El retorno de la infanta Elena a la agenda real: por qué vuelve a tener un papel relevante en este preciso momento

Hoy no es un día cualquiera en Zarzuela, pues la infanta Elena aparece en la agenda real, como royal de servicio en el trabajo de representación de la Corona. Y aunque se le da ya mucha normalidad a sus idas y venidas en los eventos reales, no se puede ignorar la evidencia: sus apariciones son excepcionales. Desde que un decreto ley redujera la familia real a seis miembros (los reyes Felipe y Letizia, los eméritos Juan Carlos y Sofía y sus dos nietas), las infantas quedaron en tierra de nadie.

Desde aquel momento de 2014 hasta hoy, la vida de las infantas ha discurrido por cauces bien distintos por razones conocidas: el caso Nóos y la cárcel para Iñaki Urdangarin condujo a una familia al exilio suizo, mientras que el clan Marichalar Borbón se quedó en Madrid. Pero, a los efectos de su relación con Zarzuela, Elena y Cristina sufrieron lo mismo: una repentina pérdida del perfil público que la pertenencia al núcleo institucional asegura.

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Es evidente: una cosa es ser infanta a efectos meramente sociales y otra bien distinta ejercer como tal en el organigrama institucional del Estado. Cierto es que tal trabajo conlleva remuneración económica, pero no es tanto ese plus monetario lo que ha de echarse de menos, sino el peso, la responsabilidad y el sentido de vida que ofrece un papel tan relevante. Sabemos que las infantas Elena y Cristina y sus herederos no han de preocuparse por su sostén económico. Lo que puede echarse de menos es su relevancia pública.

Esta demanda de visibilidad, de pertenencia y de un papel digno de su apellido llegó como un rayo a Zarzuela el pasado diciembre, cuando se publicó una semblanza de la infanta Elena en la que se deslizaba su enfado por no obtener de Casa Real el permiso para ejercer un papel más relevante en momentos clave, como por ejemplo en la Valencia post DANA. La escribió Laurence Debray (biógrafa del rey Juan Carlos) para la revista Hola, se entiende que con el permiso de la hermana mayor del rey Felipe.

Al explorar en la hemeroteca las apariciones de Elena de Borbón en acontecimientos importantes de calado nacional, vemos que hubo un antecedente (quizá un incidente) que puede hacer luz sobre la negativa de Zarzuela a conceder permiso a la infanta para acudir a lugares de especial significación a los que acudirán, por esa misma razón, los reyes Felipe y Letizia. Hablamos de la celebración de la Eurocopa que se llevó la Selección española de fútbol en julio de 2024.

El mismo día, casi diríamos que inmediatamente después, de la visita de la Selección española a la familia real en Zarzuela, la infanta Elena y Victoria Federica se dejaron ver en la celebración organizada por el Ayuntamiento de Madrid, bailando y coreando con los jugadores. Aquella visita a los Reyes había sido muy bien planeada, pues incluyó una fotografía en la que la princesa Leonor y la infanta Sofía posaron con el gran trofeo de la Eurocopa, replicando exactamente cómo posaron con la misma copa en 2012, cuando tenían solo 6 y 5 años.

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Evidentemente, la posibilidad de que una aparición de otros miembros de la familia del rey pudiera eclipsar un momento tan largamente planeado, pudo molestar bastante en Zarzuela. Y lo cierto es que circularon de manera viral tanto la foto en Zarzuela como los bailes de la infanta Elena y Victoria Federica con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. Vic, de hecho, también posó con la camiseta de la Selección y con la enorme copa de la Eurocopa, como sus primas. Así de fácil puede echarse a temblar una estrategia de comunicación.

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Imposible saber si las tensiones subsisten, enterradas o en la superficie, o si han sido resueltas. Lo único que podemos constatar es la inescrutabilidad de las políticas de Zarzuela, incluso en lo que se refiere a la mecánica de la agenda real. La infanta Elena reaparece hoy como si no existiera tensión alguna. Lo hace, claro, en uno de los pocos actos que suele presidir desde hace algunos años.

Se trata de la XXXIV edición del Concurso de Pintura Infantil y Juvenil para Centros Escolares, impulsado por Patrimonio Nacional, y cuya entrega de premios se celebrará en el Palacio de El Pardo. Es, por cierto, el único acto oficial en el que la infanta Elena representa a la Corona. Y, probablemente, se mantendrá como la única cita en la que Zarzuela dé vía libre a la primogénita del rey Juan Carlos para volver a la institucionalidad, por así decirlo.

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