El fin del miedo

Mi librera de cabecera me ha recomendado una joya de la que desconocía el título, la autora y hasta el género. Un reflejo velado en el cristal (Hoja de Lata) es una novelita escrita por Helen McCloy, parte de una serie que, según se advierte en la solapa, pertenece a la categoría de «misterio sobrenatural». La autora, que descubro absolutamente, era admiradora de Conan Doyle y aparece guapa y sonriente en fotos en blanco en el Nueva York de los años 50.

Su protagonista, Basil Willing es un detective y psiquiatra, convencido de que nuestro subconsciente deja huellas «que los guantes no pueden ocultar». Está siendo mi lectura estas vacaciones en la nieve y es estupendo morirse de miedo con ella, con la luz entrecortada de la tarde noche en Pirineos, los músculos doloridos después de un atracón de aire libre y una copa de vino.

En los libros de Helen McCloy, en realidad el seudónimo de Helen Clarkson, se resuelven crímenes con la premisa de que nuestra mente puede todo o casi todo, hasta matar sin que tengamos que mover un dedo. Inquietante, ¿no? Jóvenes norteamericanas que fuman a escondidas, se alojan en hoteles de señoritas y visten con tweed y tafetán son asesinadas por alguien o algo, ese indeterminado tan escalofriante de Lovecraft o Sarah Waters. Hay desdoblamientos extracorpóreos, presencias extrañas, orígenes inciertos. En fin, que yo también se lo recomiendo; resulta tan relajante el terror cuando tiene principio y fin.