Pionera, valiente y única: la curiosa herencia de talento, valía y humanidad de María de Villota, «la mejor deportista de su generación»

Hemos hablado con el círculo más íntimo de María de Villota para saber cómo era esta pionera del mundo del motor. La primera española en pilotar un Fórmula 1. Y lo que hemos sacado en claro es que su actitud ante la vida tenía todas las de ganar. Se cumplen trece años de su fatídico accidente.

María de Villota batió todos los récords dentro y fuera de las pistas. GTRES
Pionera, valiente y única: la curiosa herencia de talento, valía y humanidad de María de Villota, «la mejor deportista de su generación»
Ángeles Castillo
Ángeles Castillo

Ha querido la casualidad que se estrene F1: La película, con Brad Pitt en la parrilla de salida, justo cuando andábamos preparando este reportaje sobreMaría de Villota (1980-2013). Así que, en medio de este rugir mediático de motores y con la pasión por el automovilismo acelerada, recordamos la gloriosa y espectacular carrera de esta piloto que batió todos los récords mucho más allá de la Fórmula 1 y los circuitos.

No solo por su Legado, con mayúscula, que ha prolongado su labor más solidaria gracias a su familia y su entorno, sino por la huella que ha dejado tanto en lo personal, por su carisma, como en lo profesional, por no ver jamás obstáculos en una larga e intensa carrera hacia sus sueños que solo pudo frenar un fatídico accidente, del que se cumplen hoy, 3 de julio, 13 años. María de Villota fue lo que se dice una pionera, la primera española en pilotar un Fórmula 1. Una mujer abriéndose camino a lo grande en un mundo de hombres. El héroe lo tenía en casa: su padre, el piloto Emilio de Villota.

Buscando saber más de la mejor deportista de su generación, hemos hablado con su madre, Isabel Comba; con su hermana, Isabel de Villota; con la que fue su mánager y amiga, Arancha Yagüe, y también con la piloto que está arrasando en el Dakar, Cristina Gutiérrez, para quien María es toda una referencia. No hemos dejado pasar la oportunidad de preguntarle a María José Barrero, actualmente subdirectora de Comunicación de Vocento, quien la entrevistó para Mujer Hoy después del accidente, qué impresión le causó conocerla. Todas destacan su desbordante y contagioso entusiasmo, su determinación y valentía, así como su preocupación por lo que llamaba «mi nuevo equipo» (léase «los enfermos») en ese otro «campeonato del mundo» que le tocó disputar.

Una pulsera solidaria y el libro La vida es un regalo

En ellos se volcó a raíz del gravísimo accidente que sufrió el 3 de julio de 2012 en el aeródromo de Duxford (Reino Unido) mientras realizaba las pruebas aerodinámicas con su equipo de Fórmula 1. Se salvó de milagro, pero la dejó profundamente marcada, y no solo por lo físico. Inolvidable su imagen con el parche en el ojo, como la pirata buena del poema Un mundo al revés de José Agustín Goytisolo. Entonces se le pasó por la cabeza que su estrella, la de su casco, podía bajar a tierra y transformarse en una pulsera solidaria, en colaboración con Durán Joyeros. Un proyecto que, como explicará más adelante su hermana Isabel, «es cien por cien María». Lo llamó Primera Estrella.

Su idea era recaudar fondos para la Fundación Ana Carolina Díez Mahou, que se ocupa de niños con enfermedades neuromusculares genéticas. Y ahí continúa. De hecho, acaba de salir una nueva edición limitada de la pulsera (110 euros; a la venta en la web de la joyería y en su tienda oficial de Goya 19, en Madrid), que se complementa con su libro, La vida es un regalo (2013), que escribió a sorprendente velocidad, al fin y al cabo era su especialidad, y que ha acabado siendo otro de sus éxitos.

Nada más abrir esas páginas, leemos: «Y un día te das cuenta de que vivías dormido, pasabas a ciegas y sentías a medias. Si un accidente no ha parado en seco tu vida, vive soñando, pasea observando y ama apostando. Si un accidente ha parado por un momento tu vida, sabes de lo que estamos hablando». Finalmente, la muerte se llevó a María de Villota el 11 de octubre de 2013 en Sevilla, silenciosamente, mientras dormía y como consecuencia de las lesiones neurológicas de aquel funesto choque contra un tráiler aparcado a pie de pista con la rampa a media altura.

