UN SUEÑO CUMPLIDO
UN SUEÑO CUMPLIDO
Tras un complejo triángulo de amor y odio con Curro Romero y Carmen Tello, la muerte de Concha Márquez Piquer el 18 de octubre de 2021 fue muy inesperada. La artista llevaba mucho tiempo apartada de la vida pública por voluntad propia y no habían trascendido sus problemas de salud. Quedaban destrozados su viudo, el actor Ramiro Oliveros, que falleció el 27 de abril de 2023, y sus dos hijas, Concepción, de su primer matrimonio con Curro Romero, e Iris Oliveros, de su boda con el segundo.
La muerte de Concha Márquez Piquer tuvo una consecuencia que benefició a los deseos de Curro Romero y Carmen Tello, divorciada de Miguel Solís: poder casarse por la iglesia. Recordemos que tras la espantá de El faraón de Camas, se casaron por lo civil el 16 de febrero de 2003. Durante dos décadas estuvieron intentando conseguir la nulidad del primer matrimonio con Concha Márquez Piquer, con la oposición frontal de la cantante.
Finalmente contrajeron matrimonio por la iglesia el 18 de diciembre de 2022 en la capilla de la Flagelación del palacio renacentista Casa de Pilatos, que les cedió el duque de Segorbe. Un lugar emblemático en el que no pudo casarse Victoria de Hohenlohe, duquesa de Medinaceli, por el enfrentamiento familiar que mantiene con el duque.
La relación de Concha Márquez Piquer con Curro Romero contó en un principio con la oposición familiar, como la hija de Concha Piquer, contó en sus memorias, Yo misma (Ed. Letra Clara), pero ella insistió en casarse por la iglesia. Fue en la iglesia de Los Jerónimos de Madrid y tenía 17 años, pero era muy madura para su edad y tenía muy claro el paso que quería dar.
Las aguas se calmaron, el padre de Concha Márquez Piquer se convirtió en el apoderado de Curro Romero, y tuvieron dos hijas, Coral, que falleció en un fatídico accidente de tráfico, e Iris, noticia recientemente por la subasta de las joyas que pertenecieron a su madre y una de las personas que más hace por mantener vivo el recuerdo familiar, como ella misma nos contó en una entrevista en Mujerhoy.
El relato sobre su relación es bastante duro, habla de infidelidades constantes por parte de Curro Romero, juergas flamencas que podían prolongarse varios días, partidas de póquer… Así que llegó un momento en que buscó un abogado y le solicitó el divorcio. En cuanto a la nulidad matrimonial, Concha aseguraba que no era potestad suya ni dársela ni quitársela.
«Es un tribunal, el de la Rota, quien tiene que pronunciar una sentencia en un sentido o en otro. Yo me había limitado a contestar con la verdad cuando se me preguntó. Ya sé que si los ex cónyuges se ponen de acuerdo y les cuentan mentiras a los monseñores que forman ese Tribunal pueden llegar a obtener una sentencia de nulidad según su conveniencia», manifestaba la artista.
De hecho, ella estuvo casi 40 años casada con Ramiro Oliveros solo por lo civil y no necesitó en ningún momento que su matrimonio estuviera santificado por la iglesia. Aunque Concha Márquez Piquer era religiosa, no quiso traicionar el sacramento del matrimonio por cuestiones éticas. Eso es lo que han mantenido siempre en su entorno.
Carmen Tello manifestó después de casarse por la iglesia que sus padres eran muy religiosos y que les hubiera gustado verla casada por la Iglesia. Que incluso su padre había batallado mucho para conseguir esa nulidad que no llegaba. Finalmente, pudo cumplir ese sueño y ahora está volcada en los cuidados de su marido, que se encuentra muy delicado de salud.