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Lorena Santana, el amor de Carlos Santos, nuestro actor revelación

Es discreta y no le gusta posar junto a uno de los hombres de moda del cine español: Carlos Santos. Así es lla agente inmobiliara de la 'jet' que es su novia desde hace 12 años.

Carlos Santos posa junto a Lorena Santana en los Goya 2014, la primera vez que ella accedió. cordon press.
Lorena Santana, el amor de Carlos Santos, nuestro actor revelación
jesús Manuel ruiz

Carlos Santos (39) vive su mejor momento delante y detrás de las cámaras. El actor ha conquistado el corazón de los espectadores con su interpretación en 'El hombre de las mil caras', papel que le ha valido para ganar el Goya al Mejor actor revelación.

Quien le conoce asegura que es sereno, tranquilo, constante y con el objetivo muy claro para llegar a su meta. Lo ha conseguido. En el patio de butacas del Hotel Auditorium, ante sus tres rivales de categoría, Carlos escuchó atento al nombre elegido. Por fin se confirmaba lo que sus profesores de la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia le comentaron hace 20 años: "Tú, Carlos, vales. Tú, Carlos, puedes conseguirlo".

A su lado, en uno de los momentos más importantes de su vida, estaba el amor de su vida: Lorena Santana (41), novios desde hace 12 años. "Yo soy hombre de pocas mujeres", explica él. Santana proviene del mundo de la inmobiliaria y de la banca –hasta hace poco trabajaba para el Banco Santander– y, actualmente, es la directora comercial de La Finca (Madrid), la urbanización madrileña de la jet y de los ricos de nuestro país. Un tándem perfecto que compagina el arte y las finanzas.

Me costó convencerla de que posara la primera

No es un pareja proclive a posar en photocall. La primera vez que se les fotografió juntos fue en los Goya del año 2014. "Me costó convencerla, pero era el momento adecuado. Una noche muy especial", comentaba el actor días después de aquella aparición. Carlos respeta la privacidad en la que se quiere situar su novia, porque ella no se dedica al mundo de la farándula.

Momento del beso tras conocerse que Carlos era el actor revelación en los Goya. twitter.

Laura, su gran dedicatoria

Es es el mediano de tres hermanos. Óscar, el mayor, y Laura, la benjamina. Las palabras del actor murciano tras recoger el Goya llamaron a la reflexión en el Día contra el cáncer y emocionaron a la audiencia.

"El Goya es para mi hermana. Hace un tiempo se le detectó la enfermedad. En las primeras revisiones todo era normal y felicidad para mi madre, mi hermano y para mí, porque parecía que estaba curada. En la última revisión el castillo se desmoronó. Laura está luchando como una leona", comenta el actor.

Toda su familia tuvieron durante la noche de los Goya muy presente a Laura. Carlos y su novia desde el patio de butacas; su madre y su hermano, a pocos metros del actor, en una cena, contemplando el momento se su triunfo. Laura también lo celebró, mientras se agarra a la vida luchando con uñas y dientes.

Su trayectoria

La vida profesional de Santos ha estado marcada por la pequeña pantalla. Su papel en 'Los hombres de Paco' le catapultó a la fama. En su haber de galardones cuenta con el premio Unión de Actores y Actrices de Madrid, por su interpretación en la serie, emitida en Antena 3, basada en el libro de María Dueñas El tiempo entres costuras. A sus 39 años ha realizado muchos papeles secundarios en la tele hasta que le ha llegado el día: el del salto como actor de cine. Pero, sobre todo, es actor de teatro. Ahí es donde se ven sus tablas y su oficio.

Entre sus nuevos proyectos están dirigir una obra de teatro, que se estrenará en su Murcia natal, y un papel en cine que no va a dejar indiferente a nadie. Ni siquiera a él mismo. De momento, no adelanta nada, porque lo que se anuncia se gafa sin antes tenerlo bien atado. Una máxima en su mundo, el del teatro.

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Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.