lo queremos
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Vamos a ser honestas: ¿quién no ha soñado con tener el armario de Carrie Bradshaw? Desde sus icónicos zapatos hasta el espectacular Vivienne Westwood (pájaro incluido) de su accidentada boda, los looks de Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York son el sueño de cualquier amante de la moda y, por supuesto, de la mítica serie que tanto nos marcó.
Entre todos los estilismos inolvidables de la columnista más famosa de Nueva York hay uno que todas la fans de la serie recordamos con especial cariño. Hablamos del que abría cada capítulo de la temporada uno a la seis, en la ya inolvidable escena del autobús salpicándola. Ese estilismo se componía de una camiseta de tirantes rosa, uns sandalias de Jimmy Choo y un tutú blanco que se ha convertido en una seña de identidad de la serie.
Es, precisamente, este tutú el protagonista de que Carrie Bradshaw vuelva a estar en boca de todos. La responsable, la casa de subastas de Los Ángeles Julien's , que ha vendido esta pieza por 40.000 dólares. Sin embargo, este precio dista mucho de lo que en su momento se pagó por el tutú, que no fueron más de cinco dólares.
Patricia Field, diseñadora de vestuario de Sexo en Nueva York, tenía una idea muy distinta para el look de Sarah Jessica Parker en la escena inicial de la serie. En un primer momento tanteó la posibilidad de que la actriz llevara un vestido de la colección de primavera de 1998 de Marc Jacobs, pero la descartó al decidir apostar por algo más significativo, atemporal y que se pudiera asociar de forma más directa con el personaje al que Parker daba vida.
Consiguió este objetivo al decantarse, finalmente, por el tutú blanco. Sin embargo, el precio original de la pieza nada tiene que ver con el precio por el que ha salido en subasta. Como ha contado en varias ocasiones la propia Field, encontró esta prenda en una tienda del Garment District de Nueva York, en un montón de ropa por todo a cinco dólares.
Al verlo y consensuarlo con la propia actriz, decidieron que iban a construir el estilismo en función a esa falda de tres capas de tul blanco con una banda de satén en la cintura del mismo color. Además, como en la escena en la que lo lleva a Parker le salpica un autobús en el que aparece su propia cara, necesitaron hacerse con varios modelos de este tutú, aunque luego solo utilizaron uno.
Lo que no sabían ni Field ni Parker en ese momento es que esa prenda de apenas cinco dólares llegaría a convertirse en todo un icono de una generación hasta el punto de llegar a pagar 40.000 dólares por ella. Del valor sentimental, no obstante, quedó constancia hace tiempo: el mismo tutú apareció en la primera película de Sexo en Nueva York, cuando Carrie se lo vuelve a probar y todas sus amigas al unísono responden que se lo quede.
Sin duda, el tutú blanco de Carrie Bradshaw ha sido una de las piezas estrellas de la venta que lleva por nombre Unstoppable: signature styles of iconic women in fashion (Imparables: el estilo de mujeres icónicas en la moda). Pero no ha sido la única prenda histórica con la que han contado como parte de sus lotes.
Entre las prendas también en subasta se encuentra un vestido corto verde de Givenchy que llevó Grace Kelly en una visita a los Kennedy en 1961, un vestido de cóctel en negro que perteneció a Diana de Gales o el vestido que Paris Hilton llevó en la portada de su primer álbum en 2006. Todas ellas forman parte, en cierto modo, de la historia de la moda, y aunque, como es el caso del tutú, no sean de un lujo extraordinario, el tiempo no ha hecho más que revalorizarlas.