Su historia es de bandera. Ya era una niña «alegre, lista, simpática, risueña, de sonrisa espectacular, aunque llevara los brackets puestos, y muy cabezota. Cuando se proponía algo, lo conseguía. Ella era así», tal y como la describe su madre, Isabel Comba. Para subrayar seguidamente que «le encantaba soñar y conseguía con esfuerzo y tenacidad lo que le gustaba. Siempre sabía cómo hacerlo». Tal cual, porque fue la primera mujer en el Mundial de Turismos (WTCC), en la Superleague Fórmula, con un cuarto puesto en Nürburgring (Alemania), y también en conseguir la pole position en las finales mundiales del campeonato Ferrari Challenge. A estas hazañas hay que sumar su participación en la Fórmula 3000, en las 24 horas de Daytona y en el Campeonato Alemán de Turismos ADAC Procar, donde quedó tercera. El automovilismo era su mundo. Y el de toda su familia.

María de Villota junto a su madre, Isabel Comba, y su hermana Isabel. ÁLBUM FAMILIAR

María de Villota, referente como piloto y como ser humano

Llegó tan alto y de tal manera que su madre admite que «a mí, como mujer, me hubiera encantado ser como ella». Sabe mejor que nadie que es un referente para muchas mujeres deportistas y, en especial, para las que se ponen al volante: «Se abrió paso en un deporte más masculino, sí, pero la mujer que quiere alcanzar lo que le gusta tiene que ponerse y conseguirlo». Igualmente, su nombre es clave para las no deportistas: «María supo levantarse, y a mí me ayudó a superar la pena de verla con el parche de colores. Su actitud te sigue animando día a día a ayudar a los que están a tu lado y necesitan una sonrisa. Esa que ella tenía y recordamos».

Ahora, la piloto está en los recuerdos y en el Legado María de Villota, que, como detalla Isabel Comba, «lo empezó con su primo Javier (Pérez-Mínguez) y fue la razón de levantarse día a día, le dolieran o no sus cicatrices, que fueron muchas. Pero asumió la responsabilidad de ayudar a los niños y familias necesitados de cariño, que también la ayudaban a ella». Más de una década después, esta madre que perdió a una hija a los 33 años ha vuelto a recuperar la alegría con sus nietos, «que me hacen ver y sentir que la vida es un regalo». Pero, claro, «con María a nuestro lado con su parche y su sonrisa hubiera estado genial», añade.

«Ha pasado tanto tiempo y al mismo tiempo tan poco desde el accidente», exclama su otra hija, Isabel de Villota, que manifiesta un amor incondicional a su hermana. Se traduce en el apoyo a «esa escudería de enfermos valientes, como decía ella. Y con su escudería seguimos trabajando a tope cada temporada, y tenemos nuevos circuitos y otros míticos, como la pulsera». Aquí hay que hacer especial mención del comedor social de Vallecas; la Milla y el Triatlón de la Península de la Magdalena (Santander), que se hacen todos los veranos y tocan este 6 de julio; o la carrera también benéfica del 24 de diciembre en el Circuito del Jarama.

La pulsera solidaria y el libro de María de Villota. CORTESÍA

El Legado es, sin duda, una forma de estar con María, de seguirle los pasos que ella dio en el que quizá sea su gran triunfo. Fue posible gracias a muchas personas, entre ellas a Alfonso Jiménez, en ese momento director de la Fundación Deporte Joven del Consejo Superior de Deportes y ahora director de la Fundación Cantabria Labs. «Cuando murió María, dejamos toda la actividad deportiva vinculada al automovilismo, y papá se volcó 100% con el Legado. No ha fallado ni un solo domingo en el comedor social, por ejemplo», relata Isabel de Villota, la hermana mayor. María era la mediana. «María y yo nos llevábamos 13 meses y las dos nacimos un día 13», agrega, jugando con la magia numérica. Emilio, el otro Emilio de Villota, también piloto, es el pequeño.

Divertida, cercana y cariñosa, así era la piloto María de Villota

Isabel, periodista de formación, abunda en esta vocación del mayor de los Emilios: «Cada vez que va al comedor, es un chute de energía para toda la gente que está ahí. Nos organiza a todos como si fuésemos mecánicos haciendo un cambio de rueda. Y ahí estamos. Uno poniendo el tenedor, otro sirviendo el plato... Es maravilloso cómo consigue transformar las cosas pequeñas en enormes. Y María igual. Siempre decía que lo importante está en los detalles». Esta vitalidad la hace extensiva a su madre: «Los dos han sido nuestra energía constante, lo fueron en su momento y lo siguen siendo».

