Mis perfumes favoritos huelen a verano: son frescos y duran todo el día

Hay fragancias evocan el verano incluso antes de que llegue. Son esos perfumes que huelen a brisa marina, a cítricos recién cortados y a ropa blanca secándose al sol. Huelen a libertad. A días que se alargan sin prisa y a noches templadas que invitan a salir sin hora de regreso.

Lo mejor es que no empalagan ni abruman. Y encontrarlos no es tan difícil. Solo tienes que buscar en su composición notas limpias y chispeantes, como la bergamota, la flor de azahar, la verbena, la lavanda o la menta. Se entrelazan con fondos almizclados, acuáticos o ligeramente amaderados que aportan elegancia y profundidad sin perder ese aire de frescura que tanto agradece la piel en los días cálidos. Son colonias ligeras, versátiles y siempre muy adictivas.

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¿Lo mejor de todo? Que estos perfumes no entienden de edad ni de códigos o protocolos. Funcionan tanto para las que aman lo clásico como para quienes no temen a los aromas nuevos. ¿La razón? Es sencillo: oler a verano es oler a ganas de vivir. A piel cuidada, a belleza serena y a ese magnetismo discreto soleado que sentirás como los días largos que saben a eternidad.

Su mezcla de flor de azahar, jazmín sambac y un toque de coco y vainilla huele a piel dorada, a fiesta que empieza de día y termina bajo las estrellas, a libertad sin calendario. Ideal para quienes buscan un aroma envolvente pero sin artificios, que lo mismo funciona en un día de playa que en una cena improvisada.

Es el clásico renovado que nunca falla, el perfume que sabe a verano limpio y luminoso. La flor de azahar aquí no es empalagosa ni invasiva, es vibrante, chispeante, y pura energía mediterránea en un frasco. Con el frescor de la naranja y el nerolí, y un fondo suave de cedro y almizcle, esta fragancia es perfecta para las que adoran el verano en clave natural y sin complicaciones.

Es una celebración de la identidad libre, fluida y sin etiquetas. Su eau de toilette cítrica floral amaderada se siente como un abrazo refrescante y colorido. El yuzu, el azahar y las maderas blancas se funden en una fragancia inclusiva que no entiende de géneros ni de normas. Con su icónico frasco vestido de arte callejero y un mensaje poderoso —sé tú, y punto—, es ideal para quienes no solo buscan un buen perfume, sino también una declaración de intenciones.

Creado por Rihanna, es pura piel. Íntimo, magnético y único en cada persona, su combinación de magnolia, almizcle, vainilla, coco y rosa búlgara crea una fragancia envolvente que no grita, pero deja huella. No busca gustar a todo el mundo, sino enamorar a quien se atreve con lo diferente.

Es una de esas fragancias que te despiertan de inmediato con una sonrisa. La mandarina jugosa y la albahaca aromática son una combinación que resulta fresca, elegante y original, como un paseo por un jardín de cítricos al amanecer.

Energizante y versátil, funciona sola o en combinación con otras de la línea. Ideal para mujeres que aman las fragancias naturales, ligeras y con un punto sofisticado, he de reconocer que es la que yo uso en esta estación. Motivos no me faltan: es el verano en un frasco.

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