Tipos de limas de uñas y cómo usarlas para tener una manicura perfecta sin causar daños

Para tener una manicura perfecta, el cuidado de uñas es fundamental. Porque, de nada sirve llevar las tendencias en manicuras de este año si después vamos a tener fragilidad y otras imperfecciones. Por eso, el uso de fortalecedores de uñas y cremas de manos se vuelve indispensable. Y, del mismo modo, el uso correcto de los tipos de limas de uñas también es crucial. Porque, este paso ayuda a mejorar la fortalece y presumir de la forma de uñas ideal.

Además, hay una categoría dependiendo de cada uña o necesidad, por lo que tendremos que buscar bien cuáles son las indicadas para nosotras y ficharlas para nuestro kit de manicura. Grosores y formas tienen mucha importancia y no podemos comprar a lo loco cualquier herramienta, ya que podríamos causar daños. Así que, te explicamos todos los tipos de limas de uñas y cuáles son las más recomendadas según tus características.

Las limas de uñas se pueden distinguir según diferentes factores. Si las categorizamos según la forma, podemos encontrar diferentes tipos que pueden resultar más prácticos o menos según gustos o tu manera de ejecutar el limado de las uñas. También podemos encontrar diversos modelos dependiendo de su material.

En este caso, todo se relaciona con la durabilidad de la lima. Es decir, que hay materiales más resistentes que pueden aguantar mucho más tiempo en óptimas condiciones y puede que resulten una muy buena inversión. Y, por último, según el grano de lima, se pueden realizar varios métodos de limado, así como también tendrán que adaptarse a las características de tus uñas, ya que no conviene usar determinados tipos en uñas frágiles o finas. Pero, analizaremos cada clase en más profundidad para que puedas saber cuál es la que debes elegir.

En esta clasificación podemos encontrar limas de uñas rectas, que se usan para dar forma y esculpir los bordes. También están las curvadas o de tipo banana, que son limas ideales para pulir la superficie sin escamar o dañar las cutículas. Incluso podemos optar por una combinación de las dos anteriores, que serían las limas de media luna.

Y, está las de forma de bloque o buffer, con cuatro caras diferentes en varios granos, cada una de las cuales tiene diferente función. Igualan, pulen, alisan, dan brillo y modelan la forma de la uña. Son super prácticas ya que reúnen todo lo necesario para el limado de las uñas en una sola herramienta y además cada lado suele indicar para qué sirve, pudiendo usarlas sin complicaciones. Eso sí, cuesta un poco encontrarlas de calidad, por lo que puestos a comprar una, mejor invertir bien el dinero.

Aquí vamos a detenernos un poco más ya que esta característica es decisiva a la hora de comprar una buena lima de uñas que sea resistente y permita realizar bien la técnica, sin debilitar la uña o causar daños. Por lo general, dentro de este rango se suelen encontrar cuatro tipos comunes que elegir dependiendo de la función que se les quiera dar o su durabilidad

Las limas de cartón son las más habituales, con muy poca duración, fácil desgaste y rotura. Suelen tener un grosor fino, aunque se pueden ver en diferentes granos. Y, están hechas para dar forma sin más, siendo las de peor calidad, si bien cumplen con su objetivo de esculpir los bordes de la uña y pulir las puntas.

Las limas acolchadas son otro de los tipos que solemos encontrar en cualquier marca o superficie. Y, si bien se parecen bastante a las anteriores, tienen mucha más resistencia, mejor manejabilidad, funcionalidad y calidad. Suelen ser más anchas y gruesas, con una almohadilla en el centro y consigue el acabado más uniforme.

Las limas de cristal puede que sean de las más duraderas, aunque hay que cuidarlas bien y esterilizarlas. Suelen ser delicadas y protegen la uña de los daños, al tener un grano suave y la técnica de limado que proporcionan es muy buena, moldeando los bordes sin astillar o debilitar las uñas. Pero, no son tan baratas.

Por último, las limas de metal, las más resistentes de todas, que además de esculpir, pueden empujar cutículas y hasta eliminar la piel muerta. Pero, al estar hechas de este material tan duro y tosco, pueden provocar daños en la uña, como la abertura de capas, la creación de escamas o astillas. Por tanto, solo se recomiendan para casos concretos o determinadas técnicas profesionales de manicura.

Esta es la característica más importante en la que fijarse a la hora de comprar una lima de uña, ya que en función del número, la lima se adaptará a las peculiaridades de nuestra uña, tanto natural como las artificiales. Por eso, hay que pararse a encontrar el grosor perfecto para no dañar las uñas y poder conseguir un limado bueno.

Los primeros tipos sobre los de grano 80, 100 o 120. Estos se usan solo para uñas artificiales, como pueden ser las acrílicas o las uñas de gel y no se deberían emplear en uñas naturales ya que resultan excesivamente agresivas. Es decir, estas son las limas de uñas con el grano más grueso y tosco.

Aquellas intermedias con las de grano 150, en este caso, se usan para acortar aquellas uñas muy largas, si no usamos tijeras. Y, las de grano 180 son las más comunes y recomendadas en uñas naturales saludables y con buena resistencia. Pero, para las que tienen uñas débiles o desean pulir en vez de limar, como acabado final, las más aconsejadas son aquellas limas de grano 240. Mientras que, el gano más fino suele encontrarse en las limas de 400 y 1200, que sirven simplemente para dar brillo y alisar.

Lo recomendado por los expertos en manicura para no dañar la uña y mantenerlas saludables, a la hora de limarlas, es no excederse en el uso de la lima, siendo lo aconsejable una vez por semana o cada dos semanas, ya que si lo hacemos muy a menudo podemos hacerlas frágiles o provocar que se escamen con mayor facilidad.

Otro truco a tener en cuenta es usar siempre la lima de uñas en la misma dirección para evitar que se debiliten o astillen. Es decir, una vez que escojas por donde vas a empezar a limar, haz los movimientos en el mismo sentido y siempre de manera suave. Y, siempre empieza desde las esquinas hacia el centro. Por última, usa un buen aceite o tratamiento de cuidado de uñas y cutículas.