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Caseros exigentes

Haakon de Noruega y Mette-Marit alquilan su casa: el polémico patrimonio inmobiliario de los futuros reyes

Los príncipes herederos del país nórdico, Haakon y Mette-Marit de Noruega, alquilan una docena de propiedades en su finca real de Skaugum, pero con su buena dosis de controversia.

Los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit de Noruega. gtres

El Palacio de Skaugum es normalmente un refugio seguro y privado para la familia real noruega y ha sido el hogar de los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit y sus hijos desde 2003. La pareja renovó ampliamente la propiedad, ubicada a 20 kilómetros de Oslo y cuya historia se remonta a la Edad Media, convirtiéndola en una serie de apartamentos de lujo. Hasta ahora han visto muy pocas imágenes del interior del apartamento privado de la pareja en Skaugum, aunque durante la pandemia de coronavirus, el matrimonio compartió una fotografía desde el interior de su casa en una videoconferencia.

Desde un año antes de mudarse allí, el hijo de los reyes Harald y Sonia gestiona la cartera inmobiliaria en la finca y ahora ha decidido poner una docena de propiedades en alquiler. Pero vivir cerca de la realeza noruega significa atenerse a normas muy específicas y estrictas. Como propietario, el príncipe Haakon utiliza una agencia para ofrecer contratos de arrendamiento que han sido cuidadosamente examinados.

A raíz de esta decisión y en el marco de un reportaje de investigación, el diario noruego Dagbladet ha accedido al contenido de los contratos ofrecidos por el príncipe heredero a sus inquilinos. Y algunas de sus cláusulas plantean ciertos interrogantes.

El contrato de casero de Haakon de Noruega

Para alquilar una vivienda en la finca real, hay que aceptar unas condiciones «más estrictas» de lo normal, sobre todo en lo que se refiere al mantenimiento de la casa, señala este diario. «Por lo que veo, poco queda de las obligaciones de mantenimiento del propietario, aparte de la fachada», asegura Tom Risa, abogado de la Asociación Noruega de Inquilinos. Quienes ocupen una de las propiedades del futuro rey deberán, por ejemplo, renovar los suelos y techos si es necesario. Unas obligaciones que nos remiten a las tribulaciones del príncipe Andrés con su propia casa de alquiler.

Haakon y Mette-Marit en su residencia de Skaugum. familia real noruega

Sin embargo, no hay nada ilegal en esto, ya que la cláusula aparece en otros contratos de alquiler firmados por la agencia utilizada por el marido de Mette-Marit. Pero algunos inquilinos exigen alquileres más bajos. «Estos se fijan sin tener en cuenta que se distribuye al inquilino una proporción de los gastos mayor de lo que es normal según la Ley de Arrendamientos y, por tanto, sin tener en cuenta que el propietario ahorra dinero al transferirlo al inquilino», señala el abogado.

No se indica el precio de estos alquileres, pero una casa unifamiliar en la urbanización Skaugum podría representar un gasto muy importante para sus futuros inquilinos, sobre todo por el tamaño de la vivienda y lo privilegiado tanto del entorno como de los vecinos.

Marius Borg y los escándalos de Skaugum

La finca real ya estaba en los últimos tiempos bajo el ojo del huracán después de que el pasado mes de septiembre fuera asaltada después de que la oveja negra de la familia organizara allí una «fiesta salvaje». Así lo aseguraba el diario noruego Se og Hør, añadiendo que los hechos se produjeron poco después de que el hijo mayor de Mette-Marit, Marius Borg, fuera detenido en agosto por una supuesta agresión.

Según esta información, poco después de la fiesta que celebró el joven en la residencia, una banda de motoristas habría robado objetos personales de la familia real noruega. Al parecer desaparecieron varios enseres de plata que posteriormente trataron de vender a través de una casa de subastas.

Al parecer, era habitual que Marius organizara allí fiestas que se conocían entre sus amistades como 'el festival de Skaugum'. Como castigo a esta conducta, los medios de su país publicaban a finales del año pasado que al conflictivo joven se le había prohibido la entrada a la casa de los príncipes y tan solo tenía acceso a una pequeña vivienda en la propiedad.