Los negocios de Cayetano Martínez de Irujo: un gran latifundio, un hotel boutique y cómo ser empresario sin dinero

Jorge C. Parcero Publicado · 10 de octubre de 2025, 07:49 h

Desde el pasado sábado, Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan ya son marido y mujer y se encuentran escribiendo ya las páginas de este nuevo capítulo de su vida en común. Mientras, al parecer, la esposa del duque de Arjona se plantea recuperar pronto su faceta profesional que dejó aparcada para centrarse en los preparativos de la boda, el aristócrata se encuentra centrado al cien por cien en su vida en el campo y en tratar de hacer rentable cuanto antes su explotación agrícola en la finca de Las Arroyuelas.

Poco antes de pasar por el altar, el jinete se sinceraba con ¡Hola! sobre las complicaciones que ha pasado en estos últimos años en el terreno económico. «Estoy aprendiendo a ser empresario sin dinero, como el 90 por ciento de los empresarios. Con dinero heredado, es relativamente fácil. Lo difícil es salir adelante sin dinero y pidiéndolo a los bancos», confesaba antes de reconocer que desde la muerte de su madre, todos los negocios que ha emprendido le han salido regular o mal.

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Sin tapujos, Cayetano Martínez de Irujo no esconce que ha llegado a estar «en la ruina» varias veces, «pero me las he ingeniado para salir adelante». Esta angustiosa situación se ha producido por todos los gastos a los que tiene que hacer frente, pues de la viabilidad de sus negocios dependen 35 familias, y, además, ha facilitado la mejor educación a los hijos fruto de su matrimonio con Genoveva Casanova: Luis y Amina, que ya vuelan solos y se están abriendo camino profesionalmente. «Mis hijos han estudiado de la mejor manera posible, algo que han aprovechado increíblemente bien».

Pocos negocios relacionados con esta aristocrática familia han dado tantas vueltas como Casa de Alba Fine Food, la línea de productos gourmet que inició Cayetano Martínez de Irujo en 2015 con materias primas de sus propias fincas. Sin embargo, con el relevo generacional en la Casa de Alba, el control de la empresa pasó progresivamente a manos de su sobrino Fernando, el duque de Osorno.

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Ahora el que fuera jinete olímpico en Barcelona 92 está volcado en la explotación agrícola de Las Arroyuelas, un extenso latifundio de 1.500 hectáreas que heredó de su madre. Allí cultiva prácticamente de todo: colza, avena, trigo, girasol... Y, con las 120 hectáreas de olivos que tiene plantados, vende aceite a granel.

«No quiero arriesgar más mi patrimonio, así que estoy refinanciándome y poniendo en valor lo que tengo», aseguraba en la entrevista antes mencionada. Está dedicado en completo a esta finca en la localidad sevillana de Carmona donde lleva viviendo desde la pandemia. Además, acaba de construir el mayor embalse privado de Andalucía. Aun así, reconoce que todavía no es rentable y calcula que tiene por delante «tres años muy difíciles».

Desde que con 18 años le fichara Ralph Lauren para introducir la marca Polo en España a su trabajo como entrenador ecuestre, Cayetano Martínez de Irujo ha procurado ir diversificando sus diversas fuentes de ingresos. A ellas hay que sumar las propiedades que ha heredado del enorme patrimonio de los Alba. En la actualidad vive enla exclusiva urbanización de La Finca.

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También heredó el imponente palacio de Arbaizenea en San Sebastián,. Aunque el alquiler de esta propiedad para bodas le estaba reportando una considerable cantidad antes de la pandemia, ahora el duque de Arjona estudia reconvertirlo para realizar allí eventos internacionales.

También confiesa el hijo de la duquesa de Alba que ha desistido de alquilar también el Cortijo de la Motilla, el hotel boutique de lujo que restauró y decoró junto a Genoveva Casanova con antigüedades familiares y recuerdos de sus viajes. «Alquilé la casa un par de veces, pero pagan muy poco y es un follón. Se creen que es su casa, te rompen cosas… no compensa. Prefiero que la agricultura mantenga todo lo que tengo y que esa casa sea para mis hijos y la madre de mis hijos», confiesa Cayetano.

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