COMPARACIONES ODIOSAS
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Fue, probablemente, uno de los vestidos de novia más criticados de las últimas décadas. Aquel diseño del danés Uffe Frank, discípulo de Giorgio Armani, que Mary Donaldson llevó el 15 de mayo de 2004, gustó poco y evidenció una gran falta de mano en el acabado. Se dijo que Mary se había dejado aconsejar por su suegra, la reina Margarita, y que la soberana, amiga de los cortes princesa y los adornos recargados, no supo guiar a la futura princesa, una joven atractiva y con mucho estilo, que acabó llevando un vestido mal ejecutado y nada favorecedor. El resultado era, a la vez, recargado y demasiado simple para una novia que iba a ser reina de Dinamarca.
La pieza nupcial realizada con satén en tono perla forrado con seda de organza y encaje irlandés, similar al del velo –una pieza histórica con la que se casaron la reina Ingrid, la abuela del príncipe Federico, y la reina Margarita–, llevaba una cintura corsé muy ajustada, mangas francesas de estilo «cala» y cuello barco. Recordaba, sin duda, a otro diseño «royal» que sí fue un gran éxito: el vestido de novia de la infanta Cristina, que había contraido matrimonio con el jugador de balonmano Iñaki Urdangarín, el 4 de octubre de 1997, en Barcelona.
El diseñador Lorenzo Caprile, el creador del vestido, daba los primeros pasos de su larga carrera y entusiasmaba a las novias de la alta sociedad española. Aquel era un diseño de seda valenciana color marfil, en el que destacaban también el cuello barco, que dejaba al descubierto los hombros de la infanta, y la manga francesa. Se convirtió en historia de la moda española.
Fue un prodigio de elegancia y modernidad, copiado muchas veces después. Era difícil no percibir que el diseñador del vestido de Mary Donaldson se había inspirado en él, con la diferencia de la falda de corte clásico de la infanta que, en el vestido de Mary se convirtió en un abultado corte princesa, con grandes pliegues.
El diseño de Caprile resultó totalmente innovador. Era la primera vez que una novia real optaba por un cuello de aquel tipo –un corte que también utilizó la británica Clare Waight Keller para el diseño de Givenchy que lució, muchos años después, la duquesa de Sussex, Meghan Markle– , pero, además, resaltaban el corte y la composición perfectos de las mangas y el escote. Ni una tirantez, ni una arruga de más.
La caída de la tela, de una gran calidad, arropaba los movimientos de la infanta, que necesitaba levantar los brazos para saludar y la falda tenía un movimiento majestuoso con su cola de tres metros. Todo estaba en su sitio, aunque, años después, Caprile, siempre perfeccionista, aseguró que no se sentía satisfecho con las mangas, demasiado anchas para su gusto.
La comparación entre ambos vestidos –el de Mary Donaldson y el de la infanta Cristina– era un juego entre lo que había salido bien y lo que no, partiendo de un diseño con muchas similitudes. El vestido de Mary se arrugaba por todas partes, mientras el cuello y las mangas se desajustaban continuamente, dando la sensación de que no eran de la talla adecuada. Curiosamente, ese día y el anterior, una de las invitadas hacía historia con otros diseños de Caprile: la futura princesa de Asturias deslumbró con dos vestidos del modisto como ninguna otra.
Caprile había iniciado su carrera en la moda nupcial creando el vestido de una gran amiga, Carla Royo-Villanova, que contrajo matrimonio con el príncipe Kubrat de Bulgaria el 2 de julio de 1993. El resultado fue un diseño absolutamente rompedor: corsé, cintura de avispa, escote cuadrado y una majestuosa falda de inspiración velazqueña, todo elaborado en damasco de algodón. A partir de entonces, el diseñador montó su taller en Madrid.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.