Catalina Amalia de Orange cumple hoy 18 años y estrena puesto, bandera y confesiones sobre el suicidio de su tía, la hermana de la reina Máxima

La princesa Catalina Amalia de Orange vino al mundo un 7 de diciembre, concretamente el de 2003, convirtiendo al entonces príncipe heredero Guillermo y la princesa heredera Máxima en padres primerizos y entrando a formar parte en el cada vez más amplio grupo de princesas a las que les pesa la corona. Desde aquella foto en La Haya en la que fue presentada al mundo hasta la Catalina Amalia actual, han transcurrido 18 años y un millón de cosas diferentes, incluidos el bullying por su físico (se rieron de ella cuando usó un anorak que llevó su madre durante el embarazo), el ascenso de sus padres al trono, su controvertido sueldo por no hacer nada reseñable (al que renunció) y unas vacaciones secretas y muy poco humildes en plena pandemia que la pusieron en el disparadero de nuevas críticas. Pero de todas las fechas y eventos que ha vivido hasta ahora, sin duda la celebración de su mayoría de edad como princesa heredera del trono de los Países Bajos marcará un antes y un después en su vida porque viene acompañado de su «alta» oficial en los deberes reales y su presentación oficial ante su pueblo.

No sabemos cómo va vivir su primer discurso en el Consejo de Estado del que forma parte desde mañana mismo y en el que va a hablar por primera vez, pero sí nos ha quedado claro que a lo largo de todo el año sus padres y ella misma se han estado preparando para este momento. De momento hoy ya ha sido nombrada integrante de la Orden del León de los Países Bajos y de la Orden del León Dorado de la Casa de Nassau. Además, a partir de hoy puede lucir su propio emblema personal en su residencia y en su coche oficial, un estandarte en el que se combina el escudo de armas nacional, con el cuerno de caza de la familia Orange y un castillo para representar a la familia Zorreguieta.

Pero además de estos símbolos de su paso a la madurez institucional la princesa heredera ha querido cumplir este año con otra tradición de la familia real; la de publicar un libro sobre ella misma (escrito por la periodista Claudia de Breij) en el que ha hecho confesiones personales de todo tipo.

En el libro la autora retrata a una mujer joven e inteligente con vocación de servicio a su país que tiene visión de futuro y unos cuantos problemas que la han llevado más de una vez a la consulta del psicólogo tema que la princesa desea que deje de ser un tabú. Entre otras cosas, en este libro habla por primera vez de su tía Inés Zorreguieta, que se suicidó en 2018. La tía de Catalina Amalia apareció muerta en su apartamento de Buenos Aires cuando solo tenía 33 años causando una gran conmoción en la familia real holandesa.

Catalina Amalia no fue indiferente a este shock familiar y sus consecuencias. Su tía había sufrido un trastorno de la conducta alimentaria desde su adolescencia e incluso fue ingresada por este motivo en un centro en el año 2012. Desgraciadamente su evolución no fue positiva y en 2018, cuando acabó con su vida, se afirma que sufría una grave depresión. La misma reina Máxima confesó que en su juventud también tuvo problemas para aceptar su físico y que su propia madre la obligaba a hacer dieta y deporte para adelgazar. Catalina Amalia ha tomado nota de todo ello y quiere inaugurar su etapa como princesa heredera abriendo una conversación sobre salud mental en el libro biográfico que le servirá de presentación a su pueblo, sin duda, una buena forma de aprovechar su momento.