Muere el actor Manolo Zarzo a los 93 años: dos bodas, una hija chica Almodóvar y una heroica tragedia

El actor Manuel Zarzo (Madrid, 1932), conocido artísticamente como Manolo Zarzo, ha fallecido a los 93 años en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. Convertido en uno de nuestros intérpretes más prolíficos desde que debutara a los 16 años recorriendo España junto a una compañía de teatro juvenil, se consideraba a sí mismo «un obrero del cine». Participó en películas tan icónicas como Los santos inocentes y en series muy populares como Aquí no hay quien viva.

En mayo del año pasado, Zarzo había sido sometido a una operación de corazón, durante la que le colocaron un marcapasos. En declaraciones a la agencia EFE, su familia ha expresado su deseo de despedirle en la «más estricta intimidad» en un funeral al que solo asistirán sus amigos más cercanos.

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Nacido en el madrileño barrio de Ventas en el seno de una familia humilde, fue el menor de ocho hermanos y desde pequeño sintió una gran pasión por el teatro. Al principio empezó en el mundo del espectáculo formando pareja con su hermana Josefa, dándose a conocer como Los hermanos Zarzo, pero sería en solitario cuando debutó en la gran pantalla en 1951 con la película Día tras día de Antonio del Amo. Desde entonces no dejó de hacer cine hasta su último papel en Amalia en otoño, que estrenó en 2020.

Durante su larga carrera trabajó con los mejores directores españoles, como el recientemente fallecido Mariano Ozores, Carlos Saura o José Luis Garci. También compartió pantalla con leyendas de la actuación, desde Fernando Rey a Paco Rabal o Pepe Isbert. Pero Manolo Zarzo también consiguió hacerse un nombre en el extranjero, trabajando en importantes producciones italianas y francesas junto a estrellas de la talla de Monica Vitti y Marcello Mastroianni. En la televisión le pudimos ver en series tan recordadas como Juncal o Compañeros.

Casado en dos ocasiones y con cinco hijos, es especialmente recordada la relación sentimental que mantuvo con Lina Morgan a principios de los años 50, cuando ella era apenas una adolescente de 14 años y él tenía dos años más. «Lo nuestro era darnos un beso, pegar un achuchón... no lo de ahora, ¡qué más hubiésemos querido como ahora!», aseguró el actor recordando aquel amor juvenil en unas declaraciones recogidas por La Razón.

Años después, en 1959, Manuel Zarzo pasó por primera vez con el altar con María Luz Cañizares, de profesión enfermera, con la que tuvo tres hijos, Manuel, Flavia y David, dos de los cuales siguieron los pasos de su padre en la interpretación. De hecho, Flavia participó en una de las primeras pleículas de Pedro Almodóvar, la polémica Entre tinieblas. Pero el amor se les acabó y se separaron en cuando pudieron firmar legalmente los papeles del divorcio.

Posteriormente, el que está considerado como uno de los grandes secundarios de nuestro cine se casó nuevamente con Pilar Alfonso, que ha sido su pareja hasta su fallecimiento. Con ella tuvo dos hijos más: Mario y Hugo. Hoy los cinco lloran la muerte de su padre.

Manolo Zarzo nunca se consideró a sí mismo una estrella. «Aunque creo que no he hecho todo lo que podía haber hecho, tengo amigos y el respeto y cariño de la gente», confesaba en el homenaje que la Academia del Cine español le ofreció en 2023. Fue entonces cuando recordó un dramático suceso ocurrido en 1960, donde demostró un gran coraje que estuvo a punto de costarle la vida.

Los hechos ocurrieron cuando el actor se dirigía hacia la Puerta del Sol para sellar su pasaporte porque tenía que hacer una película en Italia. En el camino se encontró con un incendio en la calle Carretas y se unió a un grupo de personas que estaban sujetando mantas para que las personas que estaban atrapadas pudieran bajar del edificio.

Una de las jóvenes que saltó iba a caer fuera de la manta y Manolo Zarzo al tratar de evitarlo se echó hacia atrás para cogerla «y sentí cómo su peso me caía sobre el hombro. Estuve dos horas clínicamente muerto y después dos meses con el torso escayolado. Salí de aquello con voluntad. Me dije: 'me voy a poner bien', y aquí estoy«, fue su emotiva confesión aquel día.

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