La infanta Elena busca la protección de otro rey para sus vacaciones: así se divirtió en Túnez con Laurence Debray, la autora de las memorias de Juan Carlos

Un destino exótico, un hotelazo solo para viajeras exclusivas y tus amigas del alma. Parece 'Sexo en Nueva York', pero nuestra protagonista no está obsesionada con la moda y los hombres no disponibles emocionalmente ni sus amigas operan como la versión neoyorquina de las Spice Girls. Eso sí: no nos cuesta nada imaginar a Elena de Borbón en plan Carrie Bradshaw y sus íntimas Rita Allendesalazar, condesa de Ventosa, y Laurence Debray como Charlotte y Miranda. Las tres se pegaron la Semana Santa de su vida en Tánger. Y hemos visto la prueba.

Una fotografía robada a la infanta Elena en el hotel Villa Josephine de Tánger destapó el pastel de las vacaciones de Semana Santa de la hija mayor de los reyes eméritos. Pero, ¿acaso no se había avanzado que viajaría a Abu Dabi, para acompañar a su padre, Juan Carlos I, en su exilio emiratí? Los cronistas de todo lo 'royal' dirimen ahora si el padre del rey Felipe estuvo solo todas las vacaciones o solo parte de ellas.

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Tenemos que admirar la decisión de la infanta Elena de poner tierra de por medio en Semana Santa, unas fechas en las que la acumulación de 'royals' en la vía pública suele ser excepcional. Este año, el mal tiempo evitó que los reyes Felipe y Letizia se plantaran en cualquier calle madrileña a ver pasar la procesión, pero la reina Sofía estuvo en Sevilla, con las más grandes. En Málaga vimos a Irene Urdangarin y en Marbella, a Victoria Federica.

Insistimos: la mejor, a falta de conocer dónde se escondió la infanta Cristina, ha resultado ser Elena de Borbón. Atención al plan que se montó con sus dos mejores amigas, la de toda la vida y una recién adquirida, para tomar el sol, darse a la gastronomía y cotillear a pierna suelta. Y sin que ningún fotógrafo viniera a amargarle la diversión. Su viaje de Semana Santa a Tánger entra en la lista de escapadas más deseadas.

En realidad, la infanta Elena y sus amigas apenas si salieron del hotel Villa Josephine, uno de los más lujosos de la ciudad. Se trata de una mansión de estilo colonial del siglo XX, transformada en un hotel boutique: solo tiene diez habitaciones y la noche sale entre 300 y 700 euros. Lo mejor, sin embargo, no son sus acogedores salones, su imponente jardín ni su encantadora piscina. Dicen que su restaurante es uno de los mejores de la ciudad. Lo comparan, el menos en su elegancia, al Marbella Club.

Aunque las bondades de Tanger no son pocas, el motivo por el que Elena de Borbón pudo decidir refugiarse en esta ciudad de Marruecos puede ser menos exótico de lo que parece. Tomemos nota, porque no es casualidad que tanto el rey Juan Carlos como su hija hayan optado por confiar en monarquías amigas, muy amigas, del patriarca Borbón. Ni en Marruecos ni en Emiratos Árabes Unidos existen los paparazzi: su trabajo en estos países es directamente imposible.

Ese es el 'quid' de la cuestión: la infanta Elena buscaba la máxima privacidad para pasar unos días de sol y confidencias con sus amigas Rita Allendesalazar y Laurence Debray. Además, los testigos que la vieron en el hotel Villa Josephine, disfrutaron de sus impresionantes vistas al golfo de Tánger y al estrecho de Gibraltar, contaron que contó con un amplio dispositivo de seguridad a cargo del rey de Marruecos, Mohamed VI. Recordemos que su relación con el rey Juan Carlos es tremendamente cordial. El emérito consideraba prácticamente un hermano a Hassan II, padre del actual monarca alauita.

Marruecos ha sido refugio de Los Borbón en varias ocasiones, también de la reina Sofía. En 2015, cuando el Tribunal Supremo decidió admitir una demanda de paternidad contra el rey Juan Carlos por la belga Ingrid Sartiau, la emérita viajó a Rabat para participar en una reunión internacional. Dicen que uno de sus restaurantes favoritos es el Dar Moha, en Marrakech. En su sala, de hecho, cuelga una fotografía suya con el chef.

Cuesta, y mucho, fotografiar a la infanta Elena con su círculo íntimo, aunque los viajes del rey Juan Carlos a Sanxenxo nos han permitido comprobar la complicidad que tiene con Laurence Debray, historiadora francesa y biógrafa oficial del rey Juan Carlos, que firma las memorias, Reconciliación, que el rey emérito va a publicar en unos meses en la editorial Planeta. El pasado octubre, ambas surcaron la ría de Pontevedra muy divertidas, como amigas de toda la vida. Debray está casada, tiene dos hijos y se mudó a Madrid el pasado septiembre. También firmó una polémica semblanza de la infanta Elena en la revista 'Hola', además de las crónicas de los cumpleaños del emérito.

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