una familia muy unida
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Iniciar sesiónuna familia muy unida
Han sido unas fechas muy duras para todos. El pasado 20 de mayo murió el duque de Sevilla, una noticia que llenó de dolor a su familia y allegados. Habían pasado solo diez días de la muerte de su hermano, Alfonso de Borbón y Escasany. Fueron momentos muy complicados para todos. Al aristócrata le sobreviven dos de sus tres hijos, Olivia y Francisco de Borbón von Hardenberg, quien, según publicó La Razón, heredará el título de su padre.
Olivia de Borbón von Hardenberg es la mayor de los hermanos y legalmente podría ser la sucesora de su padre, Francisco de Borbón y Escasany, pero, según nuestras fuentes, no será así. Hasta 2006 se aplicaba la preferencia del varón a la hora de heredar un título nobiliario, aunque existiera una hija que hubiera nacido primero.
Sin embargo, este panorama cambió con la Ley 33/2006 sobre la igualdad del hombre y la mujer, aprobada por el PSOE y el PP. Con esta nueva norma, se estableció que el sexo no debía ser un elemento determinante para la sucesión y se priorizaba la línea de descendencia más directa, al margen del género.
Por este motivo, en Mujerhoy nos pusimos en contacto con Julián Porras-Figueroa, marido de Olivia de Borbón, y con la oficina de Francisco de Borbón. En el primer caso no obtuvimos respuesta y en el segundo se nos informó de que no se querían pronunciar al respecto porque quieren respetar el luto preceptivo antes de abordar cualquier cuestión relacionada con el título.
Aun así, hemos logrado hablar con el círculo cercano de la familia que quiso poner en valor el origen del título. De tal forma que nos destacaron que los duques de Sevilla por línea masculina son reconocidos como príncipes de la sangre de Francia y también representa «una distinguida herencia dinástica que une las tradiciones reales de España y Francia».
Las fuentes consultadas por Mujerhoy destacan también que «su papel en la Orden de San Lázaro otorga al ducado de Sevilla un valor único del legado nobiliario y caballeresco de Europa y más allá». Debemos recordar que el ducado de Sevilla es un título que concedió en 1823 el rey Fernando VII a su sobrino Enrique de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, hijo a su vez de Francisco de Paula de Borbón, infante de España y duque de Cádiz, y nieto paterno del rey Carlos IV.
Como argumentos para que no sea Olivia de Borbón la heredera del título sino su hermano menor se nos dice que «históricamente, la sucesión no se basa simplemente en el orden de nacimiento. Implica a veces una cuidadosa consideración, guiada por la tradición, la herencia, las circunstancias personales y las responsabilidades asociadas». Aun así, la ley actual pesaría más que este tipo de consideraciones, por lo que es necesario que concurran otros elementos.
Por eso, se esgrime otra razón más definitiva para conocer quién heredará este título. Las fuentes consultadas por este medio nos aseguran que el difunto duque de Sevilla expresó su deseo de manera explícita y lo dejó establecido así. Sería su hijo, Francisco de Borbón von Hardenberg, quien asumiría «la responsabilidad de la Casa y del legado milenario y humanitario de la Órden de San Lázaro». Asimismo, se nos hace saber que lleva dos décadas dedicado a esta labor y que desde 2018 es gran maestre de la Orden.
También se nos hace saber que contó siempre con el apoyo de sus dos hermanas, la fallecida Cristina de Borbón, el golpe más duro que recibió la familia, y la propia Olivia de Borbón Gräfin von Hardenberg. De hecho, según nuestras fuentes, su padre tuvo muy claro lo importante que fue «la lealtad y carácter con los que los tres hermanos demostraron una nobleza más allá de los títulos». Algo que valoraba profundamente el difunto duque de Sevilla.
En respeto al difunto y para seguir la tradición y el decoro debido, el título no sería asumido por su hijo hasta que no haya pasado un año. Es una forma de rendir tributo al duque de Sevilla. Habrá que esperar a que el BOE anuncie el inicio de los trámites pertinentes y que posteriormente confirme su designación.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.