A simple vista, el sexo parece una de esas experiencias humanas que siempre han sido, y serán, más o menos iguales: sexo tántrico moderno, deseo, placer, conexión... Cada cual lo vive a su manera, con mayor o menor intensidad, con más o menos libertad. Pero, aunque la esencia se mantenga, la forma en que la sociedad se relaciona con la sexualidad no es estática. Influido por cambios culturales, tecnológicos y sociales, el sexo también sigue tendencias que redefinen qué deseamos, cómo lo expresamos, cómo elevamos una libido baja y con quién lo compartimos.
De la apertura hacia nuevas identidades a la exploración de la inteligencia artificial como compañera íntima, las tendencias sexuales de 2025 hablan de una sociedad cada vez más diversa, conectada y consciente del papel que el bienestar emocional y la salud mental juegan en la intimidad. Porque, aunque el sexo es siempre lo mismo... nunca ha sido igual.
Las tendencias sexuales son estudiadas por diversos actores desde diferentes enfoques, ya que la sexualidad es un aspecto central de la experiencia humana que refleja cambios sociales, culturales, tecnológicos y de salud. Entre quienes investigan las tendencias sexuales se encuentran:
1. Instituciones académicas y científicas. Sexólogos y psicólogos analizan la evolución de las prácticas sexuales, las identidades y la relación entre sexualidad y bienestar emocional. Sociólogos y antropólogos estudian cómo la cultura, la religión, la tecnología y las estructuras sociales influyen en la forma en que las personas viven su sexualidad. Y los centros de investigación sobre salud sexual investigan cómo las prácticas sexuales impactan en la salud física y mental, y cómo se relacionan con enfermedades de transmisión sexual, anticoncepción o satisfacción personal.
• Estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en España: Este informe revela que el 76,9% de los españoles considera que las relaciones sexuales son importantes para una vida satisfactoria. Además, destaca que el 84,9% está de acuerdo en que en una relación sexual todo vale si hay consenso, y que el 62,6% cree que las preferencias sexuales pueden cambiar a lo largo de la vida.
2. Industria del bienestar sexual. Marcas de juguetes sexuales y bienestar íntimo, como LoveHoney, LELO o Womanizer, realizan encuestas para identificar preferencias y hábitos de los consumidores, así como para predecir nuevas demandas.
• La marca de bienestar sexual LELO ha elaborado un informe que anticipa las tendencias sexuales que predominarán en el futuro. Según este reporte, la tecnología y el cambio de mentalidad en la sociedad influirán en la vida sexual de las personas, introduciendo nuevas prácticas y enfoques en la intimidad.
• El informe Sex Trends 2024 de LoveHoney Group analiza cómo están cambiando las actitudes hacia la sexualidad, destacando un auge en el bienestar íntimo, la exploración de la diversidad sexual y la creciente influencia de la tecnología en la intimidad. Sus conclusiones reflejan una mayor apertura hacia el autoconocimiento y el placer como parte del cuidado personal.
3. Aplicaciones de citas.Apps como Tinder o Buble Analizan los patrones de comportamiento y las preferencias sexuales en las interacciones online.
• Informe de tendencias en relaciones de Bumble para 2025: Basado en un estudio realizado con más de 40.000 personas, este informe destaca un cambio hacia la autenticidad, donde las personas son más transparentes y se toman su tiempo para encontrar a alguien que apoye sus intereses antes de comprometerse en una relación.
4. Consultoras de tendencias. Empresas especializadas en prever cambios sociales y culturales, como WGSN (World Global Style Network) y The Future Laboratory, elaboran informes sobre la evolución de la sexualidad y las relaciones.
«La sexualidad es un reflejo de la sociedad, y su estudio no solo desvela cómo vivimos el placer, sino también cómo evolucionamos como individuos y comunidades», señala la terapeuta de pareja Ana Domínguez. Estos informes «ofrecen perspectivas complementarias sobre cómo evolucionan las tendencias sexuales, reflejando cambios en la percepción, prácticas y valores relacionados con la sexualidad en la sociedad contemporánea».
• Cambios sociales: La sexualidad refleja las transformaciones en valores y normas sociales, como el auge de la diversidad de género, la liberación sexual o el consentimiento.
• Salud pública: Comprender los hábitos sexuales ayuda a diseñar políticas de prevención, educación sexual y salud mental.
• Industria y consumo: Permite a las marcas adaptarse a nuevas necesidades de los consumidores en bienestar íntimo, citas y tecnología sexual.
• Tecnología: La llegada de la inteligencia artificial, la realidad virtual o las aplicaciones de citas está redefiniendo la intimidad, lo que exige un análisis constante.
GRANDES TENDENCIAS SEXUALES PARA 2025
Se observa un aumento en la práctica del sexo sin la influencia de sustancias como el alcohol. Según el estudio de LoveHoney Group, el sexo sin sustancias promueve una intimidad más auténtica y consciente. Es lo que se conoce como sexo sobrio o sober sex.
En este sentido, Elisabeth Neumann, sexóloga y directora de Investigación de Usuarios de la compañía, ve en esta tendencia «un cambio hacia una intimidad consciente e intencional que desafía la norma social que vincula el alcohol o las sustancias con la diversión o la relajación, reconociendo que estas influencias a veces pueden perjudicar el consentimiento, la comunicación y el disfrute general«.
Aunque a menudo se ha pensado que el poder desinhibidor del alcohol podría ser un favorecedor de las relaciones sexuales, o incluso ser un afrodisiaco, a la hora de la verdad, afecta al sistema nervioso y dificulta la lubricación o la erección. «A medida que las personas se vuelven más conscientes de los beneficios de tener la mente clara durante los momentos íntimos, el sexo sobrio también se ve como una forma de crear una sensación más profunda de intimidad, confianza y respeto en las relaciones», explica Neumann.
