Compañera de vida

Así es Ángeles de Vargas-Zúñiga, viuda de Francisco de Borbón Escasany: boda en Marbella, 25 años de amor y una triste enfermedad

La nieta del conde de la Oliva de Plasencia fue la tercera y última esposa de Francisco de Borbón Escasany, duque de Sevilla, fallecido a los 81 años.

Francisco de Borbón Escasany, duque de Sevilla, ha fallecido a los 81 años. gtres
Quién es Ángeles de Vargas-Zúñiga, tercera esposa y viuda de Francisco de Borbón Escasany
Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

En lo que ha supuesto un durísimo nuevo golpe para su familia, la muerte de Francisco de Borbón Escasany, duque de Sevilla y primo del rey Juan Carlos, se ha producido tan solo diez días después que la de su hermano Alfonso. El aristócrata deja una viuda, María de los Ángeles de Vargas-Zúñiga y Juanes, y dos hijos de su primer matrimonio: Francisco y Olivia de Borbón.

Era el marido de esta última, Julián Porras-Figueroa, el que confirmaba la triste noticia del fallecimiento de su suegro, compartiendo un mensaje a través de sus redes sociales. «Gracias a Dios pudimos estar con él hasta el último momento», escribió el empresario y productor. A continuación, añadió que su entierro se celebrará este jueves en el Cementerio Sacramantal de San Justo, en Madrid.

Ángeles de Vargas-Zúñiga fue la tercera esposa del duque de Sevilla y ambos se casaron en septiembre de 2000 en Marbella, la misma ciudad donde catorce años después se casaría su hija Olivia. Apodada cariñosamente Piti, la viuda de Francisco de Borbón Escasany fue diagnosticada con la enfermedad de Alzheimer hace siete años.

Su esposo afrontó este traumático episodio de sus vidas en su autobiografía, publicada en 2023 bajo el título Cuasi memorias: «Ha ido perdiendo poco a poco las facultades. No sé el tiempo que tardará en no recordarnos, espero que sea mucho», explicaba entonces de forma emotiva.

La felicidad del duque de Sevilla y Ángeles de Vargas-Zúñiga

Ángeles de Vargas-Zúñiga compartió con el duque de Sevilla un cuarto de siglo de vida intensa que arrancó en el mundo de la empresa y de la banca y que les llevó a residir en numerosos rincones por todo el planeta. Hija de Manuel de Vargas-Zúñiga y la Calzada y de María de los Ángeles de Juanes y Lago, la viuda del aristócrata también tiene origen nobiliario, ya que es nieta del conde de la Oliva de Plasencia, un título creado por Felipe III en 1612.

Los duques de Sevilla, en la portada de la revista. escaparate

Discreta y alejada del foco mediático en gran medida, en 2009 concedía una poco habitual entrevista a la revista sevillana Escaparate junto a su marido, en la que revelaba sus aficiones y unas cuantas facetas de su personalidad. «Es sinónimo de felicidad. Es lo que más quiero junto a mis hijos», aseguraba Francisco de Borbón Escasany cuando le preguntaban por su esposa, con la que compartía una especial sensibilidad por el arte, sobre todo en cuanto a la pintura y la escultura.

Ángeles se declaraba durante la conversación toda una apasionada del campo extremeño y de los caballos y también de todo tipo de deportes, sobre todo el esquí, el tenis y el pádel. Aunque también encontraba tiempo para la lectura, citando entre sus títulos de cabecera El Evangelio y Las Moradas de Santa Teresa. En otros retazos sobre sus gustos citaba el gazpacho como su comida favorita y Sevilla y París como sus ciudades ideales.

Los otros grandes amores del duque de Sevilla

Antes de encontrar el amor en brazos de su tercera esposa, el primo del rey Juan Carlos pasó por otros dos matrimonios que recordaba en sus memorias de manera muy distinta. Se casó por primera vez en 1973 con la duquesa Beatrice von Hardenberg, que sería la madre de sus tres hijos (su hija Cristina falleció en 2020).

En su libro describía a la aristócrata, apodada como la duquesa de las ranas por su gran pasión por estos anfibios, como una mujer muy discreta «hasta que se le acabó la timidez y sacó un cerdito de paseo con correa por Marbella y organizó fiestas flamencas en su casa con Lola Flores».

El duque, que salió durante un tiempo con la hermana de Isabel Preysler, volvió a casarse en Viena, en octubre de 1991, con Isabelle Eugénie Karanitsch. Pero se divorciaron dos años después. A ella no le dedica unas palabras especialmente amables en su autobiografía, describiéndola como «alguien malévolo de la que me enamoré perdidamente».

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Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.