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Por esta película de terror sí merece la pena pasar miedo en el cine. A ver: si te encanta el género, 'La última noche en el Soho' no te va a decepcionar. Quienes la vieron durante el Festival de Sitges, cónclave de los mayores expertos en miedo del país, disfrutaron a lo grande. Para convencernos a las demás, las que evitamos sentir escalofríos en la butaca, Edgar Wright despliega un envoltorio visual brillante y sofisticado que promete dejarnos con la boca abierta. Sus armas son dos: el poder de seducción de Anya Taylor-Joy, la hipnótica protagonista de 'Gambito de dama', y a apabullante explosión de música y moda que se vivió en el Londres de los años 60: el minifaldero 'Swinging London'.
No podemos desenvolver demasiado la trama de 'La última noche en el Soho' porque se pierde la sorpresa y la película basa su efectividad en su capacidad para no descubrir, sino complicar, el misterio principal. De hecho, podríamos decir que la película discurre tanto por los terrenos del suspense como del 'thriller':estamos ante un mecanismo que inocula incertidumbre, investigación y paranoia que atrapa desde el minuto cero a los créditos finales. De hecho, muchos críticos sostienen que su primera hora es la más excitante que vamos a ver en el cine este año. En ella, Wright nos presenta a Eloise (Thomasin McKenzie), una joven ilusionada por llegar a Londres para estudiar moda y que suspira por los años 60.
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Una noche, Eloise encuentra una inesperada puerta de entrada al tiempo pasado: en sueños, se refleja en las peripecias de Sandie (Anya Taylor-Joy), una chica (¿imaginaria?) que quiere hacerse un lugar como cantante en la capital británica durante los sesenta. El encantador cuento de hadas con príncipe azul incluido que vive Sandie se va revelando cada vez más turbio, hasta el punto de que Eloise ha de convertirse en detective de un crimen cometido seis décadas antes. No contamos más. Si te apetece ir al cine este fin de semana, ya tienes peli. ¿Hemos dicho que, además, 'La última noche en Soho' es la última película que rodó la adorable Diana Rigg, estrella del Swinging London real?