Su gran momento
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De todos los actos en los que la princesa Leonor tiene un papel protagonista, hay dos que destacan por encima de ellos: los Premios Princesa de Girona, que se celebran este miércoles, 23 de julio, y los Premios Princesa de Asturias que tendrán lugar en el mes de octubre. Desde aquel 2019 en el que la hija de los reyes Felipe y Letizia (que acudía con un look muy solemne) hablara por primera vez en los galardones que hoy preside, han pasado ya seis años y se ha ido apreciando una notable evolución.
Para su debut, la hermana de la infanta Sofía echó mano de hasta cuatro idiomas para dirigirse a los asistentes y los premiados: castellano, inglés, árabe y catalán. Era la primera vez que escuchábamos a Leonor hablar en esta lengua, y pese a los nervios propios de la situación, la heredera tomaba la palabra con soltura para agradecer a los organizadores la labor desarrollada en los diez años que los galardones cumplían (fueron creados en 2009 con la determinación de ser una ayuda en todos los aspectos críticos del desarrollo de la juventud y un respaldo para superar las barrera que los jóvenes encuentran en su incorporación a la sociedad y en beneficio de esta).
En su discurso de este 2025, en los que los Premios Princesa de Girona han cambiado de ubicación (hemos pasado de la localidad de Lloret de Mar al Liceu de Barcelona) y de fecha, ya que ha tenido que ajustarse a la agenda y formación marinera de la heredera, Leonor ha querido resaltar algunos aspectos muy centrados en el objetivo de los galardones, el trabajo de los premiados y los desafíos del complejo mundo que nos rodea. Durante su discurso, tal vez por la tensión, los nervios y tener que hablar en catalán (casi la mitad del discurso era en este idioma) ha titubeado en un par de ocasiones.
La princesa comenzaba su discurso dirigiéndose a las autoridades y a los presentes en el Gran Teatro del Liceo. Sus primeras palabras han sido en catalán y para resaltar y poner en valor un escenario histórico que impresiona: «Debo admitir que me impone estar aquí en este santuario de las artes», reconocía la princesa, al tiempo que aludía a Barcelona, como ciudad de prodigios, haciendo un guiño al escritor catalán Eduardo Mendoza.
A continuación Leonor introducía a los galardonados «Hace unas semanas se ha representado aquí la ópera Rusalka de Dvorák y estuve viendo unas imágenes del escenario justo cuando caía el telón», relataba la princesa. «Todos los que acababan de participar en la representación, ya sin los ojos de los espectadores encima, se abrazaban entusiasmados por la emoción y el esfuerzo colectivos tras ofrecer la excelencia del arte, en este caso expresado en una ópera. Ese es el entusiasmo que veo en la vida y obra de nuestros premiados, la energía impresionante de seis mujeres y hombres a quienes acabamos de escuchar».
La princesa ha destacado a continuación el trabajo de Manuel Bouzas, «un arquitecto que se atreve a pensar de un modo diferente, entusiasmado porque, aunque asume que vivimos en crisis e incertidumbres constantes, este es el mejor momento para ser joven y conjugar arquitectura y sostenibilidad»; hablaba de Valentina Agudelo, «una emprendedora colombiana que se enfrentó a muchos noes, pero no perdió el entusiasmo para que mujeres vulnerables tengan acceso a prevención en salud gracias a su dispositivo para la detección precoz de cáncer de mama».
En su sexto discurso en los Premios Princesa de Girona, Leonor también ha agradecido la labor y trabajo de Andreu Dotti, «el ingeniero que llegó a pensar, ¡ya le habéis oído!, que era tonto y transformó su frustración en energía entusiasta para crear un sistema de aprendizaje de matemáticas que ayuda a miles de alumnos en todo el mundo», decía entre sonrisas la princesa.
Leonor ha continuado su discurso agradeciendo la labor de otros dos premiados. La princesa se refería a continuación a Antonio Forner-Cuenca como Toni, «otro ingeniero al que se le enciende la mirada cuando habla de transición energética y nos contagia su entusiasmo ante el reto del almacenamiento a gran escala de energías renovables». La guatemalteca Gabriela Asturias recibía este año el Premio Princesa de Girona Internacional-Investigación 2025 por ser una «neurocientífica entusiasmada por una convicción: todas las personas merecen una atención en salud digna. Y por eso creó una plataforma que ayuda a millones de guatemaltecos», explicaba la princesa.
Cerrando el bloque de premiados, la princesa ha tenido palabras de agradecmiento para Pablo Sánchez Bergasa, «que se niega a que bebés prematuros en muchas partes del mundo no tengan garantizadas las condiciones básicas para salir adelante. Y que, como ingeniero, decidió que una vida de servicio a los demás era lo que le lanzaba. Impresiona su entusiasmo al explicar cómo funcionan sus incubadoras de bajo coste».
Para cerrar su discurso de esta edición, la princesa ha recordado los retos del mundo complejo que nos rodea, y los héroes que trabajan para aportar soluciones a esos desafíos. «Los seis abordan la complejidad del mundo y la transforma en soluciones claras, accesibles y eficaces. Los seis se han anticipado a los desafíos y han trabajado a largo plazo en un mundo donde todo es urgente. Los seis han escogido el camino difícil, el del compromiso, el propósito, la conciencia de lo que está bien, de lo que hay que hacer. Les doy las gracias a los seis por deslumbrarnos con su determinación y paciencia para salir adelante y perseverar, y poner tanto talento al servicio de la sociedad».
La princesa Leonor se despedía de esta edición de la misma manera que la comenzaba: en catalán y agradeciendo a todos los que apoyan a la Fundación Princesa de Girona y a su equipo por ser cómplices de «la forma que tienen nuestros premiados de mirar el mundo: una mirada que no busca atajos y que se construye a menudo en silencio y con convicción, con la ética del trabajo bien hecho y la búsqueda del bien común».
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.