Isabel se deshace en elogios hacia María, de quien remarca su «capacidad increíble de conquistar a la gente y, sobre todo, una determinación que yo solo he visto a mi padre. Dos personas con una capacidad de luchar por sus sueños espectacular». En el caso de la piloto, resalta que «tenía claro lo que quería, nada la apartaba de ello y, sin embargo, brillaba. Era divertida, cercana, cariñosa y, al mismo tiempo, muy inocente desde el punto de vista de la dulzura».

María de Villota era pura vitalidad incluso después del accidente. ÁLBUM FAMILIAR

Estos rasgos de carácter afloraron incluso el mes que permaneció en el hospital Addenbrooke, en Inglaterra, tras el infortunio: «Vio sufrir a mucha gente y, más que sus propias lesiones, le dolía lo que tenía alrededor. Y encontró ahí su fortaleza, su nueva determinación, porque la misma determinación que puso para ser piloto de Fórmula 1, que lo consiguió, la puso también para ayudar a estos niños con enfermedades degenerativas. María no dejó pasar esta injusticia de vida, se la echó a la espalda y la compartió, la vivió y los últimos meses de su vida se los dedicó cien por cien a esta gente».

La importancia de la actitud positiva y el apoyo familiar

Como nos confirma Isabel, padre e hija eran muy parecidos. «Pero te diría que María y mi madre tenían un vínculo especial. Quizá, en toda la parte profesional, mi padre siempre fue un referente. Era muy exigente, no valían las medias tintas, porque si quieres ser una deportista profesional y ganarte la vida en la Fórmula 1, tienes que ser la mejor en la preparación física. No vale que seas un poco mejor que el de al lado. Vivir así no era fácil, pero por su carácter lo hacía fácil, que eso es lo que quizás a mí más me maravillaba. Y mi madre, por otro lado, tenía esa generosidad hacia los suyos. Ese sentimiento familiar, que define mucho al Legado, es cosa de mi madre, que siempre ha sido un pegamento importantísimo para que estemos unidos», expresa Isabel.

El dolor de una madre que pierde a su hijo es inenarrable. Su alegría, tal y como ella nos ha confirmado, vino con los niños. «Al año y medio de fallecer María, mi cuñada se quedó embarazada y yo un mes después, porque los cuatro nietos nacieron en un periodo de dos años, y eso a mi madre le cambió la vida. Fue capaz de dirigir todo ese amor hacia sus nietos, porque ve en ellos algo de su tía». Al final, todos se han quedado con lo bueno. Con esa actitud positiva de María, que ha sido un ejemplo.

Así lo reconoce su propia hermana: «Yo antes era mucho más egoísta, no era capaz de saber dónde estaba lo importante. Y ver su manera de enfrentarse al accidente, esos 18 meses que vivimos a tope después, me cambió la vida. Fue una manera de prepararme para dar a mi hijo, que es autista, todo el amor que necesita. A mí, tanto su accidente como su legado en general me han convertido en una persona muchísimo mejor». Y lo remata diciendo que «nos dejó el mejor regalo, que es su libro, para que nosotros también cambiemos el paso. Parad en seco, dice, como si un accidente ocurriera en vuestra vida».

María de Villota llevaba la pasión por el motor en las venas. ÁLBUM FAMILIAR

Ella, desde luego, cambió el paso porque «es la que hizo que las mujeres se plantearan que ese mundo también podía ser para ellas. Abrió la puerta en el automovilismo a nivel profesional, que no amateur, que ya había bastantes. Ahora hay muchísimas niñas en España haciendo carrera. Todas se miraron al espejo a través de María y no hay ninguna que no sea consciente de que les abrió el camino a esa posibilidad». No tarda en salir en la conversación Cristina Gutiérrez, que en 2024 se convirtió en la segunda mujer en la historia en ganar el Rally Dakar, tras Jutta Kleinschmidt, que lo logró en 2001: «Hoy es el referente internacional de las mujeres pilotos en España».

La historia de Cristina Gutiérrez, la heroína del Dakar

Le hemos preguntado a la propia Cristina Gutiérrez quién es para ella María de Villota. Nos cuenta primero cómo la conoció: «Desde muy chiquitita fue alguien en quien me fijé porque es verdad que no había referentes femeninos . Y tuve la suerte de coincidir con la familia Villota y en especial con María. La conocí en un curso que impartía su escuela en Madrid y se me encendió una luz. Porque cuando empezamos a competir, necesitamos esa persona en la que fijarnos, en la que ver posibles nuestros sueños».

