amiga de juan antonio pérez simón
amiga de juan antonio pérez simón
El verano tiene playas, chiringuitos, terrazas con buenas vistas y también estas cosas. Una especie de serpientes que se cuelan entre las rendijas para hacernos más llevadero el sofocante calor. Las serpientes veraniegas de toda la vida, esos refrescantes chismes, no son, ni por asomo, una especie en peligro de extinción. Esto viene a cuento porque acabamos de tener noticia de la potencial existencia en la geometría social de un triángulo con las medidas perfectas para despertarnos del letargo vacacional.
A saber: el magnate asturiano Juan Antonio Pérez Simón, gracias al que hemos sufrido más de un stendhalazo mientras contemplábamos su espléndida colección de arte, ha sido sorprendido cenando nada menos que con Paloma Segrelles, una socialité como la copa de un pino. Lo ha lanzado a las redes Informalia, aunque desde su entorno han corrido a negarlo poco después. Pero rebobinemos.
Pérez Simón, que se ha dedicado todos estos años al coleccionismo artístico, donde no tiene competidor, se separó de su esposa, Josefina Carrera, madre de su única hija, a principios del siglo XX. Sin llegar a divorciarse, se quedó viudo en 2024. Supimos después de su relación con Silvia Gómez-Cuétara, que a su vez había enviudado de otro millonario, Luis García Cereceda, el promotor de la exclusiva urbanización La Finca, en Pozuelo de Alarcón, donde vive la plana mayor de nuestros famosos.
Lo suyo, sin embargo, para nada fue un amor de verano, sino que se prolongó en el tiempo hasta sobrepasar la década y consumar los 13 años, lo que nos situaría en junio del año pasado. Entonces fue cuando hizo su aparición Teresa Bueyes, que invitó a Pérez Simón a su fiesta de cumpleaños en la finca del carismático Luis Miguel Rodríguez, el dueño de Desguaces La Torre, que, echando mano de los anales, fue novio de Carmen Martínez-Bordiú y Ágatha Ruiz de la Prada, por este orden.
De esta finca saltaron a otra, precisamente en La Finca, donde el potentado tiene su mansión madrileña, porque había llegado la hora de celebrar por todo lo alto su onomástica el día san Juan. ¿Y quién estaba? Pues, junto a José María Aznar y Ana Botella, la baronesa Thyssen y el propio Luismi Rodríguez, la experta en leyes Teresa Bueyes, que además es de Oviedo. Una vez en este punto, ya solo faltaba volar hasta otra mansión, esta vez en Niembro, al lado de su Llanes natal, con su puerto histórico, para hacer después escala, como decíamos, en los Princesa de Asturias y finalmente, en Nochevieja, en Acapulco y en clave familiar. Estamos ya en 2025.
La singladura vital y emocional con la abogada tenía todas las hechuras de la idílica luna de miel solo que este año, otra vez San Juan, y con la noche más larga de por medio, se colocó en la historia, según el medio citado, la hija de Paloma de Arenzana, la fundadora del Club Siglo XXI, que venía de divorciarse de su marido, Emilio Álvarez.
Para seguir hay que volver al principio, a la cena que compartieron juntos y a otras posibles que podrían haber precedido a esta. Entre empresarios y cicerones anda el juego. Paloma Segrelles, niña bien donde las haya, con veranos en Mallorca y educada casi como una infanta, es presidenta del área juvenil del Club Siglo XXI, que es su casa, y una anfitriona de lujo que se mueve como pez en el agua por los mares de la alta sociedad. Desde su círculo ya lo han desmentido. Nada de romance. Tal vez sea solo una serpiente de verano (o culebrón) y no haya triángulo amoroso. Y puede que hasta Juan Antonio Pérez Simón no sea tan conquistador como se le pinta y solo sean impresiones con este sol naciente.