reina de la novela rosa
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Quizá es hoy una figura algo borrosa, pero hubo un tiempo en que Barbara Cartland era la «reina de la novela rosa» y publicó más de mil millones de ejemplares y más de 700 historias de amor en las que siempre ganaban las jóvenes guapas e inocentes, que acababan casándose en la nobleza. Cartland llegó a decir que era la responsable del divorcio de Diana Spencer y del príncipe Carlos, porque Diana estaba fascinada con la idea del amor romántico que ella desarrollaba en sus novelas. Fue Dama del Imperio Británico y sus libros se tradujeron a 36 idiomas.
Cartland era la madre de Raine Spencer, la segunda esposa del padre de Diana, con la que la princesa de Gales tuvo una relación difícil, pero acabó haciendo las paces en sus últimos años. Hoy, 25 años después del fallecimiento de Cartland, todavía quedan en la memoria sus vestidos y caftanes de un vivo color rosa, sus ojos maquillados de azul, sus pestañas postizas, sus polémicas opiniones sobre el feminismo y, sobre todo, sus joyas, una parte de las cuales subastó en 1995, «porque ya no voy a ir a ninguna fiesta», dijo. La escritora afirmaba que las joyas auténticas eran poco prácticas.
Barbara nació en una familia de clase media, en Kings Norton, en Inglaterra y se crio en Edgbaston, en Birmingham. Era la hija única de un oficial de la armada británica -el mayor Bertram Cartland- y de su esposa Mary Hamilton Scobell. Barbara se educó en Abbey House, una institución educativa de Hampshire.
Fue periodista de sociedad antes de convertirse en escritora de ficción romántica. Estuvo casada con Alexander MacCorquodale, heredero de una gran fortuna, y, tras un escandaloso divorcio, se casó con un primo de su marido, Hugh MacCorquodale, con quien tuvo dos hijos. «Tuve muchos pretendientes y yo conseguía hacer que se sintieran importantes», explicaba.
El joyero de Cartland incluía, perlas, zafiros y diamantes. Entre sus joyas más espectaculares figuraba un aderezo de aguamarinas en talla cuadrada que incluía collar, broche, pulsera y anillo, valorado en 110.000 euros. Todas estas joyas se expusieron en las distintas sedes de Sotheby's, de París a Amsterdam, antes de la subasta, celebrada en junio de 1995.
«Las joyas son como recibir un beso, algo maravilloso», explicaba Cartland a los periodistas. «Pero yo ya no salgo de noche, tengo 93 años. Prefiero utilizar bisutería buena cuando salgo en televisión. Además, es demasiado peligroso usar joyas hoy en día. Ya sufrí un robo hace años. Y todo el mundo necesita dinero». Barbara Cartland recibió su nombramiento como Dama del Imperio Británico, en 1991, por su activa labor caritativa. Estaba orgullosa de que Diana hubiera encontrado un príncipe azul, como ocurría en sus novelas, y consideró la relación de Carlos y Camilla Parker-Bowles como «repugnante».
Las joyas que Cartland puso a la venta estaban llenas de recuerdos especiales para ella. «Me lo dieron todo», explicaba. «Tuve 56 propuestas de matrimonio, y he recibido muchos regalos. Aunque todos los hombres que he amado ya están muertos. Mis joyas me han traído una suerte tremenda y traerán suerte a quienes las compren». Cartland, también había subastado tiempo atrás sus vestidos con incrustaciones de joyas, sus estolas de plumas de avestruz y sus diseños de cóctel estilo «baby doll» con cuentas de cristal. La reina de la novela rosa siempre quiso que otros pudieran compartir inconfundible gusto por el exceso.
Entre las piezas más cotizadas de la colección personal de Cartland se encontraba un llamativo collar antiguo de diamantes, que utilizó mucho en las décadas de los cincuenta y sesenta. Aparece con él en varios retratos junto a su hija Raine, esposa de Lord Spencer. Con el tiempo, Bárbara Cartland le añadió al collar una «rivière» de diamantes para hacerlo más grande e imponente, además de varios colgantes de perlas. La escritora siguió luciendo el collar de perlas y diamantes casi hasta el final de sus días.
HORÓSCOPO
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