Avellaneda CRITICó el VESTIDO
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La resaca de la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan deja detalles, rumores y críticas que, necesariamente, ponen la nota negativa al acontecimiento social de la temporada en Sevilla. Pero, cuidado, sabemos por lo que han contado los propios invitados que la ceremonia fue entrañable, el delicioso banquete se disfrutó enormemente y la fiesta será recordada por todos. Con todo, el enlace tuvo su contrapunto sombrío, cómo no. No habría felicidad si no existieran las tristezas.
Hubo quien diagnosticó tristeza en el gesto de Amina Martínez de Irujo, la hija de Cayetano y Genoveva Casanova, madrina de boba. La explicación que se dio a tanta seriedad fue el pánico escénico: parece que la joven es extremadamente tímida. Sin embargo, circula una teoría alternativa, a la que dio voz la periodista Beatriz Cortázar, que sostiene que su hosquedad fue en homenaje a su madre. No quiso mostrar felicidad mientras acompañaba a su padre al altar, para casarse con Bárbara.
Como pudo observar todo el mundo durante la fiesta en Las Arroyuelas, al desaparecer las cámaras desapareció la extrema seriedad de Amina, que no se privó de bailar con Bárbara Mirjan, con la que los hijos de Genoveva Casanova parecen llevarse muy bien. Sin embargo, la impresión general de una madrina nada feliz con sus circunstancias ahí queda. La que sí parecía muy feliz era la madre de la novia, Lourdes Aliende. No sabemos, con todo, si le habrá sentado bien salir del anonimato en el que estaba hasta ahora.
Efectivamente: tenemos la primera fotografía de Lourdes Aliende y en la imagen aparece estupenda, con el look de invitada que llevó a la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan. Eso sí, aunque ya podamos ponerle cara a la novia y suegra del duque de Arjona, seguimos sabiendo muy poco de ella, más allá de que procede de una familia más que conocida en el País Vasco. Conocida como fundadora del Grupo IMA, líder en el sector maderero.
Si lo que se refiere a Amina Martínez de Irujo y Lourdes Aliende ofrece margen de duda, lo que tiene que ver con el vestido y la calesa que utilizaron los novios para llegar y salir de la Iglesia de los Gitanos de Sevilla queda, definitivamente, en el debe de la boda. No fueron factores negativos, pero se pudieron mejorar. Sobre todo, en el caso de la calesa, pues sabemos que las opiniones acerca de la moda son muy subjetivas.
Pongamos sobre la mesa solo una de las opiniones que, de alguna manera, echó por tierra el vestido elegido por Bárbara Mirjan, un diseño de Navascués. Aunque, hay que subrayarlo, hubo muchos comentarios sobre la rarísima situación de la no-tiara, un collar usado como diadema que quedó en una posición bastante extraña. No terminó de entenderse ese adorno, aunque la novia estaba tan guapa que ninguna pieza de joyería podría haberle estropeado una foto, por primer plano que fuera.
Pero volvamos al vestido de novia, del que ha opinado alto y claro el diseñador Juan Avellaneda. Su objeción al diseño de Navascués tiene su razón de ser: «Su vestido no me ha encantado: lo veo un poco 'casposi'. No lo veo clásico porque lo clásico es bonito y me da la sensación de que no acaba de favorecerle del todo. La zona de la cintura no me acaba de gustar. Tiene un corte muy fuerte. Hubiera sido más bonito de una sola pieza, porque parecen dos tejidos diferentes y dos colores distintos. Y esto aquí [se refiere al famoso bordado de la cintura] lo veo un poco 'pegotinchi'».
Terminemos con el elemento verdaderamente extraño de la boda: la calesa y todo lo que la rodeó. No está claro por qué se utilizó una duquesita, un carruaje para paseo caracterizado por su pequeño tamaño, para transportar a la novia. No solo a la novia, pues a su llegada a la Iglesia de los Gitanos iba acompañada por su padre, el padrino, y el calesero o cochero. Lo pudimos ver: el espacio era exiguo y el vestido entró a duras penas. ¿Por qué no se alquiló un faetón?
Ese no fue el único drama propiciado por la famosa duquesita, a cuyo paso se cerraron varias calles de Sevilla. No fue el vehículo que transportó a los novios de vuelta a las Arroyuelas para celebrar el banquete, pero sí hicieron un recorrido por el centro de la ciudad hasta llegar al coche que sí les trasladó a la finca. Quizá hubiera quien esperase que los sevillanos se echaran a las calle a saludarles a su paso. Pues bien: quizá por el calor, lo cierto es que los recién casados hicieron el recorrido prácticamente en solitario. Una pena.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.