Esta casa palacio está situada frente al Atlántico y el paisaje de Lanzarote, en la localidad de Costa Teguise, y rodeada de impresionantes medidas de seguridad. Se llama La Mareta, como los aljibes que se excavan en el suelo, en Canarias, una construcción tradicional que estaba en el lugar donde se alzó la casa. Fue un regalo, en 1989, a don Juan Carlos del rey Hussein de Jordania, que la había mandado construir a finales de los años setenta, pero que nunca la disfrutó –sólo lo hizo uno de sus hijos en una luna de miel–.
Al rey jordano y al español siempre les unió una gran amistad. Don Juan Carlos la cedió, años después, a Patrimonio Nacional y pueden disfrutar de ella los presidentes del Gobierno y los mandatarios extranjeros, en visita a España. El presidente Pedro Sánchez ha pasado allí varios veranos y vacaciones de Navidad, al igual que José Luis Rodríguez Zapatero y José María Aznar. El primer invitado que la utilizó fue el entonces canciller Helmut Kohl, durante la cumbre hispano-alemana celebrada en Lanzarote, en el año 1992. Tras él la visitaron otros líderes mundiales como Mijaíl Gorbachov y su esposa, Raisa.
La Mareta fue diseñada y decorada por el artista lanzaroteño César Manrique, que buscó reinterpretar la arquitectura típicamente canaria, con paredes blancas y techos planos y remates de chimenea en forma de cúpula. Sus balcones y miradores son de madera. El proyecto es del prestigioso arquitecto español Fernando Higueras, autor de edificios de gran simbolismo como la construcción madrileña apodada «corona de espinas», sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España. Ambos profesionales colaboraron para crear un verdadero oasis compuesto por 10 bungalós rodeados de extensos jardines. Sigue las líneas de otras obras de Manrique en la isla, como los Jameos del Agua o la propia residencia del autor.
Dos piscinas, tenis y baloncesto
La finca ocupa 30.900 metros cuadrados y se encuentra junto al litoral orientada hacia el sur. Toda la propiedad está rodeada por un muro de varios metros de altura que la aísla y que se mandó construir hace pocos años para garantizar la seguridad. Cuenta con una gran biblioteca, dos piscinas, una cancha de tenis y otra de baloncesto y acceso directo al mar, además de un jardín con lago y un helipuerto. Las edificaciones son de una y dos plantas y están separadas por la amplia vegetación.
Este lugar idílico en el que pasaron los reyes Juan Carlos y Sofía varias navidades con su familia conserva, sin embargo, un triste recuerdo que fue lo que motivó, sin duda, que don Juan Carlos no regresara y ya no contara con ella como residencia real, sino que la pusiera a disposición de Patrimonio Nacional. El 2 de enero de 2025 se han cumplido 25 años de la muerte de María de las Mercedes de Borbón y Orleans, la madre del emérito, precisamente en La Mareta. Tras el fallecimiento de Don Juan, padre del rey, la familia real decidió renunciar a sus vacaciones en Baqueira Beret y viajar a las islas Canarias para recibir el año nuevo.
Una reunión familiar
Se reunieron Don Juan Carlos y doña Sofía con sus tres hijos, sus yernos y sus pequeños nietos, Froilán y Juan Urdangarín, junto a las infantas Pilar y Margarita con sus hijos e Irene de Grecia. Doña María de las Mercedes tenía 89 años y disfrutaba de buena salud, aunque tenía algunos problemas de movilidad que la obligaban a desplazarse en silla de ruedas. La familia real comió con el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, y doña Mercedes se retiró a descansar, tras la comida. Un paro cardíaco terminó con su vida mientras descansaba. Era el 2 de enero del año 2000. La madre del rey fue enterrada en El Escorial.
María de las Mercedes de Borbón y Orleans había nacido un 23 de diciembre de 1910 en Madrid. Era hija del infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias y de su segunda esposa, Luisa de Orleans. Pasó sus primeros años en Madrid y con diez se marchó a vivir a Sevilla, donde había sido destinado su padre. Estudió en el internado de las Madres Irlandesas y, en los veranos, viajaba a Francia para perfeccionar el idioma.
Vivió el exilio tras la proclamación de la II República y la dictadura de Franco, que nunca aceptó que su esposo Don Juan, jefe de la dinastía Borbón, llegara al trono de España. Durante el reinado de su hijo Juan Carlos continuó viviendo en Estoril con su marido, hasta los años 80. Después, ambos regresaron a Madrid, y se establecieron en una casa a la que también llamaron Villa Giralda, como la de Estoril.
El fallecimiento de doña Mercedes en aquellas circunstancias fue un mazazo para la familia. Ningún miembro de ella regresó nunca a La Mareta, salvo los reyes Felipe y Letizia con una pequeña Leonor, de apenas tres meses, en 2005, para pasar unos días de descanso en Navidad. Los entonces príncipes de Asturias posaron con su bebé en los jardines de la residencia, poco tiempo antes de que fuera bautizada.
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