase Austin Powers), es algo que aparentemente se tiene o no, pero la realidad es que se puede (y se debe) trabajar", revela Jurado, quien detalla a través de estas claves cómo hacer crecer ese atractivo que parte de tu interior:

  • Da importancia a lo que realmente la tiene. El aspecto exterior, el materialismo, el consumismo, son medios para conducirnos a la frustración contínua, al desengaño y la desesperanza. Este camino sólo tiene ese final. Si, por el contrario, empiezas a entender que tu valía no depende de nada, ni nadie, que ya vales por el hecho de estar aqui, y que tienes todo lo que necesitas para vivir en plenitud, tu vida empieza a cambiar. Haz una revisión de tus creencias, valores y de tu identidad profunda.

  • Los hábitos son una muestra de tu vida. Revisa lo que haces compulsivamente desde que te levantas hasta que vuelves a la cama y cuáles son los hábitos que te ayudan a sentirte bien, sin juicios absurdos ni pérdidas de tiempo y te ayudan a cuidar lo que tienes, cuerpo, mente y emociones.

  • La presencia. El atractivo viene a partir de eliminar la adicción de estar viviendo en el futuro y en el qué diran, o en el pasado y los sentimientos de culpabilidad. Vivir en el presente es fundamental para hacer las cosas con cariño, disfrutar de tu capacidad de observar y valorar lo que tienes y lo que haces.

  • El amor propio y la autoestima. Si no nos queremos es porque hemos comprado la idea al 'Big Brother' de George Orwell, que no somos suficientes, y que nunca lo seremos, que nuestra humanidad conlleva la imperfeccion. Somos perfectamente imperfectos y eso es lo que nos lleva a ser los seres potencialmente más maravillosos del universo, pero si no empezamos por amarnos, dificilmente podremos amar a otras personas. Y asi nos convertimos en la especie más despreciable del planeta.

  • Coherencia. Cuando piensas algo, dices lo contrario o haces otra cosa, sientes frustración, enfado, ira y te dejas de respetar. La coherencia es predicar con el ejemplo, no con la palabra, no tener la necesidad de proclamarte a los demás. Simplemente ser, vivir, crear. Eso es coherencia.

Para Marina Díaz, profesional en Diván Psicólogos, una de las maneras más sencillas y poderosas de incrementar tu atractivo es convertirte en una buena conversadora. "Las palabras adecuadas despiertan el interés de tu interlocutor y crean un ambiente ideal para que surjan relaciones profundas", explica.

Así, la experta da unas pautas iniciales para convertirte poco a poco en una buena conversardora. El primer paso es mirar al otro a los ojos y utilizar un volumen adecuado. "No susurres, pero tampoco alces mucho la voz. Mantente erguida y respira. Esforzarse por rellenar todos los silencios puede transmitir inseguridad, así que no pasa nada si hay pausas en la conversación", explica.

Otra pauta interesante es aprender a escuchar mejor, antes de pensar en qué decir. "Hablar de nosotros mismos es agradable si le das al otro la oportunidad de que lo haga. Esto hará que se sienta más cómodo en tu compañía. Muestra interés por lo que te cuenta la otra persona, pregúntale las razones de sus elecciones y ahonda en lo que es importante para él o ella", explica.

Y a la hora de hablar de ti, no se trata de cambiar la personalidad sino de subrayar los asepctos de ti que más te gustan. Como explica Marina Díaz, será buen mostrarte cordial, extrovertida y con curiosidad hacia nuevas experiencias, pero fiel a ti misma. Además la experta comparte estas otras ideas:

  • Criticar a otros o quejarse disminuye tu atractivo. Algunos estudios demuestran que aunque sepan que estás hablando de otra persona, los que te escuchan acaban asociando esas características negativas a ti. Así que ya sabes: nada de cotilleos de trabajo o de protestar por el mal tiempo. Es mucho más enriquecedor centrarse en todo lo que tenemos para disfrutar y agradecer.

  • Muestra tu vulnerabilidad: no tienes necesidad de ser perfecta y, de hecho, mostrar que no lo eres y que te aceptas con tus fallos te ayudará a cultivar relaciones auténticas y significativas.

  • Empatiza. Si la otra persona te cuenta algo difícil de sí misma, no respondas con condescendencia (“¡pobrecito!”) ni con paternalismo (“deberías haberte dado cuenta”). En lugar de eso, trata de mostrar empatía con frases como “vaya, debe de ser muy duro” o “entiendo que lo estés pasando mal”.

