En vísperas del día más importante

La conmemoración más importante, hasta ahora, del reinado de don Felipe será el 40 aniversario de la Constitución, que se celebrará la próxima semana con diferentes actos en los que participarán todos los miembros de la Familia Real. También está previsto que don Juan Carlos participe en algunos de ellos, pues fue el Rey que votó y sancionó esa Constitución, y que salió a defenderla la noche del 23 de febrero de 1981, cuando el teniente coronel Antonio Tejero entró a tiros en el Congreso de los Diputados e intentó suspender la joven democracia española, que por entonces solo tenía cuatro años.

Don Felipe lleva años calentando motores para esa celebración y, desde hace meses, no hay discurso que pronuncie —ya sea en la OTAN, en la Cumbre Iberoamericana, en las Reales Academias o en una entrega de premios— en el que no reivindique la Carta Magna, que es su libro de cabecera desde que tenía trece años. Además, ya ha empezado a inculcarle a su hija mayor, la Princesa de Asturias, la importancia del libro —envejecido por el uso— que siempre tiene en su mesa de despacho y que "trajo convivencia, libertad y democracia a nuestro país". De hecho, el día que le impuso el Collar del Toisón de Oro a la Princesa Leonor, le dijo: "Te guiarás permanentemente por la Constitución, cumpliéndola y observándola". Y las primeras palabras que la Heredera de la Corona pronunció en público, cuando cumplió trece años, fueron precisamente las alrededor de sesenta que integraban el primer artículo de la Carta Magna.

La Constitución llega a su 40 cumpleaños con altísimos índices de apoyo por parte de los ciudadanos españoles, que creen mayoritariamente que ha propiciado la mejor etapa de la historia reciente, según las encuestas, pero con el rechazo de los separatistas y los populistas, dos grupos que se encuentran en plena campaña de acoso contra el principal valedor de la Carta Magna, el Rey, que la ha jurado dos veces. Las críticas a la Monarquía han arreciado estos días después de que el príncipe Mohamed de Arabia Saudí, cuya imagen quedó totalmente desacreditada tras el asesinato del periodista Jamal Kashoggi en Turquía, aprovechara un encuentro casual con don Juan Carlos para hacerse una foto con él y difundirla inmediatamente por sus canales de comunicación. Fue en el Mundial de Fórmula 1, que se disputó en Abu Dhabi el pasado fin de semana. El Palacio de La Zarzuela aclaró que se trató de una 'coincidencia', que el viaje de don Juan Carlos era privado y que el saludo fue "estrictamente protocolario" y no tuvo ninguna "trascendencia institucional".

Pero el Mundial de Abu Dhabi dejó otras imágenes que llamaron la atención, especialmente las de doña Cristina, que acompañó a su padre en el viaje a Emiratos Árabes Unidos, en una muestra más de que la Infanta ha empezado a normalizar su vida tras los siete 'años horribles' del caso Nóos.

El momento más feliz de la semana lo vivió la Reina doña Sofía, que el pasado martes recibió el premio Especial Solidarios de la ONCE, por cumplir ochenta años siempre al lado de las personas más desfavorecidas. Doña Sofía recogió el galardón en una ceremonia en la que también fueron reconocidos la periodista de TVE María Escario, la Unidad Militar de Emergencias y Manos Unidas.

La visita de Estado del presidente de China, Xi Jinping, y su esposa, la famosa cantante Peng Liyuan, permitió a doña Letizia recuperar su lugar institucional como Reina, después de que la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, adquiriera un protagonismo internacional inusitado en sus viajes a París, Guatemala y Cuba. La Reina sumó un acto más a los habituales de las visitas de Estado (cena en Zarzuela, recibimiento en el Patio de La Armería y cena de gala en el Palacio Real), y acompañó a la primera dama china a visitar el Teatro Real de Madrid.

Al día siguiente de despedir al mandatario chino y a su esposa, el Rey volvió a hacer las maletas y partió hacia México para representar este fin de semana a España en la toma de posesión de su nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador. Don Felipe dejó de asistir a estas ceremonias cuando fue proclamado Rey, pero en esta ocasión el Gobierno ha querido enviar a la más alta autoridad como gesto de deferencia con un país que es especialmente importante para España.

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