JÓVENES SOBRESALIENTES
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Aunque nos empeñemos en diseccionar hasta el último detalle de la presencia pública de Letizia, Leonor y Sofía, desde la más mínima joya hasta un titubeo en el discurso, a veces hay que abrir el foco para entender, al menos para interpretar, lo que vemos. Anoche en el Teatro del Liceo, lugar elegido para entregar los Premios de la Fundación Princesa de Girona 2025, la confusión se adueñó de la mirada cuando vimos llegar a la familia real vestida, prácticamente, de luto. Más aún: la princesa de Asturias y la Reina llevaron el mismo look: una traje pantalón negro.
Como suele suceder cuando la familia real sorprende, los titulares se mostraron comprensivos donde las redes sociales clamaron al cielo. Hasta Juan Avellaneda, diseñador habitualmente amable y lúcido en sus críticas al look de Letizia y Leonor, hubo de concluir en su 'reel' de rigor en Instagram que «no sabes bien cuál de las dos es cuál: visualmente es lo mismo». Efectivamente: desde el punto de vista estricto de la comunicación de moda este fundido a negro de Leonor y Letizia no se entiende. Estamos en pleno julio, por acudir al clásico básico de la meteorología.
Hagamos caso al principio de la navaja de Ockham: la explicación más fácil suele ser la más probable. Pongamos que Leonor, acaso queriéndose quitar un poco de presión por la vía de la indumentaria, decidió vestir con traje negro. Y que Sofía, por lo que sea, se decidió por un mono azul marino casi negro. ¿Qué podía hacer la reina Letizia para no quitar protagonismo a sus hijas? Seguirles la corriente. Si no fue así, pudo ocurrir que la decisión se tomara en grupo: no eclipsar por la vía de la moda a los premiados por la Fundación Princesa de Girona.
Si esta fue la voluntad de la familia real al completo anoche, debemos tomárnosla en serio. Sobre todo porque, efectivamente, el trabajo que desarrolla cada una de las personas premiadas sobre el Teatro del Liceo de Barcelona es importante. Diríamos que apasionante. Mucho más incluso que los discursos que dictan el rey Felipe y la princesa Leonor, constreñidos necesariamente por la institucionalidad y esa regla no escrita que dice que no deben decir nada que no haya sido dicho ya. El monarca hizo una broma futbolera. Como su hija, leyó en catalán parte de su discurso.
Contemos algo de los trabajos de los seis premiados, todos menores de 35 años y todos empeñados en aportar soluciones a problemas sustanciales. Pablo Sánchez es fundador y director de la ONG Medicina Abierta al Mundo, una organización que lidera la fabricación y distribución de Incunest, una incubadora neonatal de bajo coste destinada a hospitales de bajos recursos. Manuel Bouzas, arquitecto, desarrolla proyectos que integran materiales renovables y de proximidad. Andreu Dotti ha desarrollado un sistema de aprendizaje de matemáticas que ayuda a miles de alumnos, también con dislexia, en todo el mundo.
Antoni Forner-Cuenca desarrolla soluciones para el almacenamiento a gran escala de energías renovables. La colombiana Valentina Agudelo ha desarrollado un dispositivo para la detección precoz del cáncer de mama al alcance de mujeres vulnerables. Y Gabriela Asturias ha desarrollado Alma, un asistente virtual basado en inteligencia artificial que durante la pandemia brindó apoyo a más de un millón de personas en Guatemala y sigue activo como herramienta nacional de orientación sanitaria.
La princesa Leonor les dedicó palabras muy precisas en su discurso: «Los seis abordan la complejidad del mundo y la transforman en soluciones claras, accesibles y eficaces. Los seis se han anticipado a los desafíos y han trabajado a largo plazo en un mundo donde todo es urgente. Los seis han escogido el camino difícil, el del compromiso, el propósito, la conciencia de lo que está bien, de lo que hay que hacer», dijo en catalán. Y añadió sobre la manera de mirar el mundo de todos: es «una mirada que no busca atajos y que se construye a menudo en silencia y con convicción, con la ética del trabajo bien hecho y la búsqueda del bien común».
Efectivamente: Letizia y sus hijas tenían razón al querer realzar la trayectoria de estas personas, renunciando al deber de espectacularidad que la comunicación exige hoy a cualquier evento que persiga la atención. Seguramente no contaban con un acontecimiento paralelo que iba a subrayar aún más la excepcionalidad de estos jóvenes que, prácticamente en el anonimato, mejoran el mundo. Protagonizado, por cierto, por otra joven aparentemente talentosa y una de las diputadas de menor edad del Congreso: Noelia Núñez.
Minutos antes de la entrega de los Premios de la Fundación Princesa de Girona, Noelia Núñez (33 años) comunicaba en su cuenta de X que dimitía de todos sus cargos, tras descubrirse que falseó su curriculum: decía haber terminado tres carreras universitarias. Qué contraste tan aplastante el de esta joven ya ex política con los premiados por Leonor. Hoy sabemos que durante su etapa como diputada en la Asamblea de Madrid solo presentó una iniciativa, una pregunta oral ante el Pleno. En una reciente entrevista, confesaba: «Me gusta estudiar. Me he sacrificado como tantos y tantos jóvenes en este país».
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.