• Empoderamiento. La tendencia al sexo sobrio se trataría de una opción empoderadora que mejora tanto el bienestar personal como la conexión con una pareja. «Ya sea en relaciones comprometidas o en encuentros casuales, la tendencia resalta el creciente deseo de experiencias sexuales auténticas, conscientes y más significativas».
El estudio de LoveHoney Group destaca que la tendencia a la fluidez, tanto en las relaciones como en la identidad, cobrará un impulso significativo, y cada vez más personas explorarán alternativas flexibles y consensuadas a la monogamia tradicional y adoptarán identidades sexuales y de género diversas.
• La no monogamia ética (ENM, por sus siglas en inglés), que incluye las relaciones abiertas, el poliamor y otros acuerdos no monógamos, seguirá ganando popularidad, con un mayor énfasis en la comunicación clara, la seguridad emocional y el respeto de los límites. Este cambio refleja un replanteamiento de las relaciones, en las que los individuos son libres de explorar múltiples conexiones emocionales y físicas sin adherirse a los confines de la monogamia tradicional.
• Sin etiquetas. La experta en salud y bienestar de las marcas de Lovehoney Group Ana Lombardía apunta que cada vez ve más personas que «rechazan las etiquetas tradicionales sobre identidad de género y orientación sexual. Mientras unas escogen unas etiquetas más amplias con las que se identifican más, otras directamente prefieren no etiquetarse y prescindir de palabras que sienten que les limitan y encorsetan. Las etiquetas son útiles cuando nos visibilizan y empoderan, pero dejan de ser necesarias cuando esa función ya está cubierta… pues nos encasillan y no nos dejan crecer ni cambiar».
La tecnología tiene un impacto constante y creciente en la vida actual, por lo que no es de extrañar que esta también vaya a desempeñar un factor determinante en la vida sexual de las próximas décadas.
• No solo las nuevas generaciones. En el contexto de la presencia de la tecnología en la sexualidad futura, Tom Cheesewright, analista especializado en el futurismo, apunta en el informe para LELO que, para muchas personas, «la intimidad se trata de sentirse conectados, y consideran que la tecnología mejora dicho sentimiento». Este aspecto afecta en especial a los Millennials y a la Generación Z, generaciones que nacieron inmersos en la era digital, pero Cheesewright señala que «es de esperar que, en unos años, casi todo el mundo participe en esta realidad digital en alguna medida teniendo en cuenta que vivimos en una cultura impregnada de pornografía online, en una época en la que las personas forjan relaciones a través de aplicaciones, y en donde incluso los juguetes sexuales funcionan y responden digitalmente».
• Juguetes sexuales portátiles: Una de las tendencias clave en este cambio será el auge de los juguetes sexuales portátiles, diseñados para integrar el placer en la vida diaria. Estas innovaciones, apunta el informe de Lovehoney, «brindan una experiencia discreta y personal que mejora la intimidad sin interrumpir las rutinas diarias. En lugar de ser solo dispositivos funcionales, estos productos están diseñados para crear una experiencia sensorial más profunda, ayudando a los usuarios a conectarse más profundamente con su propio placer y con sus parejas.
En 2025, el bienestar sexual adoptará un enfoque más holístico, integrando no solo el placer físico, sino también dimensiones mentales, emocionales y sociales.
• Empoderamiento. La tendencia al sexo sobrio se trataría de una opción empoderadora que mejora tanto el bienestar personal como la conexión con una pareja. «Ya sea en relaciones comprometidas o en encuentros casuales, la tendencia resalta el creciente deseo de experiencias sexuales auténticas, conscientes y más significativas».
El gran reto, explica Ana Lombardía, «es encontrar un balance entre el discurso individualista del yo me priorizo, del tienes que ser libre, independiente y no necesitar a nadie, para centrarse también en construir relaciones humanas de calidad, la clave fundamental y demostrada por numerosos estudios sobre bienestar y felicidad».
En 2025, se espera que los movimientos por la autonomía corporal ganen visibilidad, desafiando las normas restrictivas y empoderando a las personas, especialmente a las mujeres, para definir su propia sexualidad.
• Movimiento #boysober: invita a las mujeres a tomarse un descanso de las relaciones sexoafectivas y enfocarse en el amor propio y el autoconocimiento. No se trata de celibato, sino de desconectarse temporalmente de la cultura de las citas y las expectativas románticas para reflexionar sobre qué tipo de relaciones desean establecer.
• Movimiento 4B: Nacido en Corea, desafía las normas patriarcales tradicionales: no al matrimonio heterosexual, no a la maternidad, no a las citas con hombres y no a las relaciones sexuales heterosexuales
• En el extremo opuesto, el movimiento #tradwife (esposa tradicional) ha ganado popularidad defendiendo roles de género conservadores, donde la sumisión femenina y el matrimonio heterosexual se presentan como ideales.
Estas narrativas opuestas están configurando el debate sobre la sexualidad y el género, con las redes sociales como altavoz clave. Pero su impacto va más allá, explica Ana Lombardía: «Las redes sociales no solo reflejan estas tendencias, sino que también sirven de modelo para muchas mujeres que buscan referentes de comportamiento dentro de las relaciones, cambiando así las dinámicas en muchas parejas».
Lombardía también advierte sobre el papel de los algoritmos en la creación de burbujas ideológicas: «Los algoritmos pueden lograr que nos polaricemos, al no mostrarnos ideas contrarias a nuestros pensamientos. Este clima hace aún más necesario fomentar conversaciones inclusivas y abiertas sobre la sexualidad».