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Bradley Cooper está destapando su vida privada como nunca antes y contra su voluntad. Su ruptura con Irina Shayk hizo que muchos de sus secretos a voces se conociesen y él cargase con todas las culpas. ¿Las tendrá? Como en todas las rupturas, ambas partes son responsables pero después de las palabras de Jennifer Esposito, su exmujer, se entiende también que Bradley Cooper tiene mucha responsabilidad en el fin de su matrimonio.
Bradley Cooper y Jennifer Esposito se casaron en 2006, después de iniciar un noviazgo en el que ella misma admite que "no le encontraba tan atractivo". Tan malo no era si fue su personalidad lo que le llevó a casarse con el actor. Pero aquí entra la segunda parte de la historia que ha contado Jennifer Esposito en su libro. Ella misma define a Cooper como alguien "divertido, inteligente, arrogante y un maestro de la manipulación".
Puede decir muchas cosas y nada a la vez. Pero la peor parte de su relación con el actor fue la ruptura. No porque significaba mucho para ella pues resulta que Jennifer Esposito ha confesado que se sentía muy sola en la relación. Al año el matrimonio ya se había caído como un castillo de naipes. Y él actuó como ella se esperaba pero de la forma menos oportuna en esos momentos: "con rudeza y con la insensibilidad que esperaba de él".
Ahora su relación con Irina Shayk, expareja de Cristiano Ronaldo también ha llegado a su fin. Y aunque no le ha encontrado sustituta todavía como sí hizo poco después de divorciarse de Jennifer Esposito, está envuelto en muchas polémicas del corazón. Esto ha sido especialmente porque uno de los verdaderos motivos de su ruptura es la película que dirigió y protagonizó junto a la espectacular Lady Gaga –con quien todo el mundo quiere creer que tuvo o tendrá un romance.
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