Cómo hacer que tu perfume dure el doble en verano e invierno

Un perfume es mucho más que un accesorio invisible: es la huella que dejamos al entrar en una habitación, el recuerdo que otros guardan de nosotros y un gesto de cuidado personal que transmite carácter. Sin embargo, seguro que más de una vez has sentido frustración al comprobar que tu fragancia favorita desaparece demasiado rápido de tu piel.

La duración del perfume no depende únicamente de la calidad de la esencia o de su concentración, también de cómo lo aplicamos y de los cuidados previos que damos a la piel y al cabello. Y aquí está la buena noticia: existen trucos sencillos y muy eficaces que logran que tu aroma dure el doble, tanto en los días cálidos del verano como en las jornadas frías del invierno. Además, algunos productos aliados —desde bálsamos neutros hasta aceites multifunción o perfumes capilares— se convierten en imprescindibles para prolongar la estela.

La piel seca absorbe el perfume con rapidez, acortando su duración. Por eso, la clave está en hidratar bien antes de rociar tu fragancia. Un clásico infalible es Vaseline Pure Petroleum Jelly Original, que aplicada en pequeñas cantidades sobre las zonas de pulso (muñecas, cuello o detrás de las orejas) crea una capa sellante que fija el aroma durante horas.

Es un clásico que no falta en el neceser. Se trata de un gel reparador para pieles secas, con picazón o agrietadas Protege la piel de la dermatitis causada por el viento y la formación de grietas, es suave con la piel, hipoalergénica y comedogénica. Reduce la aparición de líneas finas y secas y ayuda a proteger cortes menores.

Rocía el perfume en los puntos donde el pulso es más intenso: cuello, muñecas, pliegues del codo y detrás de las rodillas. El calor corporal ayudará a difundir mejor las notas aromáticas. Un buen truco: evita frotar las muñecas tras aplicar la fragancia, ya que esta fricción rompe la estructura de las moléculas y reduce la duración.

El pelo es una de las superficies donde mejor se fija el aroma, pero cuidado: los perfumes tradicionales suelen contener alcohol y pueden resecarlo. Para evitarlo, lo mejor es recurrir a fórmulas capilares específicas como la bruma capilar Chance Eau Tendre de la firma francesa Chanel.

Este perfume capilar está diseñado para envolver la melena en un velo aromático fresco y delicado, sin dañarla ni resecarla. Su fragancia combina notas afrutadas y florales suaves, perfectas para llevar durante el día, y deja un halo elegante que se mueve contigo a cada paso. Además, aporta un toque de sofisticación extra, como si tuvieras un «perfume paralelo» dedicado solo a tu cabello.

Pulverizar ligeramente el perfume sobre prendas y accesorios ayuda a alargar su presencia, ya que los tejidos —sobre todo los naturales como algodón, seda o lana— fijan muy bien el aroma.

En invierno, puedes aprovechar bufandas, abrigos o chaquetas para crear un halo envolvente. En verano, una ligera bruma sobre vestidos o pañuelos bastará. Eso sí, evita aplicar sobre prendas muy delicadas o con fibras sintéticas para no dañarlas.

Los aceites corporales son un truco perfecto para reforzar el aroma y darle mayor durabilidad. Uno de los más icónicos es el Huile Prodigieuse de Nuxe, un aceite seco multiusos que hidrata intensamente sin dejar sensación grasa. Se puede aplicar en cuerpo, rostro y cabello, lo que lo convierte en un básico de tocador.

En la piel, actúa como una base ideal antes del perfume, prolongando su fijación. En el cabello, aporta brillo y suavidad, potenciando además la fragancia capilar que utilices. Y su propio aroma —con un toque cálido, floral y solar— se mezcla con tu perfume, intensificando la experiencia sensorial.

Un buen consejo es tener dos versiones de un mismo perfume (una ligera para el calor y otra más concentrada para el frío), o bien alternar fragancias de familias olfativas similares adaptadas a cada estación.