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Por qué no se casan Amaia Salamanca y Rosauro Varo: la curiosa historia de amor de la actriz y el empresario (por el que suspiraban Vicky Martín Berrocal y Eugenia Martínez de Irujo)

Los medios llevan anunciando desde 2010 la boda perfecta, la que uniría a la actriz Amaia Salamanca y el empresario Rosauro Varo, pero el enlace nunca llega. ¿Por qué?

Amaia Salamanca y Rosauro Varo en la boda de unos amigos. gtres

El romance de Amaia Salamanca y Rosauro Varo saltó a las páginas de la prensa rosa en el verano de 2010, ella era un estrella televisiva y él, el empresario de moda más conocido por ser ex de Vicky Martín Berrocal y Eugenia Martínez de Irujo que por su negocios. La combinación era perfecta.

En aquella época los paparazzis ya habían convertido a Sara Carbonero en icono de estilo a fuerza de perseguirla junto a Iker Casillas y encontraron en el empresario y la actriz otra pareja de guapos que quedarían fenomenal protagonizando «la boda del año», pero, spoiler, la boda nunca llegó.

La propia Amaia Salamanca relató, mientras recorría la ruta de la seda en el programa de Jesús Calleja cómo se enamoró de Rosauro Varo en una fiesta en Ibiza, cuando la hizo reír hasta las lágrimas y su vida dio un vuelco inesperado.

Tres hijos en común y doce años más tarde la actriz y el empresario siguen disfrutando de su amor y protagonizando, de paso, el troleo que peor sienta al papel cuché: el de resistirse a decir «sí, quiero», aunque sea en una tarde tonta en un juzgado de Pradillo.

¿Por qué no se casan Rosauro Varo y Amaia Salamanca? ¿Y por qué se les pregunta sobre esto cada vez que aparecen en público? La actriz ya ha dicho de todo para salir del paso. Desde que con tres hijos y un libro de familia en común ya no se necesitan más papeles para estar juntos, a que organizar un enlace es muy caro (dijo la mujer que posee una casa palacio en Sevilla y un chalet en La Moraleja de Madrid).

La más reciente de todas y recién acuñada en este verano de 2022 es la mejor: la actriz afirma que las bodas son un logro exclusivo para relaciones de larga duración y hay que ganárselas tras pasar mucho tiempo juntos. Para Amaia, 12 años no son suficientes.

La realidad es que hoy por hoy este enlace entre la actriz de Velvet y el empresario solo existe en la imaginación de la prensa rosa, la misma que falla una y otra vez con los rumores de boda y que en los comienzos de la relación de la pareja no daban un duro por ellos.

Porque aunque Amaia haya explicado en entrevistas que llamó a sus padres tras los primeros bailes con Rosauro para confesarles que se había enamorado, algunas lenguas viperinas escribieron que, por mucha fiesta Flower Power en Pachá y mucha cena en el restaurante Macao que compartieran, lo suyo se quedaría en un amor de verano.

El motivo de tanta desconfianza era él. Descrito por sus propias amigas como un seductor nato, Rosauro Varo, empresario de éxito precoz y multidisciplinar (es la cabeza tras un holding con intereses en telecomunicaciones, hostelería e inmobiliarias entre otros) formaba parte del círculo íntimo de Alonso Aznar (y de los muy desaparecidos hijos de Naty Abascal) y había «coqueteado» con noviazgos de postín en el pasado.

Aunque su triste debut ante los medios de comunicación se produjo cuando en 2005 era el dueño de una discoteca sevillana de moda llamada Boss y recibió una paliza, su currículum amoroso empezó a destacar por dos breves romances: el que mantuvo con Vicky Martín Berrocal y Eugenia Martínez de Irujo tras su separación de Fran Rivera.

Vicky Martín Berrocal jamás se ha pronunciado sobre su relación con el empresario y parece que el idilio fue flor de un día aunque nadie se extrañó, la celebrity pasó por una etapa de amoríos tras su separación de El Cordobés y Rosauro fue uno de ellos.

Aún así el recuerdo que se dejaron el uno al otro no debe de ser malo porque a pesar de la ruptura han seguido coincidiendo en actos de la alta sociedad sevillana, desde fiestas y bodas de postín, al mucho más triste y reciente funeral de El Litri.

Parece que lo de la duquesa de Montoro fue un poco más en serio que lo de Berrocal. La relación nació con la duquesa recién divorciada y a pesar de que él era bastante más joven que ella (él tenía 23 años por aquella fechas y la duquesa de Montoro 34).

Cuentan que Eugenia Martínez de Irujo llegó a presentar a su joven novio a su hija Cayetana, pero el romance finalmente no cuajó y el empresario VIP de la noche sevillana acabó siendo sustituido por Nicolás Vallejo-Nágera, alias «Colate».

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Tras un desengaño y otro Rosauro Varo se centró en sus negocios, su desembarco en Madrid y mantener relaciones mucho más anónimas y discretas… hasta que coincidió con Amaia Salamanca en Ibiza hace 12 años.

Así comenzó el idilio que hace que los medios se relaman desde hace una década con una boda por todo lo alto que nunca llega. Esa celebración de relumbrón que uniría a la actriz y el sevillano ante la jet set de Madrid y Sevilla y que sin duda sería oficiada por el sacerdote de los VIPs, Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, que para algo es íntimo del novio. ¿Se cumplirá algún día el sueño de las portadas del corazón?