Aprende de tus emociones

La psicóloga Ana Villarrubia, autora de 'Borrón y cuenta nueva. 12 pasos para una vida mejor', centra sus consejos para aumentar el atractivo en el manejo de las emociones:

Los pilares para creer en ti

  • Expresa genuinamente tus emociones. Identificar, expresar y gestionar lo que uno siente de manera adecuada es sinónimo de buena salud psicológica y de una alta inteligencia emocional. Y todo ello pasa por mostrar lo que uno siente sin engaños que acaban generando más desconfianza que otra cosa. Ponle palabras a las emociones, comunícalas y atiéndelas. Parte de este proceso requiere del espejo y la comprensión que nos briden otras personas así que no dudes. Quien es capaz de ser emocionalmente genuino ante los demás resulta más atractivo porque es también más hábil a la hora de generar complicidad y empatía.

  • Acepta que no es posible ocultar tu cuerpo. Más allá de los básicos que te hayas propuesto cambiar por tu propia salud (un peso adecuado, tonificación…) poco más puedes hacer para luchar contra la genética, el metabolismo o el paso del tiempo. Tu cuerpo forma parte de tu identidad. Es de hecho, su envoltorio, la parte mas visible, y por ello no tiene sentido negar ni un solo centímetro de tu piel. Preséntalo orgullosa. Luce tus curvas -o tus 'no curvas'- sin vergüenza porque en ese proceso transmites más seguridad y más confianza que mil cuerpos aparentemente perfectos.

  • Muestra tu lado más atrevido y espontáneo. Permítete llamar la atención cuando te apetezca hacerlo. Ponte ese vestido que no te has atrevido a llevar, canta, habla con esa persona que tanto te gusta o haz esa broma que habitualmente callas. En público, no te permitas pasar ni un segundo más preguntándote cómo debes comportarte para caer bien a los demás; porque ni te interesa caer bien a todo el mundo ni te compensa censurar tu esencia más genuina.

  • Cuídate, dedícate tiempo y mímate todo lo que quieras (o puedas). Hace años que quedó desterrado el mito de la mujer entregada a los demás y pendiente de las necesidades de otros antes que de las suyas propias. Eso solo te convierte en una persona más sumisa, en ningún caso más deseable. Alcanzar cierto grado de bienestar o de equilibrio contigo misma solo es posible a través de un tiempo dedicado a ti en exclusiva; un tiempo en el que identificar dificultades, necesidades o carencias que luego puedas superar a base de trabajo personal, responsabilidad y planes de acción adaptativos.

  • Di lo que piensas, habla sin tapujos. ¿En qué mundo puede resultar seductor que calles algo en lo que firmemente crees? ¿Acaso no tienes tus propias opiniones? Censurarlas sólo por si resulta que alguien piensa distinto a ti no es nunca una opción. ¡Siempre habrá alguien que piense de manera diferente! Mientras lo hagas con respeto expresar tus opiniones no puede perjudicarte. Al contrario, la distinción suele ser un reclamo. Con ello muestras al mundo tu lado más decidido, y te reivindicas con fuerza mientras te distingues de una aburrida y nada interesante masa.

  • Pon límites, di 'no' cuando creas que tienes que hacerlo. A las personas nos define más aquello a lo que nos negamos que las cosas que encontramos admisibles o que podemos llegar a tolerar. Normalmente nos cuesta poner límites claros porque entendemos que los demás van a aceptarnos y querernos más si les damos todo lo que desean. Nada más lejos de la realidad, a quien dice a todo que sí acabamos por considerarlo débil y valorarlo de forma más negativa.

  • Descansa. Parece una tontería pero la falta de sueño o de descanso es una de las mayores fuentes de malestar psicológico, y por tanto un obstáculo para presentarnos ante el mundo de manera atractiva. La falta de descanso no repercute solo sobre nuestro físico (ojeras, piel amarillenta…) sino que también afecta a nuestros recursos cognitivos y nos impide afrontar lo que se nos ponga por delante con seguridad y de forma proactiva.

  • Reconoce tus errores. Las personas inseguras son incapaces de tal cosa. Acepta que dentro de tu genialidad y de tu singularidad eres, como todos, imperfecta. Reconocerlo generará la admiración de todos los que te rodean, que asistirán atónitos a una demostración de asertividad y buena autoestima. Además, aceptar algunas limitaciones te dota de una dosis básica y muy necesaria de humildad para ser socialmente interesante

  • Sonríe, alégrate y comparte tus logros. La sonrisa es contagiosa y genera complicidades. No solo porque una actitud amable ante los demás resulta más atractiva, sino porque tú también te sentirás más predispuesta a experimentar emociones positivas y más conectada con el mundo que te rodea. Por muchas dificultades que en un momento dado te puedan asaltar, no es posible que no haya ningún ámbito de tu vida en el que no puedas sentirte orgullosa y satisfecha. De esos también en necesario hablarle a quienes te rodean.

21 de marzo-19 de abril

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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