Cómo reducir las bolsas: los tratamientos estéticos recomendados por los profesionales del sector

Las bolsas bajo los ojos, provocadas por la acumulación de grasa o líquido en la zona periocular, no siempre son consecuencia del paso del tiempo. Factores como la genética, el estrés, el insomnio o una alimentación poco equilibrada pueden acentuarlas incluso en personas jóvenes.

En los últimos años, la demanda de soluciones para corregirlas ha crecido de forma notable. Es importante saber cuál es la causa de la bolsa y realizar un abordaje de la mano de un profesional cualificado que haga una valoración total de la zona y no sólo de la bolsa en concreto. La doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica de Eleca Clinic y la doctora Carmen Górriz, médico estético de IMR explican cómo actuar sobre las bolsas.

Existen diversos motivos por los que aparecen las bolsas y «no todas las bolsas bajo los ojos van a ser exactamente iguales, por eso tenemos que hacer un tratamiento muy específico» explica la doctora Jiménez. En cuanto a los motivos de aparición, la doctora Górriz menciona «la genética» existiendo «personas que tienden a tener bolsas desde jóvenes porque lo han heredado». La profesional añade que «influyen muchos otros factores como el cansancio, dormir mal, retener líquidos, tomar mucha sal o alcohol o el propio envejecimiento». La experta destaca que «con los años, la piel se vuelve más fina y la grasa de la zona puede irse desplazando, haciendo que esa zona se vea más inflamada o abultada».

Las bolsas, en líneas generales, explica la doctora Jiménez que «suelen ser una protrusión de la grasa que está en la zona orbitaria pues tenemos un septo que con el tiempo va perdiendo fuerza y va haciendo que las bolsas vayan avanzando hacia delante y protruyendo ese septo se ancla el reborde orbitario que se continúa con la parte del pómulo». La cirujana plástica añade que «el pómulo va a estar formado tanto por una parte ósea grasa como por piel y dependiendo de donde se encuentre, las bolsas pueden aparecer, incluso en personas muy jóvenes». Por ello, a la hora de valorar es clave saber la causa ya que si esa bolsa es genética «poco vamos a hacer sin cirugía» o si se produce por unos factores que la potencian.

Una vez conocemos la causa principal de las bolsas debemos de dejarnos asesorar por un experto. La doctora Carmen Górriz explica que «a veces se pueden tratar sin cirugía, con tratamientos de medicina estética, pero en otros casos la única opción es la blefaroplastia, una de las intervenciones quirúrgicas con mejores resultados». Sobre la blefaroplastia profundiza la doctora Jiménez y explica que «el tratamiento más eficaz y efectivo es la blefaroplastia inferior, que muchas veces se puede hacer en la línea de las pestañas, por lo que el postoperatorio es más corto». La profesional recomienda si no queremos una parte quirúrgica, «podemos recurrir a tratamientos como el láser de CO2 fraccionado, que externamente va a conseguir una retracción de la piel y, por lo tanto, al tener una piel con mejor calidad, más gruesa y elástica, va a contener más la bolsa».

Otros tratamientos, continúa la doctora Górriz son, si la bolsa es leve, «la carboxiterapia, la radiofrecuencia con microagujas o ciertos tipos de láser que mejoran la piel y la circulación». Para la experta también están aquellos con «inyecciones de polinucleótidos, que ayudan a regenera la piel del contorno». Considera la doctora de IMR que «en algunos casos se puede poner ácido hialurónico para disimular la zona y hacer que se vea más lisa». La doctora Jiménez menciona por su parte, aunque ella considera que es bastante arriesgado, «trabajar la bolsa de grasa con Endolift. El problema que tiene es que entre las bolsas nos vamos a encontrar que van a existir músculos con los que movemos el ojo y si se lesiona dicho músculo, el movimiento ocular puede ser más complicado, incluso no producirse y tener visión doble en algunas posiciones». Advierte que «existen vasos sanguíneos que, si no se coagulan correctamente y no la aseguramos, pueden producir un hematoma que puede llevar a la ceguera».

¿Es posible hacer algo en casa? Destaca la doctora Górriz que algunos puntos son «usar una buena crema, hacer masajes drenante suaves en la zona, dormir bien, beber suficiente agua y cuidar la alimentación (evitar demasiada sal, por ejemplo) puede ayudar a mejorar el aspecto, pero si tenemos bolsas hereditarias debemos saber que la efectividad será leve».

¿Son estos resultados definitivos? Para la doctora Górriz «depende del tratamiento». Con esto quiere decir que los «no quirúrgicos suelen necesitar mantenimiento cada cierto tiempo, aunque los resultados pueden durar bastante». En el caso de la blefaroplastia, «da un resultado mucho más duradero, pero con los años puede volver a aparecer algo de flacidez y ser necesario retocar».

El cuidado en casa también es clave para las bolsas, por lo que podemos incorporar activos a nuestra rutina para utilizar en la zona del contorno de ojos. La doctora Górriz menciona que «la cafeína o el té verde, por ejemplo, van bien para descongestionar y drenar». Añade los péptidos, que «reafirman la piel, la vitamina K para el tono o derivados de la vitamina C y el retinol (usados con cuidado en esta zona tan sensible) ayudan a mejorar la textura y dar más luminosidad al contorno».

La doctora Jiménez coincide y destaca que «todas aquellas bolsas que sean debidas a edema y a inflamación van a mejorarse con productos que mejoren la inflamación y la retención de líquidos». La cirujana plástica destaca especialmente la cafeína, aunque advierte sobre la posibilidad de producir «cierta deshidratación de la zona». Por ello, recomienda acompañarla de «vitamina K porque va a mejorar el tono vascular y hacer que ya menos edema; los derivados del ruscus o el regaliz porque tienen efecto de vasoconstricción y, curiosamente, ciertas cremas que se utilizan en otras zonas del organismo que producen vasoconstricción y no son venotónicos». Por último, considera también la mejora del «colágeno y la elastina, además de la calidad y el grosor de las distintas capas, con el retinol».