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¿Vives o sobrevives en pareja? Reeducarte es posible

Cuando aceptamos al otro sin el compromiso de cambiar lo que destruye nuestro vínculo nos resignamos y no vivimos con intensidad la relación, según la psicóloga Sònia Cervantes.

Una pareja. / Pixabay

Raquel Alcolea
RAQUEL ALCOLEA

"No hay peor tormenta que la que te armas en tu cabeza". El subtítulo del libro "¿Vives o sobrevives?" (Grijalbo) es para enmarcarlo, sobre todo si quieres evitarte quebraderos de cabeza. La psicóloga Sònia Cervantes, que ha sido asesora en programas como 'Hermano mayor' o 'El campamento' reflexiona, cuestiona y pone sobre la mesa en esta obra lo antiterapéutico que es "no sentirse bien".

Su libro es una invitación a no acomodarse pues, tal como explica, no estar mal no significa estar bien. La psicóloga asegura que ser críticos y proactivos nos proyecta hacia adelante, mientras que ser quejicas y pasivos nos estanca. "Tenemos derecho a quejarnos, pero también la obligación personal de mejorar y seguir creciendo", explica. Así, anima a dejar de sobrevivir para empezar a vivir con alegría, ilusión, intensidad y valentía. Solos o acompañados...

Ponemos a Sònia Cervantes en la tesitura de centrar sus consejos en el ámbito de la pareja y asegura que precisamente en esta época del año es algo que viene muy al caso, pues la mayor parte de las rupturas y separaciones se producen tras las vacaciones del verano. Lo cierto es que, tal como explica, no está del todo claro o al menos no resulta fácil explicar por qué funciona una pareja. Lo que sí se sabe es por qué no funciona. "Cuando no hay aceptación del otro y cuando no hay compromiso de cambio la relación puede hacer aguas. La base está en que todos cometemos errores. Por eso, si yo te elijo a ti y tú a mí, con nuestra cara y cruz y nuestras caras y cruces generan discrepancias, tenemos que adquirir el compromiso de cambiar aquello que perjudique nuestro vínculo", argumenta. Para la autora de " ¿Vives o sobrevives?", cuando existe aceptación sin compromiso lo que hay es resignación y, en su opinión, hay muchas parejas que en realidad se mantienen por resignación o incluso por interés (miedo a quedarse solos o porque no tienen nada mejor).

Para formar una pareja, antes tienes que estar enamorada de ti misma"

SÒNIA CERVANTES

Pero para poder formar un vínculo sólido hace falta mucho más. Así, Sònia Cervantes compara la pareja con un puente. "Por muy bonito y moderno que sea, si no tiene los pilares fuertes, se caerá", explica. Y aquí es donde viene el meollo de la cuestión: "Para formar una pareja primero tengo que estar enamorada de mí misma y quererme mucho, pues solo así aportaré un pilar que no esté débil a ese puente", aclara.

Autoconocimiento: aquí empieza todo

Una buena elección inicial de la pareja ahorra el 80% de los problemas, según explica Sònia Cervantes quien asegura que, si bien es cierto que cuando nos enamoramos se produce una especie de reacción neuroquímica que hace que estemos medio drogados, lo importante a la hora de elegir una pareja es hacerlo con la cabeza y no con el corazón.

Eso suena muy bien, sí, pero... ¿cómo se elige con la cabeza? "A partir del autoconocimiento. Si me conozco bien, sé lo que me conviene. Si, de alguna manera, no sé muy bien quién soy, escojo a quien no debo y eso me trae complicaciones", aclara.

Y una vez que estamos en pareja es importante, según destaca, analizar cómo nos hablamos a nosotros mismos, cuáles y cómo son las preocupaciones anticipadas que nos amargan, cómo nos afectan las creencias del inconsciente colectivo y la demagogia emocional y muchos otros aspectos en los que no solemos parar a pensar. Así, llegaremos a...

Lo que agrieta una pareja

Uno de esos elementos que hacen daño es lo que Sònia Cervantes denomina "el síndrome de Alaska y los pegamoides". Ese "yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré" es de una rigidez mental tremenda pues, según comenta la experta, es más positivo transformarlo por un "yo soy así, pero mañana lo puedo hacer mejor". Y es que, tal como insiste, si no hay cambio, lo que hay es resignación. "Empiezo entonces a sobrevivir y no a vivir, pues, como no me canso de repetir, no estar mal no significa estar bien".

Las "tormentitas" de la cabeza o el modo en el que te hablas a ti misma es otro de los frentes que hay que atender. "Nos tratamos mal y eso es algo que viene de las creencias irracionales, de eso que los psicólogos llamamos 'distorsiones cognitivas' y que tiene que ver con la educación recibida", comenta. Así, la experta explica que el peso de la genética, lo que heredamos, supone un 30% de lo que eres, mientras que el 70% es aprendido que es fruto de las experiencias vividas. "Imagina qué capacidad tenemos tan grande para reeducarnos", comenta.

Eso de "quien bien te quiere, te hará llorar" no solo es mentira sino que nos sitúa en un terreno peligroso"

El concepto del refranero impopular es uno de los que más daño hace, sobre todo aquellos dichos que abogan por el aprendizaje a base de palos ("la letra con sangre entra" o "al niño y al mulo en el culo"). Y también aquellos que relacionan el amor con el sufrimiento. Eso de "amar es sufrir" o "quien bien te quiere te hará llorar" nos lleva a terrenos peligrosos y son la base de las relaciones tóxicas porque de estas expresiones podemos deducir que si mi pareja me monta un pollo o me pega es porque me quiere. Y eso es muy peligroso.

Vivir en "Ysilandia" es como vivir en un terreno pantanoso. "¿Y si me deja?", "¿Y si me ha sido infiel?", "¿Y si en realidad no me quiere?", "¿Y si piensa en otra?"... De alguna manera, con estas preguntas, según cuenta la psicóloga, vamos viajando como Marty McFly en 'Regreso al futuro' moviéndonos en un estado constante de culpa, tristeza o ansiedad. "Pensar en el día de mañana solo está bien cuando se hace de una manera práctica y proyectándose en el futuro con ilusión y no como un acto neurótico, adelantando acontecimientos que me causan malestar y que no solo no han ocurrido, sino que no tienen por qué ocurrir", comenta.

"Lo conocido no es necesariamente lo mejor", es otra de las expresiones favoritas de Sònia Cervantes para explicar que el miedo es la emoción más bloqueante que existe. La educación que hemos recibido, en su mayor parte conservadora, no entiende que nuestro cerebro es rebelde por naturaleza. "Si yo te digo que ni se te ocurra pensar en globos rojos, ¿en qué pensarías inmediatamente?", reta. Así, a la hora de trasladar esto a la pareja anima a dejar de sentirnos culpables para empezar a ser responsables y, por supuesto, a no dejar de soñar nunca.

Y por último, anima a cuidar siempre el lenguaje (tanto hacia nosotros como hacia nuestra pareja). "El modo en el que hablas y te diriges a la otra persona y cómo expresas lo que sientes es fundamental. Puede ser un motivo de ruptura inmediato", asegura.

Terminemos, a modo de aprendizaje, con el permiso de Sònia Cervantes (lo tenemos), con uno de sus psicocuentos:

  • - Te necesito.

  • - Prefiero que me quieras.

  • - ¿Por qué?

  • - Porque serás feliz estando conmigo y sabrás serlo cuando yo no esté.

21 de marzo-19 de abril

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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