Así que influyó, y mucho, en su carrera: «Cuando ves a alguien hacer algo increíble y te sientes identificada con esa persona, al final te influye en cómo afrontas las adversidades y ves más posible tu sueño. Porque si no hay nadie por delante de ti abriendo camino, se hace más cuesta arriba. En mi caso, María me abrió las puertas». Ahora, la heroína del Dakar considera que «ha cambiado sobre todo la concepción que tenemos cuando vemos a una mujer en el mundo del motor. Seguramente, cuando María empezó, era mucho más complicado y la gente se extrañaba muchísimo de que una mujer optara a competir al mismo nivel que un hombre». Sin embargo, «a día de hoy se ve menos extraño, aunque sí hay ciertas situaciones que aún como mujer cuestan. Pero dando estos pequeños pasos y haciendo ver que somos capaces se va a ir cambiando».

Por eso, afirma, «es importante seguir siendo altavoz como María lo fue y seguir sus pasos porque ella hizo una gran apertura y nosotras tenemos la responsabilidad de hacer que ese camino sea más fácil para el futuro». Ahora le toca a ella, que compite de igual a igual con los chicos al máximo nivel en el Dakar, ser el referente para «continuar normalizando la figura de la mujer en este terreno, de seguir rompiendo barreras, abriendo mentes. Esto es una responsabilidad que las niñas del futuro también tendrán. No es un trabajo de un mes, sino de años, y sí que me siento con la oportunidad de poder transmitirlo».

María de Villota junto a Carlos Sainz y Emilio de Villota. ÁLBUM FAMILIAR

Gutiérrez sube a María de Villota todavía más alto en el podio: «Transmitía algo especial, siempre con una sonrisa. Me impactó muchísimo y lo tengo como un recuerdo supervivo». Eso mismo destaca Arancha Yagüe, que fue su mánager, además de amiga íntima: «No solo fue capaz de entrar en la Fórmula 1, rompiendo esa brecha y abriendo camino a las mujeres. Es también cómo era a nivel humano. Eso es lo que marca la diferencia». La retrata como «una persona muy alegre, positiva, optimista, muy inteligente, muy trabajadora, con una capacidad de trabajo enorme y esa costumbre de ayudar a los demás, que la tuvo siempre». El lema de ambas, por cierto, era: «Para nosotras, un no es un ya veremos».

De Carlos Sainz a Fernando Alonso, el respeto a su figura

«A mí fue una chica que me impactó muchísimo cuando la entrevisté», señala María José Barrero, entonces subdirectora de Mujerhoy, revista que la llevó a portada en 2009 y que en 2013 publicó la primera entrevista tras su accidente. «Creo que ha sido una de las entrevistas que más me han impactado en mi vida por la fuerza que transmitía, por su alegría de vivir, que era algo alucinante. Esa señora con lo que había pasado y estaba superemocionada», rememora la periodista, a la que también le llamó la atención lo coqueta que era, «con su parche, con el pelo cortito, que estaba muy guapa». Y otra pincelada más: «Tenía la capacidad de unir personas, que eso es también muy bonito».

A Barrero se le quedó grabado en la memoria «cómo recordaba esos momentos tan duros que había pasado y el agradecimiento a su familia, que no la había soltado de la mano». Aprovechamos para citar a Rodrigo García Millán, su marido, siempre a su lado. En cuanto a su faceta profesional, la evidencia es aplastante: «Fue una figura rompedora, y en 2009 además. Posiblemente, de no haber tenido el accidente, habría sido una de las primeras mujeres en ir subiendo categorías en el motor. La respuesta de los pilotos a su accidente y a su fallecimiento demostraba la importancia que tenía. Ella se ganó el respeto de un mundo tan masculino como ese. Eso no lo duda nadie. Llevaba el motor en las venas».

Y así era. Ahí están las palabras de Fernando Alonso: «Te levantaste mucho más deprisa de lo que caíste». Las de Pedro de la Rosa: «María siempre ha sido una máquina que no se detiene ante nada porque nada es un problema para ella». O las de Carlos Sainz: «Siempre has sido un ejemplo por tu tesón y empeño en llegar a lo más alto, tienes toda mi admiración».

HORÓSCOPO

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Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.