PRINCESA AVIADORA
Crear una cuenta
Iniciar sesiónPRINCESA AVIADORA
Todavía debe pasar mucho tiempo en un simulador, aprendiendo a estabilizar el aparato, a controlar los mandos y a leer los instrumentos de vuelo. Sin embargo, muchas sospechamos que la princesa Leonor no ha dejado de pensar en este momento desde que supo cómo sería su itinerario de instrucción militar. Parece que pilotar un Pilatus PC-21, colocarse a más de 10.000 metros de altura con una nave de 2.200 kilos en las manos, le impone. Sería extraño que no lo hiciera.
Aunque se celebre el mono Top Gun y maraville el azul aviación del uniforme del Ejército del Aire, la princesa parece preocupada. Más reflexiva que aventurera, viene de superar una travesía de cinco meses en el buque escuela Juan Sebastian Elcano y sus propios mareos, pero lo de volar traspasa algunos límites. De hecho, medidas de seguridad extraordinarias están en marcha para que en ningún momento corra peligro su vida. Y los Pilatus disponen de dos plazas.
Como ha ocurrido en las dos etapas de instrucción militar anteriores, en la Academia General del Ejército de Tierra en Zaragoza y en la Escuela Naval Militar de Marín, se asegura que la princesa Leonor recibirá el mismo tratamiento que cualquier otro estudiante. Sin embargo, se han deslizado algunas diferencias, las lógicas debido a que no es una alférez más, sino la próxima reina de España. Tiene que ver con el equipo que la asistirá durante su trayectoria de aprendizaje en San Javier.
Lo publica el diario La Verdad: la princesa Leonor tendrá personal propio asignado durante el curso, además de 15 agentes de seguridad y otros ayudantes. No se dan más detalles de este equipo extraordinario, aunque la periodista Nuria Marín cuenta en su perfil de Instagram que la heredera tendrá instructora propia e intransferible, una teniente, la primera mujer piloto de Eurofighter, y también aprenderá a pilotar en su propio Pilatus PC-21. No tendrá que rotarlo con otros compañeros.
Fue también Marín la que desveló en redes sociales que, efectivamente, la princesa Leonor tiene miedo a volar o, más bien, a la perspectiva de pilotar. De hecho, esta periodista sostiene que, para que se le quitara un poco el susto ante la perspectiva de manejar ella sola una aeronave, visitó las instalaciones de la Academia General del Aire y del Espacio de San Javier el pasado enero. Para familiarizarse un poco con las instalaciones y, sobre todo, el hangar. Y que este primer día no le cogiera tan de sorpresa.
«Con ganas de aprender, pero despacito, poco a poco», dijo Leonor a los periodistas que documentaban su ingreso en la Academia General del Aire y del Espacio de San Javier (Murcia). Se esperan de los aspirantes a piloto que en algún momento de su entrenamiento vuelven en solitario, sin su instructor detrás, lo que en el argot castrense se conoce como 'la suelta'. Sin embargo, sería de lo más comprensible si la princesa no llegara a hacerlo.
En el ingreso de Leonor en la Academia de San Javier no se aclaró si podría llegar a pilotar un caza, como su padre, o si se va a limitar a manejar uno de los Pilatus PC-21 del Ministerio de Defensa, un avión de entrenamiento avanzado de fabricación suiza que alcanza una velocidad de 685 kilómetros por hora. Recordemos que el rey Felipe es piloto de combate y ha pilotado naves de transporte, helicópteros y hasta un Eurofighter, el cazabombardero supersónico.
La que está llamada a ser futura jefa de Estado y capitana general de las Fuerzas Armadas ingresó como alférez en la clase de los alumnos de cuarto año, con 75 integrantes en total, 60 hombres y 15 mujeres, incluyéndola a ella. Terminará el curso en julio ya como teniente. La base de San Javier recibe el apodo de 'la Cueva' entre los militares. Efectivamente: porque de ahí «no se sale». Así de tremenda es la exigencia en la formación de los pilotos. No todos logran superarla.
El horario es una locura: el toque de diana suena a las 6.30 y a las 7.40 arrancan las clases, teóricas y prácticas, hasta las 18.00, con descanso para comer. A las 22.15 se apagan las luces. La base de San Javier opera como una miniciudad en la que trabajan más de mil personas: se entiende que muchos de los estudiantes no salgan de ella durante todo el tiempo que dura la instrucción.
En total, la base de San Javier pPsee siete edificios para alojar a los alumnos, polideportivo, pistas de tenis y pádel, cancha de baloncesto, campo de fútbol, sala de esgrima (deporte que Leonor practicó en Zaragoza), piscina cubierta, salón de actos, dos cafeterías, una sucursal bancaria, lavandería, peluquería, biblioteca, laboratorio, dos comedores y un centro social de alumnos.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.