Nueva cara en el Gobierno
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Con toda una trayectoria vinculada a la acción por el clima y la transición energética, Sara Aagesen Muñoz fue la primera mujer en ocupar la Secretaría de Estado de Energía. Ahora esta madrileña de 48 años da un paso al frente para sustituir a Teresa Ribera como vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Este nombramiento conforma que el suyo es uno de los perfiles más técnicos y mejor valorados del Gobierno.
El anuncio del nombramiento de Aagesen se produce después del final del auténtico culebrón político que ha supuesto el nombramiento de Ribera como vicepresidenta ejecutiva de la nueva Comisión Europea de Ursula von der Leyen, una vez superado el veto promovido por el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo.
Con la llegada de la nueva ministra, Pedro Sánchez completa los cambios en su Ejecutivo, a los que recientemente se incorporó Óscar López,, el que fuera director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, como ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública.
Nacida en Madrid en 1976, Aagesen es ingeniera química por la Universidad Complutense de Madrid, con especialidad de Medio Ambiente, y desde enero de 2020 se desempeñaba como secretaria de Estado de Energía, siendo la escudera más fiel de Teresa Ribera y la primera mujer en llegar a este puesto.
La nueva ministra no tiene redes sociales aparte de su cuenta profesional en LinkedIn, donde se presenta con un breve perfil que reza así: «Trabajando para el Gobierno español en distintas funciones desde 2002. Ha participado en las conversaciones internacionales de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y participado activamente en las políticas europeas y nacionales sobre cambio climático, con especial atención a los sectores del transporte, la energía, los residuos, los gases fluorados y los hogares».
El último y joven rostro en el gabinete de ministros de Sánchez se prodiga poco en entrevistas, aunque en una conversación con la revista 'Ambienta' nos dejaba algunas reflexiones interesantes. «Quiero pensar que el hecho de que las mujeres podamos estar en posiciones visibles es el inicio del cambio. Me gustaría que las generaciones más jóvenes se acostumbren a tener referentes de mujeres en estos sectores tan clásicamente masculinizados», aseguraba sobre la necesidad de romper el famoso techo de cristal.
En esta interesante conversación afirmaba que también le recarga las pilas «comprobar cada día que mis hijos son una fuente renovable de sonrisas y energía» y que le quitan la energía «la demagogia, la crítica vacía e interesada, la polarización y la inercia». Añadía que su color favorito, claro, era el verde, y que como personaje histórico admira especialmente a Blas de Lezo, porque «se sobrepuso siempre a las adversidades y perseveró cuando lo tenía todo en contra».
Sara Aagesen aterrizaba en 2002 en la Oficina de Cambio Climático, donde desarrolló una trayectoria vinculada a la acción por el clima y la transición energética, tanto en el marco nacional como internacional. Ha sido negociadora para la CMNUCC y ha participado como experta en diversos grupos de trabajo de la Comisión Europea. En 2018 fue nombrada asesora del gabinete del Ministerio para la Transición Ecológica y ha participado en el diseño de políticas y medidas del nuevo marco regulatorio en materia de energía.
En 2013 fue distinguida con la Cruz de la Orden Civil del Mérito Medioambiental, que es otorgada por el ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Entre los desafíos que deberá afrontar ahora la nueva ministra se encuentran temas urgentes como la aprobación de la tarifa eléctrica para 2025, avanzar en la transición del sistema energético español o la mejora del régimen económico de las energías renovables.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.