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Esos son los errores que cometes con el protector solar y por eso te quemas la cara en la playa

No olvidarse del protector solar cuando te vas a dar un baño de sol es un paso. Sin embargo, elegir el más apropiado para tu piel, aplicarlo adecuadamente y en la cantidad necesaria no es tarea fácil. Estos son los errores más comunes que comentemos con él cada verano (y la manera de evitarlos).

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Pincha sobre la imagen y descubre los mejores protectores solares urbanos. unsplash: anna demianenko

Aunque los expertos aseguran que hay que proteger la piel de los daños solares durante todo el año, el momento en el que comienzan a aumentar las temperaturas es cuando tomamos más conciencia de la importancia del uso de un protector solar. Sin embargo, el hecho de ir a comprarlo no es suficiente para proteger nuestra piel (adecuadamente) de los daños solares; también hay que ser consciente de los errores más comunes que cometemos en cuestión solar par evitarlos. Una pista: “combinar la crema de sol con cápsulas es de gran ayuda para los errores de aplicación de la crema solar. Este dúo activa la reparación celular e incrementa la resistencia al sol significativamente”, reconocen desde los Laboratorios Cantabria Labs.

No eliges un protector de amplio espectro

Al comprar un protector solar no solo hay que fijarse en el SPF, sino que también tienes que cerciorarte de que proteja tanto de los rayos UVA (los culpables del fotoenvejecimiento a largo plazo), los rayos UVB (los que producen la quemadura tras la exposición solar) y los infrarrojos (multiplican los radicales libres, provocando el riesgo de agotar los antioxidantes).“Se trata de protectores que protegen contra la radiación UVA, la radiación UVB y los infrarrojos. “Es importante elegir siempre fotoprotectores de amplio espectro porque los tres tipos de rayos atraviesan la atmósfera e inciden sobre nuestra piel. Por suerte, en el mercado cada vez son más los protectroes solares de este tipo”, asegura Laura Izquierdo, química y co-fundadora de Izba Nature.

Te aplicas una cantidad insuficiente

Los dermatólogos recomiendan que apliquemos 2 mg de producto por cada centímetro de piel, lo que se traduce en un gasto de 30 ml de producto cada vez que nos lo aplicamos (cada 1,5 o 2 horas). Para que te quede claro, deberías de usar dos palmas de la mano de protector solar cada vez que te lo apliques, nunca menos cantidad. “Cuando se hacen los estudios de medición del FPS se aplican 2mg/cm2. Sin embargo, la aplicación habitual suele ser de 0.5mg/cm2. Por tanto, para suplir esta diferencia se recomienda usar fotoprotectores con un SPF de 30 o más y reaplicar la crema cada dos horas”, comenta Isabel Lostao, directora del centro Estética Lostao.

No usas la textura apropiada

“Lo mejor son las texturas crema que a pesar de no ser tan cómodas como el formato spray o los polvos, ya que son las que garantizan una buena cobertura, siempre y cuando te cubras adecuadamente la piel con ellas. Y también debes evitar las texturas de toque seco, muchas incorporan ingredientes volátiles que acaban irritando nuestros ojos”, advierte Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty.

Te olvidas de añadir un antioxidante

Normalmente prestamos atención a las rayos UVA y UVB y no pensamos en los radicales que se forman durante la exposición solar. “Añadir uno o varios antioxidantes a nuestra rutina solar es un paso imprescindible para neutralizar los radicales libres, que son los verdaderos responsables del envejecimiento cutáneo. Habría que aplicarlo en forma de sérum, antes de aplicar el solar elegido”, aconseja Catalá.

Aprovechas las cremas de un verano para otro

Al igual que ocurre con el resto de cosméticos, los protectores solares también caducan. Si no lo has abierto, debes fijarte en la fecha que viene en el envase para saber cuándo debes tirarlo; pero si ya lo has usado, “tienes que buscar en el envase la figura de un tarro con la tapa abierta y el número que hay en su interior. Normalmente, el fotoprotector caduca a los nueve meses de estar abierto –nunca puede guardarse de un verano a otro–; aunque no debes utilizarlo si ves que cambia de aspecto, de color o tiene un olor desagradable. Y recuerda cerrar bien el envase antes de guardarlo, en un lugar seco y sin exposición al sol”, explica Paola Gugliotta, directora de Sepai y máster en Dermocosmética.

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