CITA EN LAS VENTAS

La infanta Elena y Luis Astolfi, juntos como nunca: así se rompió el noviazgo con el que todavía podría ser su gran amor

La infanta Elena y Luis Astolfi estuvieron juntos en la corrida de Beneficencia de Las Ventas, demostrando una vez más que su relación, entrañable o tierna, continúa. ¿Por qué se rompió?

La infanta Elena presidió un año más la Corrida de la Beneficencia de la Feria de San Isidro, en presencia de Luis Astolfi, su primer gran amor. GETTY IMAGES
La infanta Elena y Luis Astolfi, juntos como nunca: así se rompió el noviazgo con el que todavía podría ser su gran amor
Elena de los Ríos

Todo el mundo esperaba ver en el tendido a Victoria Federica, protagonista del cartel de San Isidro este año, con su flamante novio, Borja Moreno y Oriol. No pudo ser. La pareja más excitante de la primavera no se dejó ver por Las Ventas y la influencer real estuvo toda la corrida acompañada por un espigado y moreno joven, de nombre desconocido. ¿Hubo que posponer el romance en la Corrida de la Beneficencia este año? De ninguna manera. El amor estaba en el aire que rodeaba a la infanta Elena.

Un año más, la infanta Elena presidió la concurridísima Corrida de la Beneficencia, la estrella del cartel de la Feria de San Isidro. La hija mayor de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía se ha ganado de sobra el corazón de los taurinos y tiene en Victoria Federica a una heredera de su pasión por la fiesta nacional. Madre e hija llegaron juntas, se sentaron separadas y se fueron, de nuevo, juntas. Sin embargo, durante el festejo hubo otras compañías.

Decíamos que Victoria Federica disfrutó de la corrida junto a un amigo y desde el burladero. El comentario general, que está guapísima, se alternó con alguna que otra referencia a su maquillaje: la sobrina de los reyes Felipe y Letizia necesita ajustar el tono de su base para no irse por los cerros del naranja. La infanta Elena llegó contenta y se fue exultante, acompañada de su fiel amiga Rita Allendesalazar. Amiga y cómplice.

Todo el mundo en Las Ventas vio cómo coincidían en público y frente a los periodistas la infanta Elena y Luis Astolfi, el guapísimo jinete sevillano que fue su amor de juventud más serio. Nos remitimos a las observaciones más que afinadas de la periodista Beatriz Cortázar, quien levantó acta de la coincidencia de los amigos y aportó datos sobre el estado actual de esta relación. Datos muy interesantes.

La infanta Elena viaja con frecuencia a Sevilla

Para quien pensara que la edad madura de la infanta Elena ha estado libre de compañía masculina: Beatriz Cortázar sostiene que la hija mayor de los reyes Juan Carlos y Sofía viaja muy a menudo a Sevilla, donde su amiga Rita Allendesalazar regenta un tienda dedicada a las labores donde se entretienen juntas tejiendo, bordando o cosiendo. Sin duda, la imagen de las amigas tricotando es entrañable, pero puede que la infanta no solo se dedique a las agujas cuando viaja a Sevilla.

Añade Cortázar que la infanta Elena y Luis Astolfi se ven cuando coinciden en la capital andaluza, unas citas más que justificadas no solo en una amistad que comenzó en enamoramiento, sino por su común pasión por la hípica: ambos son consumados jinetes. Sin embargo, la periodista desliza lo que muchas queremos creer, porque no hay nada más romántico que una buena historia de amor secreta después de los 50: «Luis y Elena siguen manteniendo lo que podría denominarse una amistad más que entrañable». Subrayamos: «Más que entrañable».

La infanta Elena y Luis Astolfi, fotografiados en Estepona, en 2017. GTRES

Cabe preguntarse, dadas las décadas que ha resistido esta preciosa relación, qué separó a los enamorados a mediados de los 80, cuando las campañas de boda comenzaban a sonar. Sin duda, Astolfi ha debido ser el gran amor de Elena, uno capaz de mantenerse hasta hoy ya sea como romance más o menos intermitente o como gran amistad. La explicación que llegó en su momento a la crónica social señala a una responsable de la ruptura: la reina Sofía.

Lo hemos contado aquí en otras ocasiones: los 'insiders' de la crónica real activos en los años 80 contaron que fue la madre de la infanta Elena la que se opuso con todas sus fuerzas al matrimonio entre Luis Astolfi y su hija. En otras versiones, fue el jinete quien decidió dejar a su real novia, aunque por presiones de la Casa Real. Sea como fuere, su romance jamás se confirmó de manera oficial por Zarzuela, aunque estuvieron juntos durante al menos tres años.

Había obsesión por casar a Elena con un príncipe

Parece que fue la ambición de la reina Sofía, muy influida por su propia madre, la reina Federica, la que impidió que la infanta Elena se casara con su primer gran amor. La emérita tuvo la misma obsesión por casar a sus hijas con sangre real que su propia madre, de ahí que se negara a admitir como novio a un joven sin credenciales aristocráticas. En otras versiones, la renuencia no solo tenía que ver con el apellido: la reina Sofía también valoró que su familia no fuera aristocrática y rica.

Sabemos, en todo caso, lo que ocurrió tras la dolorosa ruptura: Luis Astolfi se casó en 1992 con una empresaria sevillana, de la que se separó en 2012. La infanta Elena se casó con Jaime de Marichalar en 1995 y se separó en 2007. Ambos tuvieron dos hijos, chico y chica. Y los dos retomaron su amistad prácticamente donde la dejaron tras sus respectivos divorcios: volvieron a frecuentar restaurantes e hípicas, casi siempre bien resguardados de cámaras y miradas.

En los últimos tiempos, sin embargo, hemos podido comprobar cómo la infanta Elena da un paso adelante para apoyar a Luis Astolfi, sin importar que observen las cámaras. Lo ha hecho en momentos especialmente delicados, como el fallecimiento de sus padres o su divorcio. También se espera su presencia en la boda de su hijo mayor, Luis, con Cristina Serrano. Será en julio, en Marbella.

HORÓSCOPO

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Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.