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3 cosas que tanto extrovertidos como introvertidos deben aprender desde ya para superar la convivencia forzosa por el coronavirus sin enfrentamientos

La situación es extraña, los días pasan y los distintos caracteres pueden acabar chocando. Pero no hay mal que por bien no venga: la cuarenta del coronavirus va a enseñar a extrovertidos e introvertidos a convivir en armonía de una vez por todas. Solo tienen que tener en cuenta estas tres claves.

El carácter no importa, importa más la empatía y el positivismo. Si quieres mantener el buen ánimo, pincha en la foto y organiza un cine fórum con estas películas./unsplash

El carácter no importa, importa más la empatía y el positivismo. Si quieres mantener el buen ánimo, pincha en la foto y organiza un cine fórum con estas películas. / unsplash

Silvia Vivas
SILVIA VIVAS

Si prefieres trabajar en grupo, salir en pandilla, estar fuera de casa, quedar con gente y hablar en voz alta de lo que te pasa hasta entenderlo, no hay duda, eres una persona extrovertida. A estas alturas del encierro por el coronavirus seguramente ya habrás quemado todos tus cartuchos en forma apps de videoconferencias, organizado los juegos en común en el salón de casa, programado quedadas online con la familia e intentando que toda la comunidad de vecinos juegue a los barquitos por el patio del tendedero.

En cambio, si eres una persona reservada, que disfruta pasando su tiempo a solas, le da infinita pereza tener que salir un viernes por la tarde y de las que rumia las cosas en su cabeza antes de abrir la boca, se puede decir que lo tuyo es la introversión y, a priori, puede parecer que estás más preparado que nadie para superar el aislamiento por coronavirus con nota… ¿O no? ¿Acaso alguien está “saboteando” tu cuarentena hablando sin parar y organizando una hora de deporte a diario en el salón a la hora de la siesta? ¿O por el contrario (querido extrovertido) alguien que se empeña en ir a lo suyo saboteando todas las iniciativas de diversión que estás organizando?

Para tanto unos como para otros hemos elaborado con la ayuda de Daniel Velázquez, (psicólogo colegiado 10877 en Tarrasa y miembro de Doctoralia), esta guía que logrará que la relación entre los extrovertidos y los introvertidos de la casa salga reforzada tras estas semanas de convivencia forzosa (y sin peleas en el camino).

Respeta la privacidad de cada uno (y eso va especialmente por ti, extrovertido)

A veces creemos que el problema es una cosa (“que tú eres un mohíno”, pensará el extrovertido del introvertido o “que tú hablas demasiado antes del primer café”, dirá el introvertido del extrovertido) cuando el problema, en realidad, es otro.

La realidad es que la clave no es el carácter ni las actitudes, la clave es el respeto a la privacidad. Si en un mismo espacio (da igual que sea una casa o una habitación) existe una privacidad, en el sentido de que si estoy en la habitación sé que nadie me va a venir a molestar cuando no quiero que me molesten, pues todo el mundo se va a sentir bien en esa casa se tenga la personalidad que se tenga.

Respertar la privacidad del otro evitará peleas en casa. / unsplash

”Puede haber cinco personas todas extrovertidas o cinco personas todas introvertidas y llevarse a matar porque el problema no es la introversión ni la extroversión, el problema es el respeto y la privacidad, que si están, se funciona, y si no están, no se funciona ni con cuarentena ni sin ella. tener privacidad y respetarla evita situaciones tensas”, asegura el experto.

¿Y esto qué significa? Que tenéis que hablar y no dar nada por supuesto. Ni el más charlatán de la casa puede suponer que leer encerrado en tu cuarto una hora es síntoma de aburrimiento, ni el más callado del lugar puede pretender que solo le dirigen la palabra para molestarle. Antes de pelearos, hablad sobre cuáles son los límites de vuestra privacidad para sentirse todos a gusto.

Es hora de aprender a negociar (y de ser asertivos)

El coronavirus ha trastocado los horarios normales de las casas, lo que se hacía hasta este momento ahora ya no vale. Un ejemplo: tú llegabas a las cuatro de la tarde a casa y veías tranquilamente la televisión y tu serie favorita, y tus compañeros de piso empezaban a llegar a partir de las siete o las ocho, por lo que no te importaba ceder la televisión. Pero ahora llega el momento de volver a hablar de todas las normas de funcionamiento de la casa porque estáis todos juntos a la vez en una situación extraordinaria y, lo más importante, negociarlas y respetarlas una vez consensuadas.

“La negociación es muy importante y para negociar lo primero es dejar hablar, algo que nos cuesta a menudo porque tendemos a hablar todos a la vez. Si el que pide algo justifica de forma asertiva lo que quiere, tiene el sí seguro. En cambio, si lo que intentamos es imponer lo que queremos, es fácil que los demás se bloqueen y no quieran ceder a nuestras peticiones. Es un tema de asertividad y negociación que son las dos cualidades que evitan conflictos”, explica Daniel Velázquez.

No te eches atrás querido introvertido, si has quedado, has quedado. Aunque sea a un karaoke online o un concierto en la terraza. / unsplash

¿Y qué es ser asertivo? Pues comunicarse de forma efectiva con lo demás, saber decir lo que queremos de forma firme pero al mismo tiempo respetuosa y empática tanto con los que nos rodean como con uno mismo. Pero no solo las palabras comunican, también nuestras actitudes.

Y este es un aviso para los introvertidos de la casa: si en la negociación grupal se ha estipulado que todos los días de ocho a nueve los más energéticos van a organizar una hora de ejercicio en grupo, hay que ir por mucho que lo que nos apetezca quedarnos en la cama leyendo un libro. Todos tenemos que hacer pequeños esfuerzos en esta convivencia forzosa, incluso los que podrían sobrevivir en una cueva sin hablar con nadie durante un año. Decir “esto no me apetece”, cuando ya se ha acordado, es una falta de asertividad y de aceptación de la situación actual (que estamos juntos en esto y que una hora al día no nos cuesta nada hacer el esfuerzo de entrenar tal y como nos lo han planteado).

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Aceptar la situación

Este es un punto que afecta especialmente a las personas de personalidad más expansiva y que ahora pasean por las habitaciones de casa como un león enjaulado: hay que aceptar la vida como nos viene. Nadie se esperaba lo que ha sucedido ni sus consecuencias, pero aprender a tomarnos bien las cosas nos ayudará a relajar la convivencia y a no generar conflictos.

Y para eso es fundamental aumentar nuestra capacidad de aprendizaje, nuestro positivismo (hay que pensar que cada día que pasa queda un día menos de encierro) y empatía. “Esta situación nos tiene que servir para pensar: “Tengo una casa, tengo salud, tengo familia. ¿Es bueno o malo lo que está pasando? Ni bueno ni malo, es lo que hay”. Recuerda: lo que aceptas te transforma y lo que no aceptas te destruye.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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