La nueva estrategia de Kate Middleton y Guillermo para mudarse a una mansión en Windsor: un golpe a Buckingham para su futuro reinado

La decisión del príncipe Guillermo y Kate Middleton de mudarse a Forest Lodge, una mansión georgiana enclavada en los terrenos del parque de Windsor, y convertirla en su «casa para siempre» ha provocado cierta perplejidad en la prensa y el público británicos, sorprendidos porque su futuro rey parece que no habitará en Buckingham, el gran símbolo de la monarquía británica. Carlos III tampoco se instaló en Buckingham, y reside con su esposa Camila en el cercano Palacio Clarence House, su hogar desde hace treinta años.

Carlos dijo, en su momento, que aquel era su «verdadero hogar» y puso como excusa para no trasladarse las grandes obras que están renovando Buckingham desde hace varios años. Algunos periódicos plantean a sus lectores encuestas para que den su opinión sobre si la familia debería obligar a Guillermo a trasladarse a Buckingham, una vez sea rey. Pero esta decisión tiene mucho más trasfondo del que puede parecer a primera vista.

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Forest Lodge, con un valor de 20 millones de euros, está muy cerca del colegio Lambrooke School, en el que estudian George, Charlotte y Louis. La vivienda está siendo renovada –con fondos personales de los Gales– en estos meses y parece que los príncipes se mudarán allí con sus hijos a finales de año. La mansión campestre es más grande que la reducida Adelaide Cottage –de solo cuatro habitaciones– en la que han vivido en los últimos tres años.

Forest Lodge dispone de ocho habitaciones y seis cuartos de baño, y su aspecto es mucho más solemne y espacioso. Fue adquirido por la Corona en 1829 y su nombre inicial era el de Holly Grove. Será un nuevo comienzo para los Gales tras unos años difíciles, marcados por el fallecimiento de la reina Isabel y el diagnóstico de cáncer de Kate. Forest Lodge está situada en una parte muy tranquila de Windsor Park y tiene unas hermosas vistas sobre Londres y Berkshire.

El entorno de la familia real y muchos cronistas de Palacio están convencidos de que este traslado es un movimiento muy medido de los Gales enfocado a una «monarquía renovada». El recién publicado libro de memorias del que fue mayordomo del rey Carlos III entre 2004 y 2011 Grant Harrold arroja algo de luz sobre el asunto. Harrold, que trabajó para Carlos III en su propiedad campestre de Highgrove, asegura que la razón de esta mudanza y el aparente olvido de Buckinhgham responden a una «estrategia meditada», que sigue la decisión que tomó su padre, el rey Carlos, cuando se convirtió en rey.

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El lugar de residencia que escogería Carlos fue objeto de reuniones y múltiples conversaciones. Harrold explicó al diario británico The Mirror que el rey siempre prefirió cualquier otro emplazamiento para vivir al palacio de Buckingham: Birkhall, su residencia en Escocia, cerca de Barlmoral, su residencia campestre de Highgrove o su residencia de Clarence House, en Londres. A Harrold no le sorprende que sea así: «Buckingham es solo su oficina», asegura. El venerable palacio, que estrenó y reformó la reina Victoria poco después de llegar al trono, es un monumento turístico y un lugar de reunión, no un hogar.

Guillermo tampoco quiere pasar su reinado en un lugar donde se agolpan millones de turistas a la puerta y hay que recorrer pasillos kilométricos para llegar a las distintas estancias privadas. Parece que la reina Isabel II quedará como su última habitante y que Buckingham iniciará, en unos años, una nueva vida. Los Gales prefieren una cotidianidad alejada de la curiosidad pública, y, hasta donde sea posible, una vida familiar sin solemnidades. Los Gales quieren seguir trayendo y llevando a sus hijos al colegio. Guillermo siempre ha vivido en casas más pequeñas.

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Parece que el futuro rey tiene un plan definido al respecto: el palacio de Windsor, más acogedor, podría convertirse en el centro de la futura monarquía y en la sede real, puesto que Forest Lodge está muy cerca. El objetivo que hay detrás de estos cambios es la modernización de la monarquía que tiene Guillermo en mente.

El príncipe de Gales no quiere vivir de espaldas a sus propios valores y a las causas que defiende, como la ayuda a las personas sin hogar, algo difícil de sostener si se vive en un gran palacio como Buckingham. Vivir en Forest Lodge es, además, mucho menos costoso. Esto ayudará a cambiar la imagen de la monarquía, una institución que, en toda Europa, está perdiendo fuste. Será el primer rey británico que no viva en un palacio.

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